Capítulo 49

43 7 0
                                    

Son las 12 de la noche y continúo despierto. El reloj de la pared hace "tic tac" y me enloquece. Estoy sentado en un rincón de mi cuarto sobre mi cama, viendo fijamente por la ventana a la casa de en frente. Vamos, Kaitlyn—pensé—, ven e irrumpe mi casa esta noche. Ya lo he esperado varios días, pero no quiero que pase uno más sin ver tu rostro, sin escuchar tu voz o sentir tu presencia. Por favor, me encuentro fatal. Creo que estoy enfermando. No quiero que pase algo malo, pero tampoco quiero estar seguro de que te perdí.

TIC-TAC-TIC-TAC me dice el reloj, y mis ojos se enrojecen. Por sueño, por enojo o por desesperación, pero ahora me duele la cabeza. Intento ver unas cuantas películas pero no puedo concretarme. Ahora observo la laptop, que me da tentación de acercarme y acceder de nuevo al correo de Kaitlyn.

"The Choice" es la película reproduzco. Ya la he visto unas cuantas veces, pero nunca me aburre. Tan hermosa, tan romántica y tan graciosa en varios aspectos. No es una obra de arte, o un filme que puedes nominar al "Oscar", pero sí cumple con las normas del entretenimiento. Ahora dejo los largometrajes y opto por la música. "The night we met" suena de entre mis audífonos, y en cada verso y nota siento mi mundo desmoronarse. No puedo con esto. En serio, es cruel. Es trágico. Y es insoportable.

Me levanto como corriendo rumbo a la laptop y entro al "Social Gate". Introduzco de nuevo los datos y doy una pasada rápida por cada mensaje. Los abro, pero ninguno me dice algo relevante. Saludos, despedidas, buenos deseos y chismes pequeños que no me llevan a ningún lugar.

Entonces, busco mi propia conversación con ella y la abro. Sin embargo, la sorpresa que me llevo es estratosférica. El mensaje que le envié, donde la invitaba a salir, tiene una respuesta. Un mensaje largo, que con el sueño apenas si alcanzo a leer con claridad. Pero hay algo que me llama la atención: tiene un signo de admiración rojo en un costado. El mismo signo que aparece cuando se cortó la conexión o que por algún motivo no se logró enviar el mensaje. Doy click en el mensaje, me aparecen dos opciones:

a) Eliminar

b) Reenviar

Selecciono la b) y de inmediato llega la notificación a mi celular. DIOS, ver una vez más un mensaje de Kaitlyn es una hermosa ilusión. ¿Por qué no se mandó el mensaje? ¡Claro! En los aeropuertos se bloquean las líneas. ¿O es durante el vuelo? No tengo idea, pero quiero pensar que este es el motivo. Apago la Laptop, salto por la ventana y conduzco rumbo al lugar más callado que conozco en estos momentos: La Roosvelt Highschool. No me importa la hora, ni la posible seguridad que pueda tener, pero quiero entrar, y estar con las cosas de Kaitlyn por al menos unos momentos más.

Llego, estaciono el auto y entro a las instalaciones de la escuela. No a las aulas, sino a las bancas del campo de football. Me siento, y recuerdo la última vez que la vi en esta escuela, allá enfrente de mí, del otro lado de la cancha. Feliz, radiante y eufórica con sus amigos.
Basta de melancolía. Lo que quiero ahora es leer el mensaje, porque me mata la curiosidad y el anhelo de saber cuáles fueron sus últimas palabras de ella hacia mí.

Y aquí vamos:

De: KMD@TOPSECRET.COM

Para: danyFrías@thebest.com

Daniel, espero que te encuentres bien. ¡JODER! SOY UNA PÉSIMA AMIGA. TE DEJÉ PLANTADO, MALDITA SEA. Te lo juro, fue de improviso todo esto. Se supone que el viaje sería dentro de unos días más, pero parece que se adelantó. Ahora ya es un poco tarde para el aviso. Quedé en que hace unos días saldría contigo, pero no tuve ni un poco de tiempo para avisarte. Se fue la energía en la aerolínea. PATÉTICO. No había teléfonos cercanos para realizar llamada alguna. Regresé a casa y me despojé de todo lo que traía puesto y me dormí hasta que sintiera que estaba al 100% desahogada. Así es, pervertidillo, puedes imaginarme durmiendo desnuda. Como sea. Ahora estoy en el avión, por fin se logrará el viaje, pero es algo que quiero y no quiero. Estoy feliz de volver a California. Sólo viví unos cuantos años allá. Si mal no recuerdo, a los 5 años fue que llegué aquí. Pero cada día soñaba con conocer de dónde vengo, y ahora está por cumplirse. Y es algo que no quiero, porque tengo una vida hecha en este lugar. No tengo la reputación más envidiable posible, pero muchos de mis amigos, si no es que todos, están aquí. Incluyéndote a ti, Dakota.

