''They don't know about us''

Capítulo 10.

Jason se ofreció a prestarme uno de sus coches para practicar un par de días a la semana mientras yo no reunía el suficiente dinero para comprarme un coche nuevo, no iba a estropear el mío en esas carreras. Además, era el único que tenía y no podría tenerlo escondido ahí todos los días. Terminó la ''reunion'' y Jesse me llevó de nuevo hasta mi coche. Lo cogí y me fui directo a casa, tenía demasiadas cosas en las que pensar. 

Domingo;

Me desperté a media mañana con un gran dolor de cabeza, no sabía si quiera por que. Me desperecé y levante muy a mi pesar, yendo hasta el baño, dandome una ducha, la cual me pareció la más larga de mi vida. Una vez duchado, me vestí con un chandal gris y bajé a la cocina. Estaban todos, me sentía mal por que a penas pasaba tiempo con ellos, siempre estaba por ahí, encerrado en mi habitación o durmiendo. Me senté al lado de mi madre para pasar un poco de tiempo con ellos, ya iba siendo hora.

Eran las 4 o así de la tarde cuando decidí ir a visitar a Jeremy y por fin, pedirle disculpas. Mis hermanos tenían partido, Dem iría con ellos y mi madre les llevaría. No me gusta mucho el futbol así que decidí quedarme. Sali de mi casa y me dirigé a la casa de Jeremy. Toqué el timbre esperando que alguien me abriera, cuando entonces, lo hicieron. Era Jeremy, se quedó algo sorprendido al verme.

-Hola

-Hey..esto..yo..quería pedirte disculpas por haberte ignorado todo este tiempo, pero debes entenderme..- Agaché la cabeza.- Solo quiero que nos llevemos bien como antes, nunca he pretendido hacerte daño con las cosas que te dije, simplemente quería salvarte de que te rompieran el corazón otra vez.- Jeremy rodó los ojos y se encogió de hombros.

-No pasa nada.- Me miró y se acercó a mi dandome un pequeño abrazo.- Pero prométeme que le pedirás también perdón a Inna.- ¿Qué? ¿Estaba loco? No iba a pedirle perdón a esa petarda por decirle las cosas a la cara..aunque bueno, si Jeremy me lo pedía..por Jeremy lo que sea. Me quedé perplejo esperando que se riera y me dijera que era broma o algo, pero eso no sucedió. Así que asentí con la cabeza.

-Está bien..mañana se las pediré, de verdad.- Le miré intentando sonreir.

-¿Y por qué no ahora?.- Jeremy me hizo un gesto para que pasara y me llevó hasta su habitación. Estaba haciendo Skype con Inna.

-Hay alguien que quiere hablar contigo. Vamos.

-Hola..- No sabía que hacer, si quiera que decir, no sabía por qué lo estaba haciendo. Bueno, sí lo sabía pero es que era tan dificil. No me arrepentía de haberle dicho las cosas como se las dije, sí me arrepiento de haberle hecho daño a Jeremy con esas palabras, así que en parte mi perdón es sincero.- Lo siento, siento todo lo que te he dicho.

-Vale. ¿Ya?.- Se escuchó al otro lado.

-Sí.- Afirmó Jeremy.

-Vale, debo irme, he quedado con Lily, después hablamos, te quiero.

Intenté hacer caso omiso a las palabras pero una a una se iban filtrando en mi cabeza y descendiendo hasta el corazón dando punzadas cada vez que llegaban a él. Al menos, cortó la llamada antes de que Jeremy pudiera contestarle, así que podría haber sido peor. Una vez vi que Inna no me escucharía, me dirigí a Jeremy.

-He oído que aquí cerca hay unas fiestas, ¿te apetece ir? Así podemos pasar el rato y eso.- Le miré encogiendome de hombros.

-Claro, dejame ponerme algo y nos vamos.- Jeremy sonrió. Sí, no podría besarle ni abrazarle, pero al menos iba a pasar tiempo con él, le echaba bastante de menos, aunque pareciera que él a mi no.

Jeremy se puso una sudadera a juego con el chandal que llevaba y salimos juntos hacia su coche, ya que decidió conducir él. 

Una vez en aquel lugar, a Jeremy se le iluminaron los ojos con los puestos de pizzas que había y con tantas luces y atracciones. Lo primero que se me pasó por la cabeza fue la palabra ''Pizza''. Miré a Jeremy con cara de corderito degollado y como si supiera que quería decir, asintió con la cabeza y echó a correr hacia el puesto de pizzas más cercano. Ambos pedimos una pizza para ambos y nos sentamos en unas especies de mesas que había allí cerca. Mientras comíamos la pizza felices, hablamos un poco de las clases y las notas. Jeremy me echó un poco la bronca por mis malas notas y se propuso a ayudarme una hora todos los días que pueda para mejorarlas. Era adorable, jamás pensé que volveríamos a llevarnos así. Después de acabar la pizza y acordar los días en los que Jeremy me ayudaría, fuimos a montarnos a las atracciones. Fue una tarde genial, nos lo pasamos mejor que dos niños pequeños.