Antes de entrar recibí una llamada de Wade, nos detuvimos en la entrada para contestar. Tomé la llamada y le dije:
—E-Mails, cartas, ¿Ahora una llamada?—reí.
—Es mejor que una nota con letras aleatorias.
—Vale, ve al grano—por una parte entendí el comentario pero por otro no se me hacía un tema muy apto para bromas. Es como decirle "Hey, es mejor tener en el celular una llamada tuya que un video tuyo casi desnudo".
—Solo llamaba para asegurarme nada hubiera pasado luego de lo de Bryan—se escuchó una risa femenina de fondo.
— ¿Estás con alguien?
—No...
— ¿Wade?
—Vino a mi casa, dijo que debía compensar la salida de hoy.
— ¿Estás con Miguela?
—MIKAELA—enfatizó—. Pero no malpienses, solo estamos...pasando el rato...
— ¿Si les enseñó el video los motivo?
— ¡Vete a la mie...!—se detuvo—. Como sea, sigue lo que estés haciendo, tal vez necesites motivación para encontrarla—apenas comenzó a reír terminé la llamada. Dicen que querer es poder, pero no todos los que quieren ser graciosos lo consiguen.
Entramos a las instalaciones, me adentré al elevador pero Karen no vino conmigo.
—Anda, es tu amiga—retrocedió—. No me llevo de lo mejor con ella, tal vez lo empeoré.
—Vamos, entra—detuve el ascensor—. Al menos hazme compañía—estiré mi mano hacia ella.
— ¿Qué más da?—entró al elevador conmigo.
Las puertas se cerraron y comenzamos a ascender. Notaba cierta preocupación en Karen, veía hacia todos lados y se paseaba por la cámara.
— ¿Pasa algo, Karen?—le pregunté.
—No, es solo que...—se detuvo, me dio la espalda y golpeó con ligereza los muros—. No les temo, solo me dan cierta inseguridad.
—No pasa nada—el elevador se detuvo—. ¿Lo ves? Ya llegamos
Caminé hacia las puertas pero estás no se abrieron. Presioné el botón de nuevo pero estas continuaban cerradas. Volteé a ver a Karen y le sonreí tratando de hacerle saber que todo estaba bajo control, clara mentira. Estaba preocupado pero no aterrado, era la primera vez que me sucedía algo así y no sabía cómo actuar al respecto. Golpeé las puertas esperando ser escuchado por alguien del otro lado pero la respuesta fue nula. Ella se sentó en el suelo metálico mientras contemplaba la escena.
—Está bien—me senté a su lado—. Estamos atrapados.
— ¡NO!, ¿En serio?—golpeó con su palma mi cabeza—. ¿Cuál es tu plan, "genio"?
—Calma, ya llamé a los bomberos con el botón ese de allá—señalé el botón que tenía un casco, quiero pensar que es para eso y no hacer el ridículo—. Nunca lo había oprimido, así que no te aseguro que funcione.
Me senté en el suelo del elevador. Me daba risa pensar que estábamos suspendidos unos pisos arriba. Se acurrucó de rodillas y recargó su cabeza sobre mi hombro. Estaba aterrada, jamás la había visto así. La chica a la que todos tenían como apática resultaba ser todo lo contrario. En unos pocos minutos la había conocido, estaba seguro que sí. Cerró los ojos y con voz palpitante me dijo:
—No sé porque hago esto—tomó mi brazo—. Es decir, por lo regular me acurruco en un cuarto pequeño con un tipo de 2 metros y popular; esta vez no.

ESTÁS LEYENDO
Cuando amanezca ahí estaré
Teen FictionDaniel Dakota Frías vive "esperando lo inesperado". Todo esto cambia al conocer en la a una chica hermosa de Ca llamada Kaitlyn Margot Danvers, que le da la vuelta radicalmente a su vida. Al estar a unos días del fin de cursos, se da cuenta qu...