Corrimos tras la figura oscura, bastante más rápida que nosotros. Era ella, lo sabía, es inconfundible su caminar, su figura, su cabello castaño asomándose de por su pasamontañas, TODO. Accedió a la casa saltando con la misma destreza de aquella noche y se coló por la ventana superior, con su estilo único. Una leve mirada hacia mi dirección bastó para percatarme de la realidad. Posó sus hermosos ojos turquesas sobre mí por un tiempo mínimo, pero que recordaré por toda mi vida. A estas alturas me sigue sorprendiendo en muchos sentidos. Mi enigma, mi futuro, mi presente, mi ayer, mi mañana, mi vida, mi destino eres tú y haré lo que sea por no perderte.
— ¿Así ha sido siempre?—dijo Bryan jadeando.
—Nunca es igual, no sigue un patrón—le dije—. Si lo hiciera, ya sabríamos dónde está desde mucho antes.
—O sea, que es como tener una chica nueva cada día.
—Algo así—le dije—, no sufre ninguna crisis de identidad, pero creo que es más complicado que eso.
—No culparía al que lo haga—dijo—, total, yo sí creo que es una "bipolar".
—No utilices una palabra de la cual no entiendas su magnitud—repliqué. Volvimos al camino y escudriñamos por todas partes. Realmente no me agrada el hábito de usar términos que apenas sí entendemos. Una pequeña palabra de 7 u 8 letras encierra una idea aún mayor que incluso está fuera del alcance de nuestra mente. Nadie comprende la realidad por completo, ni siquiera una mínima parte de ella está a nuestra disposición. Hay quienes creen entender casi todo, pero un tramo muy largo separa esas dos palabras. Aun cuando te falte sólo un 1% de algo lo tienes incompleto. Existe una gran diferencia entre CASI y TODO, empezando porque ni siquiera comparten una sola letra.
Nos acercamos a la puerta y la golpeé con brusquedad esperando por la respuesta de alguien. NADA, literalmente, ningún ruido se percibía. No contábamos con minutos, eran SEGUNDOS los que marcarían el antes y el después.
Revisamos las ventanas pero todas se encontraban bloqueadas por el casi excelente sistema de seguridad de Karen. Digo "casi" porque si lo fuese, Kaitlyn no habría logrado acceder, aunque no dudo que la haya seguido desde mucho tiempo atrás para analizar cada minucioso detalle de la casa, cómo acceder a ella y cómo evadir su sistema de seguridad. Quizás ahora está allá adentro obligando a Karen a cerrar todo, pero pensando más crítico, Kaitlyn está manejando todo desde el interior.
Pensé muchas cosas para entrar: ¿Cavar un hoyo? Muy tardado e imposible de penetrar el suelo de su casa. ¿Entrar por la cañería? Hasta su drenaje está vigilado. ¿Llamar a Wade para que me ayude a desactivar la seguridad? De nuevo, tenemos SEGUNDOS. De entre un pajar debía resaltar una hebra más larga pero igual oculta, y sin importar la gran calidad (y precio) de la puerta opté por lo más bizarro y ridículamente idóneo que se me pudo ocurrir. Yo tenía las llaves en el bolsillo, el carro de Ashley estaba detrás de nosotros y una puerta resistente a la fuerza humana era lo que nos detenía. Dos deudas surgirán con es esto, pero valen más dos vidas que dos artilugios de alto valor económico. Bueno, ahora estoy dudando.
Corrí y monté el auto de Ashley, lo posicioné de frente a la altura de la puerta y sin dudar un segundo pisé el acelerador. 10, 20, 30, 40, hasta llegar a 60 km/h. A escasos metros de llegar mi mente se saturó, no sabía qué hacer. ¿Qué prosigue? 1) Saltar del auto. 2) Frenar y dejarlo como una mala idea. 3) Seguir acelerando y arriesgarme a terminar como Stephanie. ¡Dios! Todas eran malas ideas, pero de todas opté por la que le diera un toque más de "película". Salté del auto y con el impulso que llevaba fue a estamparse contra la puerta hasta derrumbarla. No sé qué terminó peor, si la magistral puerta de la casa hecha trizas, o el deportivo flamante humeando como si de una locomotora se tratase... aunque seguro gana la cara de Ashley viendo la escena. Es chistoso pensar que todo pasó en algo así como 10 segundos.
— ¡MALDITA SEA!—exclamó Ashley en mi cara. Su rostro estaba literalmente rojo. Estupefacta, casi llorando y con el cuerpo temblando no sé si por enojo o tristeza era la descripción de aquella versión de Ashley Brooke Haper—. ¿Eres un estúpido o qué?
—Créeme, fue más difícil para mí decidir.
— ¡Eres un imbécil!—alzó la mano y no sé qué la detuvo a cachetearme. Jamás la había visto de tal forma, ni siquiera en primer año cuando se descubrió que su novio era homosexual y solo la usaba para acercarse a su entonces mejor amigo, Henry Green. Hubo dos corazones rotos esa vez, pero ni esos dos juntos se comparan con el de ella ahora.
—Cuando Kaitlyn esté de vuelta con nosotros ni siquiera recordarás esto.
—Daniel Dakota Frías, te lo dije con anterioridad y te lo recalco, ¡estás ciego!—me dio la espalda y exclamó con más fuerza—. Hace unos días dijiste que accediste a salir con ella porque la amabas, porque sentías satisfacción de verla haciéndole cosas malas a la gente que odiaba. Dijiste que cuando eso pasó te sentiste mal por lo que empezaste, y ahora estás siendo participe.
— ¡Lo hago por ti!, ¡Lo hago por todos! Yo como tú quiero encontrarla.
—Pero no de esta manera, Daniel. El equipo de animadoras te detesta por tu actitud déspota con ellas. Casi provocamos un fuerte dolor en tu mejor amigo, y ahora esto. ¿Crees que no eres parte de ello?
Me duele decir que es verdad, pero lo está logrando, está ganando. Tiene la atención que quería, nos tiene dementes buscándola destrozándonos unos a los otros ideando falsas teorías de sus motivos, de su paradero, de su mensaje. No sé siquiera si sigue allá arriba o logró fugarse y causar todo el daño que buscaba, pero mis deseos por llegar a ella se esfuman paulatinamente.
¡Demonios!, ¿Qué estoy haciendo? Es ella quien me afectó quizás, pero por una razón jamás lo entendí. Cuando personas con las que no simpatizaba resultaron afectadas nada me importó, solo éramos "Kaitlyn Margot Danvers y Daniel Dakota Frías para siempre" por un lapso de unas escazas 5 horas. Pero cuando amigos se vieron envueltos en esto todo comenzó a salirse de control. Perdió todo sentido de prudencia y, hasta donde sé, con personas como Wade Stewart ni siquiera tuvo experiencias como para querer vengarse. A pesar de todo lo malo, aún mi prioridad es encontrarla. Estoy enfermo.
—Tienes razón, pero al menos hagamos que los kilómetros recorridos valgan la pena.
— ¡Algo se movió!—exclamó Bryan y señaló al interior—. Lo juro, fue muy rápido.
— ¿Como un fantasma?—dijo Ashley riendo. Lucía más tranquila pero igual alterada.
— ¡Va en serio!—le contestó—. ¡Juraría que ella no es humana!
Un fuerte ruido vino del interior, como un golpe estruendoso y violento. Corrimos al interior brincando el hermosamente destruido auto de Ashley. Humeaba, era horrible, pero no quiero ni pensar como está ella.
— ¡MIERDA!—exclamó de nuevo Bryan. Para cuando volteamos a callarlo ya no estaba con nosotros. ¡DIOS! ¿Dónde se había metido? Maldición, esta casa es enorme que ni siquiera dan ganas de buscarlo. Sería más fácil dejar que se pierda, pero por un motivo incomprensible tenemos que hacerlo.
Bien aquí vamos...
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Cuando amanezca ahí estaré
Genç KurguDaniel Dakota Frías vive "esperando lo inesperado". Todo esto cambia al conocer en la a una chica hermosa de Ca llamada Kaitlyn Margot Danvers, que le da la vuelta radicalmente a su vida. Al estar a unos días del fin de cursos, se da cuenta qu...