Salí pensando en lo que haría por el resto del día. La campana, tan inoportuna como siempre, interrumpió mis pensamientos. Nunca se me había pasado tan rápido un receso en todo el año. Creo que la plática con Stephanie había durado mucho más de los 10 minutos que tenía pensado, o tal vez pasé mucho tiempo pensando. No lo sé. Da igual, mejor me apuro para llegar a tiempo a la clase de matemáticas.
La clase de matemáticas ya había empezado. Siempre amé 3 cosas de esta materia:
1.- Era la clase que se me hacía más fácil, mucho más que español.
2.- La maestra Sara Perkins es muy risueña y linda. Es una mujer relativamente joven. Tiene alrededor de 27 años y no es por ser chismoso, pero muchos de los maestros tiran la baba cada vez que la ven. Y sí, es perturbador, pero el maestro Nathan González también está incluido.
3.- Es la única maestra que me permite la entrada aun 10 minutos tarde.
Esta es una de las poquísimas clases en las que Bryan, Wade y yo estábamos juntos. Era inmenso el barullo que se armaba cada vez que teníamos oportunidad.
El hecho de que fuera la última clase de matemáticas no cambiaba lo acordado de no escuchar los sermones de los profesores.
—Daniel—preguntó Bryan—. ¿Ahora que estas escuchando?
—Wildest dreams de Taylor Swift. Es apropiada para estos momentos.
— ¿Otra vez con tus cosas?—golpeo levemente con su puño mi hombro—. Ya deja esa música en paz.
—No lo haré. En serio, debes probarla—repliqué—. Mira, ponte los audífonos.
Bryan tomó los audífonos desinteresadamente y se colocó el izquierdo. Parece que le gustó porque me arrebató el derecho inmediatamente.
—Wow, tienes razón—suspiró—. Es hermoso ver a la maestra Sara con esta música de fondo. Es simplemente encantadora.
—No sé si es interesante o perturbador lo que acabas de decir—dijo Wade—. ¿No te das cuenta que ella podría ser tú madre?
—Wade— le contesté—. ¿Qué hay de malo en pensar que la maestra es linda? Tenemos 17 años, solo hay 8 años de diferencia, es ILÓGICO que pueda ser nuestra madre.
—ES ABSURDO—dijo Bryan—. Oye Daniel, como que comienzo a pensar que miss Sara luce un poco como Taylor Swift.
—Sería perfecto que estuviera aquí, pero más hermoso que fuera Harper la de allá adelante, ¿No crees?
— ¡Cállate!— gritó desenfrenadamente. Cuando llevas los audífonos puestos no puedes medir tu voz, así que si lo sumas con el volumen de su susto, no sale nada bueno.
— ¿Podrían callarse?— dijo Wade enfurecido—. ¿Al menos un maldito día podrían dejarme escuchar la clase?
—Lo siento, Wade, pero es más probable que Bryan convenza al perro de Ashley a escribir 1500 veces seguidas en código morse "esta carta nombre oficialmente a Ashley Brooke Harper como la novia de Bryan", ¿No es así Joseph? ¡Joseph!
— ¡Wade!—gritó Bryan. El volumen elevado lo había ensordecido. No había escuchado nada de lo anterior, ni siquiera su propia voz—. Deja de verle las tetas a la maestra.
— ¿Estás enfermo?—lo empujó Wade con su hombro.
—Bien, entonces creo que yo soy quien las está viendo—lo dijo aún más fuerte que antes. El salón se inundó de una risa tímida. Esa que escuchas cuando alguien quiere reírse pero se resiste a hacerlo. La maestra Sara Perkins rió mientras mantenía la mirada en el pizarrón—. Son hermosas
— ¡Bryan!—lo sacudió Wade y le desconectó los audífonos—. Aquí viene el director. Amo que entre cuando estamos en español porque nos libra de una aburridísima hora. Pero fuera de eso, sus discursos son los más largos que pueden existir, aunque cabe destacar que lo compensa con carisma.
—Ahora agrégale el bono del 95% extra de prolongación por ser el último día de clases— le dije.
En ese momento entró el director al salón. El director Lorenzo (Laurence) Park siempre se ha caracterizado por ser el hombre más eufórico de la institución: le podías decir un chiste acerca de él mismo y lo recibía de la mejor gorma. Se podía cometer un crimen y él sería el último sospechoso. Pero esta vez fue diferente. No nos saludó de la misma forma alegre de cada semana. Se veía fatal. Se encontraba con un rostro pálido y lucía compungido, eso sin mencionar los ojos rojos que tenía como si acabara de llorar por horas.
—Muchachos—dijo tartamudeando como tratando de desatar el nudo en su garganta para evitar soltar un mar de lágrimas—. Espero que tengan unas maravillosas vacaciones. Este es el último día que se verán y solo quiero dos cosas. Una es que estén siempre listos para recibir una mala jugada de la vida—hizo una breve pausa después de esto. La frialdad se respiraba en el salón. Las cabezas volteando a todos lados pidiendo una explicación inundaron el aula—. Y la segunda. Por favor, vivan este día como si fuera el último, porque nunca sabrán cuándo llegará el momento.
El hombre salió del salón siendo abrazado por la maestra. Nadie entendía lo que estaba pasando, ni el porqué de sus palabras. Muchos estaban anonadados, aunque no faltaban los bocones que se lo tomaban a juego. En fin, prefiero no darle importancia a los últimos. Estaba lo suficientemente ocupado tratando de encontrar un motivo tan fuerte que justificara su estado.
De entre las voces escuchaba diversas cosas, como que un familiar suyo había muerto, o que le habían robado la casa. Lo más viable que escuché fue que su hija, Amanda Jennifer Gustin, estaba desaparecida.
Amanda Jennifer Gustin es el nombre de la hija del director. Es una chica delgada con cabello lacio de color negro. Sus modales son perfectos al igual que sus calificaciones. Asistía a clases de gimnasia y de taekwondo. Había chicas que le hacían burla debido a sus gustos por el arte clásica o por su vestimenta extravagante y de personajes extraños. Aunque puedo asegurar que no había ni una pizca de maldad en ella. Esto no significaba que no era capaz de defenderse. Vaya que lo hacía de maravilla. Siempre le gustó proteger a los demás y respetaba los ideales ajenos. Nunca se quedaba callada y sostenía sus ideas con argumentos sumamente sólidos. Es raro, pero puedo decir que su parecido con Kaitlyn era enorme, tanto físicamente como en pensamientos.
Se había ausentado los últimos 3 meses y nadie sabía por qué. Simplemente un lunes del marzo anterior había dejado de ir a la prepa. Fue desconcertante. Ya no se supo nada de ella. Muchos no notaron su ausencia. Era triste que una joven de ese tipo pasara desapercibida. Fue como si un día tuviéramos un fuerte roble fuera de nuestra casa que nos acobija con su sombra y que al día siguiente desaparezca sin darnos cuenta.
El timbre sonó y por primera vez en mi vida había visto que un grupo de personas saliera ordenadamente del aula. Tal vez esto sea lo más inquietante que suceda en el día.
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Cuando amanezca ahí estaré
Teen FictionDaniel Dakota Frías vive "esperando lo inesperado". Todo esto cambia al conocer en la a una chica hermosa de Ca llamada Kaitlyn Margot Danvers, que le da la vuelta radicalmente a su vida. Al estar a unos días del fin de cursos, se da cuenta qu...