Capítulo 46

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Es impresionante cuán agradables son las pequeñas cosas. Durante  el periodo en que me distancié de Kaitlyn, llegué a mandarle algunos mensajes breves, pero sólo unos cuantos tenían respuesta. Comentarios cortos como "¿Cuál es tu canción favorita?" se convierten en una melodía sin comparación, y en unas cuantas palabras logró crear en mí una rutina que disfruto noche tras noche. "Hymn for the weekend" pasó  de ser una canción como cualquier otra a ser la que me hiciera sonreír en cada estrofa. La letra y ritmo por sí misma ya es buena, pero el trasfondo, el porqué de escucharla es lo que la hace la mejor canción.

Y ahora, en el gimnasio de la escuela, se reproduce, y es hermosa. No es una canción lenta ni una "electro" que te alegra y te prende. Es diferente, como la mejor canción que pueda existir. Estoy en unas gradas, sentado, solo y viendo a los cientos de parejas. Mi celular es mi único amigo. Veo a Ashley a lo lejos bailando con Bryan. Sus movimientos son algo exagerados y burdos, pero qué más da. Se divierten y comienzan a quererse. Son una pareja envidiable. Unos metros a su lado veo a Wade con Stpehanie, y eso sí es extraño. Demonios, el tipo no deja de verle los pechos. Y en cada que da una vuelta, pega su pantalón a su trasero. Nunca los había visto juntos. Parece una cita improvisada, pero también se ven felices. No sé en qué momento sucedió. Veo a Karen Dempsey con ese tipo Elver, de nuevo juntos. Es desconcertante todo. Tantas cosas cambian, y todos los caminos de 18 años culminan aquí, para dar un gran salto. Pensar que ellos crearon este día en unas semanas, y yo nunca pude crear una tarde en más 6 años. 

La música suena, ahora es un ritmo lento. La luz es tenue, todos se toman de las manos y se mesen. Adelante. Atrás. Izquierda. Derecha. Todo en una sinfonía perfecta. Veo como ellos miran a ellas. Tan adorables, tan inocentes y depravados, como un equilibrio entre ritmo y tono. Ahora se besan, se abrazan y se dicen todas las cosas sucias, cursis y sentimentales que se les ocurren. Diría algo como "los odio", pero sólo lo haría porque deseo estar en esas condiciones. Estrujarla, besar su mano, acariciar su mejilla, su cabello; mirarla a los ojos y decirle que todo está bien. Que no hay nada que temer, que aun cuando ella esté lejos, igual estaré para ella. Resguardándola, protegiéndola y siendo ese "amigo" que todos necesitan.

Es una idea aún más compleja que sólo divagar entre la imaginación y los miles de escenarios que se crearon y se derrumbaron en mi mente. Ahora nada sale como lo tenía contemplado. Ese lindo amanecer a su lado. Ese baile lento tomado de su mano. Esas aventuras que tendríamos juntos, ahora ya no están. Imaginaba este día como algo memorable. Kaitlyn y yo en una noche deslumbrante. Todo acompañado del "Soundtrack" ideal. No existiría nada más. Solo nosotros dos, el uno con el otro siendo felices. Todo fue una ilusión. Un desliz que arruinó toda una vida por delante. Ahora estoy sólo. Mis amigos están allá, siendo felices como si nada hubiera pasado. Y quizás es lo que Kaitlyn Margot Danvers habría deseado. Que su vida no afectara la de los demás, aun cuando ya no esté. No creo que su plan haya sido afectar a todos. Nunca fue alguien problemática, pero su muerte me afectó, y no puedo dejar de pensar en ello.

No logro disfrutar del baile. Es un desperdicio todo esto. Tantas sonrisas falsas. Tantos rostros falsos. Por una extraña razón, sé los problemas de todos aquí. Como Karen Dempsey, que en primer año de secundaria casi fue violada por un alumno 5 años mayor en los baños de la escuela. El tipo fue expulsado y condenado a no sé cuántos años de cárcel, pero el daño moral ya estaba hecho. O Stephanie Carol Parker, que descubrió que su hermano menor había fallecido una tarde al regresar de la escuela cuando ella tenía 15 y él, 10. Y Ashley Harper, la chica de la familia adinerada que está a punto de divorciarse, y que, además, toma antidepresivos. También está Bryan Joseph Morgan, el cuál fue diagnosticado con disfunción eréctil a la edad de 15 años. Es un problema de gente mayor en  un envase mucho muy joven. De aquí su vacío y necesidad de alardear con bromas sexuales buscando llenar su problema. El viagra realmente le ayudó hace unos días.

Veo tantas personas, y tantas maletas. Sin embargo, esta noche nada importa. Ni la siguiente, ni la siguiente de la siguiente, ni la siguiente de la siguiente de la siguiente, porque eso en realidad no importa nunca. Un error, un dolor del cuál no fueron responsables se les entierra cada mañana en el corazón, pero ya lograron superarlo y asimilar la realidad. En cierto punto, todos sentimos culpa por lo que pasa, aun cuando tenemos cero posibilidades de hacer un cambio. Pero si ya está hecho, no podemos revertirlo. Sólo resta pensar que las cosas podrían haber ido peor, o que simplemente pasó por algo. Y yendo más a fondo, estos no son ni una mínima parte de los problemas que afrontan cada día.

Si nos lamentáramos por cada pérdida que afrontamos y sumáramos un gramo de discordia y odio con ello, estaríamos en una celda o en una sala de un hospital psiquiátrico. No somos todo arrepentimiento. Debemos pensar que de un 100%, al menos un 1% será bueno, y ese 1% puede acabar con todo un 99% de maleza. Y como eso, la muerte de Kaitlyn es un punto y aparte en mi vida. Un 99% que aún espera por la llegada de ese 1%.

Cuando amanezca ahí estaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora