Ya era de noche, Jeremy y yo estábamos terminando de organizar la ropa que había traído para él y para mi, estábamos charlando alegremente cuando de repente, Jeremy me miró serio.
-Tú, haz la cena, vamos.- Se mantuvo unos segundos serios y después sonrió. He de decir que que me mandara con ese tono que sólo el sabía poner me daba ganas de arrancarle la ropa a mordiscos, pero debía de controlarme hasta no ver que el se insinuaba o algo.
-¿Quieres algo en especial?
-Hm..algo con tomate.- Al hablar, sonrió como un niño con un caramelo. Era adorable. Asentí con la cabeza y me fui a la cocina. Era bastante grande, los muebles eran de madera oscura, había una gran cocina con un gran horno, bastante moderno para una cabaña. Era genial. Busqué por los armarios una pota, abrí el grifo y esperé al agua caliente. En lo que salía el agua caliente, busqué por los armarios de arriba la pasta. No se cocinar muchas cosas, pero la pasta con tomate era mi especialidad. Encontré la pasta, al lado había un bote lleno de algo blanco. Tenía un mono encima bastante importante, así que me quedé como hipnotizado mirando el bote, lo agarré, lo abrí y acerqué la nariz. Noté como iba a estornudar. No era el mejor momento. Estornudé y mi cara se llenó de polvo blanco, y a mi al rededor había una mini niebla blanca. Pude oir como Jeremy estaba detrás riendose ; me di la vuelta y le miré serio.
-¿Qué?.- Jeremy me miró mientras se reía.
-Te pasas el día riendote de mí..- Le miré más serio aún.
-¿Sabes lo que pasa? Los payasos suelen hacerme gracia.- Tenía un mono increíble y estaba de demasiado mal humor, que me dijera esas cosas no me parecía bien, ni me sentaban bien. Sin decirle nada salí de la cocina enfadado, yendo hacia el baño. Cuando estaba en camino, Jeremy me llamó.- Eh venga, peque, no te enfades.- Me di la vuelta y le miré.
-¿Como que no me enfade? llevas todo el día riendote de mi.- Puse cara de enfado y el se acercó a mi. Metió una de sus manos en el bolsillo de atrás y sacó un paquete de tabaco a la vez que un mechero. Sin decir nada se acercó a mi y puso un cigarro en mi boca, encendiendolo después.
-Tranquilo, solo lo hago para que te distraigas un poco del mono. Quizás no es lo mismo el cigarro pero..
-Gracias, de verdad..-Le di la primera calada al cigarro y se lo entregué a Jeremy.- Cógelo que voy a lavarme.- Jeremy agarró el cigarro, dandole un par de caladas; entré al baño y lo observé sorprendido. Era jodidamente enorme, tenía una gran bañera con ducha, un gran espejo sobre el lavamanos, en el cual vi lo ridículo que estaba. Normal que Jeremy se descojonara de mi. Me lavé y sequé la cara, saliendo hacia la cocina donde estaba Jeremy.
Preparé la cena como él me había pedido, cenamos charlando y viendo un poco la tele ; una vez terminamos, ambos nos levantamos y recogimos nuestros platos. Teníamos que hacer turnos, así que yo cocinaba, el fregaba. Mientras lo hacía, me senté en la silla de antes y le observé con detenimiento.
-Estaba muy rica la cena.- Comentó.
-¿En serio?.- Sonreí halagado.
-No.- Jeremy negó con la cabeza y me miró, sonriendo picaramente. Yo le respondí con una mirada asesina.- Que era broma, idiota.
-Ah bueno..ya me iba a cabrear eh.
-Oye, ven aquí un momento anda, que necesito que me abras el armario de ahí arriba.- Me acerqué a él e hice lo que me pidió, entonces, llenó un baso de agua y me lo echó encima, mojándome por completo.
-Pero queeeeeeeee haaaaaaaaaaces.- Exclamé mirándole mal. Cogí un vaso e hice lo mismo, empapándole la camiseta, haciendo que se le pegara al cuerpo. Joder, ver ese cuerpo ahí marcado me dio aún más ganas de abalanzarme sobre él. Una vez lo hice, eché a correr. Jeremy se quitó la camiseta, y echo a correr detrás mía con un vaso de agua en la mano. Corrí lo más rápido que pude por toda la casa con tan mala suerte que Jeremy me acorraló. Poco a poco se fue acercando a mi; mi corazón se aceleraba más por momentos, sentía el impulso de besarle, de saborear de nuevo sus perfectos, suaves y deliciosos labios. Caminé poco a poco hacia atrás con el objetivo de que no me mojara más hasta que quedé completamente pegado a la pared, el se acercó a mi. Tan solo estábamos a un par de milímetros, podía oler su aroma a Hugo Boss que me volvía completamente loco. Quería agarrarle y pegarle a la pared, comenzar a besar esos labios de los que era adicto, arrancarle la ropa y disfrutar de perfectos momentos llenos de lujuria y pasión. Inesperadamente, me echó el agua del vaso en la cabeza echandose a reir. Le imité y asentí con la cabeza.
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''They don't know about us''
Teen Fiction''Era un camino de rosas, pero no todas estaban libres de espinas.''