Creo que vendré en temporadas. En vacaciones quizás vuelva por unas semanas. Entonces, te visitaré y saldremos juntos, como te había acordado.

Sé que este mensaje no es ni de cerca una despedida digna, pero de nuevo, te juro que nunca quise que pasara de esta forma. Arreglo, no es una despedida, es un "te veré luego". Después de todo, tenemos una promesa de que no nos dejaremos en el olvido, ¿cierto?

Ahora escribo mientras se dan los avisos de que en unos minutos el avión despegará. Vengo sola, mis padres vendrán después. Ahora que tengo casi 18, quieren que independice un poco. Aghhh, Pamplinas. Me independicé desde el día en que nací.

Hay una señora enfrente de mí que me mira raro. Quisiera que estuvieras aquí para verlo. Ahora se levanta, me quita el teléfono. DEBO IRME, CHAO. TODO TIEMBLA, ALGO MALO PASA. ESTOY ASUSTADA!!!

DJWJSNQJANDSJSUSJAKXVFYQ.
.
.
.
.
.
.
.
.
Mentira, no pasó nada. Mi celular se muere, tiene apenas 10% de batería. Mis padres me dieron instrucciones de dónde alojarme mientras ellos llegaban, en uno o dos días, así que quiero un poco de pila para recibir mensajes suyos en lo que llego y conecto el cargador. No hay mucho que hacer o leer por lo pronto, más que uno de esos folletos cristianos como los que solías darme de niño y que arrugaba y lo tiraba. Jamás había leído uno de esos, creo que finalmente hice las pases con Dios.

¿Sabes? Hay muchas cosas que jamás te dije. Como que esa chica Ashley Harper en realidad no estaba enamorada de ti, solo fue una mentirilla piadosa. Cuando nos distanciamos no sé por qué lo hicimos. Puaj, es un asco recordar. Creo que ya lo hice. Sí, eso es.
Nunca quise lastimarte, pero tampoco quise que estuvieras tan cerca de mí. No porque no te soporte. Al contrario, eres una excelente compañía. Pero no quería que te encariñaras mucho de mí, porque sabía desde mucho tiempo atrás que este día llegaría. No sabía cuándo, pero sabía que regresaría a mi ciudad, y no podrías seguirme. Es entonces cuando pensé que la mejor forma de acostumbrarte a ello sería dejar de hablar un poco..., y un poco...hasta convertirse en nada. Me duele haberlo hecho, e hice mal, pero supongo que ahora ya me has superado, y en unos meses ya tendrás todo bajo control.

El avión está a punto de despegar y debo apagar las redes del celular. Pero no importa, al llegar, te mandaré un mensaje. Cuando pise los cálidos suelos de California te enviaré un texto diciendo "HEY, ENVÍDIAME. ESTOY EN LOS ÁNGELES", y tú me contestarás con una aburrida frase motivacional y empezaremos a discutir.

Estaré bien, no te preocupes por mí. Deberías visitarme tú también. ¡Hay una escuela de medicina aquí! Si hay una guerra en 8 años, pasaré a los libros de historia como la doctora militar que más vidas salvó. Y te sentirás orgulloso de haberme conocido. DE ESO PUEDES ESTAR SEGURO.

Te quiero demasiado, no sabes cuánto te apreció. Te diría todas las cosas que quisieras escuchar para enaltecer tu vanidad, pero es muy temprano para hacerlo. Ya habrá tiempo luego para hacerte un listado de todo lo que me gusta de ti y de todo lo que odio de ti. Y después tú lo harás.
Me despido, no sin antes desearte lo mejor. Que te logres como lo que sea que quieres estudiar y por fin se logre tu sueño de formar una banda. Si es así, estaré en la primer fila de tus conciertos gritándote. Imagina, la doctora con el récord más envidiable junto al mejor músico. Será un foto que perdurará por muchas generaciones.

Esta vez parece que el aviso va en serio, el avión ya se va.

Disculpa si es tedioso y aburrido lo que lees, pero no es más aburrido que lo que escribimos en aquella cartilla cuando cumplimos 12.

Adiós!!! Cuídate!!! Recuerda, nunca nos olvidaremos mutuamente.

Con amor...KMD.

Cuando amanezca ahí estaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora