Capítulo 23

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Si algo amo de viajar en auto es el estilo que se le puede agregar. "Todo lo que necesitamos es la banda sonora correcta" diría Josh Radnor en la película Amor y Letras. Tan solo imagina el filme de Whiplash sin su espectacular banda sonora, en definitiva no sería lo mismo. Uno tiene el poder de hacer de su vida la mejor película. Tienes la trama ideal, los personajes mejor representados, el ambiente que a ti te gusta, solo falta ambientarlo con la mejor música posible.

Viajábamos rumbo a la casa de David. Estaba realmente lejos, tanto que casi teníamos que recorrer la ciudad de lado a lado. Un viaje largo amerita una canción igual de épica. Sin preguntar conecté mi celular al estéreo y reproduje la melodía Sweet Dreams. Me sentía en la Onda Disco, rodeado de cientos de luces de colores con una enorme esfera de discoteca colgando del cielo; o como un tipo lleno de estilo que anda por las calles derramando "Swag" acaparando las miradas de los peatones. O mejor aún, como Quicksilver en la entrega de los X-Men. Podía imaginar cientos de escenarios distintos, uno mejor que en el anterior, pero sin duda ninguno se comparaba al que estaba viviendo.

—Debes estar bromeando—dijo Ashley. Miraba de reojo el estéreo cada 5 segundos con un gesto de desagrado, como si en cualquier momento tendría un ataque de ira y arrancaría mi celular de él. Si no fuera porque debe mantener ambas manos en el volante juraría que lo habría hecho.

—Para nada—Recliné mi asiento y cerré los ojos. El tiempo no existía, solo eran momentos que iban y venían, unos más duraderos que otros.

—Me siento en los 70s—me dijo—. No soy muy aficionada a la música antigua.

—80s—contesté sin abrir los ojos—. Son 10 años de diferencia—estiré los dedos contando dicha cantidad mientras escuchaba la risa de Ashley—. No soy seguidor de la música antigua ni de la actual, solo amo la música. No existe el antes y después, el tiempo es el mismo; y los éxitos de hoy y los de ayer son iguales; no hay una barrera que los separe. No escuches la canción, solo deja que fluya, déjala en segundo plano, cuando tú menos lo esperas ya estará en el primero—me levanté y abrí los ojos—. Excepto el dupstep, ese ignóralo, a menos que lo acompañé una voz y no sea un remix.

—Lo averiguaré—cerró los ojos y soltó el volante.

— ¡Por Dios!, ¡¿Qué estás haciendo?!—al sentir el auto descontrolarse me levanté apresurado y con un brusco movimiento evité que chocáramos contra un camión. Ashley rió desmesuradamente, como si del mejor chiste del mundo se tratara. Manejaba de una forma no mala, ni excelente, más bien distraída. Sin duda disfrutaba el viaje, pero puedo afirmar que más de una vez tuvimos un percance como este.

—Lo siento—continuaba riendo—. No pude resistirme.

— ¿Cambiamos roles?

—Para nada—contestó—. Mejor cambiemos la pista—aprovechó un semáforo en rojo para tomar mi celular y buscar una canción que fuera de su agrado—. Esta es perfecta—reprodujo Daylight de Maroon 5 a la par que la cantaba. 

No tenía una voz de artista pero si era encantadora, demasiado dulce diría yo. El viento movía su cabello, como una ola de energía pura.

Viajamos por alrededor de 35 minutos, 35 minutos que pasaron ante nuestros ojos sin darnos cuenta. Del radio sonaban canciones que ni siquiera recuerdo, solo puedo decir que se había creado una de las mejores bandas sonoras de la historia. Lo habíamos logrado, la música fluyó y se apoderó del ambiente sin darnos cuenta.

No importa el tipo, desde el Rock hasta el pop, todas son dignas de reconocimiento; claro, hay excepciones. Tan solo imagina ver a la mujer de tus sueños al otro lado de la habitación y que naturalmente escuchen en el ambiente la canción más romántica que exista, bastante agradable el resultado. Ahora, mantengamos el escenario pero cambiemos el audio por un remix de música electro. Obviamente no es lo mismo, ni mucho menos resulta agradable.

Existen muchas formas de representar el arte, como pinturas, películas, esculturas, u obras literarias; pero sin duda mi favorita por mucho es esta ¿Por qué? No creo que necesite explicación.

Cuando amanezca ahí estaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora