Capítulo 2

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La clase de lengua extranjera había comenzado. La encargada de impartir esta materia es la maestra Laurel Blanchet: una mujer de edad avanzada y de estatura promedio que habla tan bien el español como el inglés. Era el diccionario andando: le podías preguntar el significado de la palabra más larga que conocieras y aun así te la iba a explicar al pie de la letra. Me consta que algunas veces llegó a aprovecharse de nuestra ignorancia inventando una que otra cosa.

Nunca tuve dificultades con esta materia. Para los demás era un idioma de otro país, pero para mí era parte de mi naturaleza. Aun así, eso no quitaba el hecho de que era la asignatura más aburrida. La maestra te encarga tarea a montones y pone trabajos hasta el cansancio. Lo frustrante era que nunca revisaba estos ejercicios.

No soy el más desafortunado del mundo pero en esta materia me convierto en él. Rara vez hablo en clase, pero aunque el salón este gritando y haciendo una guerra en frente de ella, si me ve mencionando UNA palabra me grita diciendo:

—Cállate Daniel, no te has cayado en toda la clase y no has dejado de molestar a tus compañeros, ¿acaso no te cansas?

—Pero miss, solo acabo de decirle a Ben que si tiene un lápiz que me preste y....

— ¿Acaso me está contradiciendo? ¿Cree que soy una loca que imagina cosas?

—Miss, solo le estoy diciendo que...

— ¡No me interrumpa mientras hablo!

—Pero es que debe entender que solo...

— ¡Que te cayes he dicho! Que sea la última vez que me interrumpes ¿Entendiste?

—Sí, maestra— respiro hondo para calmarme y no realizar un acto del cual me arrepienta

Traté de llevarme esta clase tranquila. Era la última vez que la vería y quería al menos un día terminarla sin recibir regaño alguno, aunque teniendo a Bryan sentado a un lado es casi imposible lograrlo.

—Hey, Daniel, ¿Ya supiste a quién invitará a salir Eder Johnson?

— ¿A quién?—pregunté. Miraba de reojo a la maestra cada 10 segundos para cerciorarme de que no estuviera viéndome fijamente. Más de una vez la atrapé haciendo esto y estoy seguro que idea un comentario que decirme en caso de que estuviera pidiendo un lápiz.

—Invitó a KAREN DEMPSEY.

— ¿KAREN? ¿La tipa del cabello lacio y labios por los que todos sueñan? ¿La Karen que baila salsa y por ende tiene caderas infernales? ¿Esa Karen?

—Así es—reía al mismo tiempo que lo decía. Hacía que el mensaje fuera casi imposible de entender, como en clave morse. Aun así, tiene suerte de no ser yo. De lo contrario, ya lo habrían expulsado sin derecho a mencionar palabra alguna.

—No puedo creerlo—estaba en estado de shock. Me paralicé por unos segundos que parecían horas. Me sentí sorprendido, furioso y confundido al mismo tiempo. Mi respiración se aceleró y mi pulso andaba por las nubes—. Eder, el tipo de casi dos metros con acné en la cara y sudoración extrema ha conseguido salir con la chica más ardiente de la clase de contabilidad. ¿Es acaso que ella tiene raíces mexicanas y por eso le atrajo su desagradable olor a salsa verde? ¿O acaso es su hermosa sonrisa con dientes empalmados y malolientes? Aunque creo que seguro ha de ser porque la amenazó con revelar algún secreto íntimo que sepa de ella para poder tener sus 5 minutos de fama. ¿Por qué nunca lo hemos intentado?

—Sería chistoso, y no dejo de pensar en las caras que debieron de poner todos al enterarse de esto. Algunos han estado diciendo que es por su "número de calzado". Yo la verdad, no creo que sea por eso. Finalmente ha encontrado a su chica ideal. No todos corremos la misma suerte de que ella sea la que se enamoré de ti. Es una noticia que te saca de onda, pero bueno, ¿Qué podemos hacer? Si provocamos que ellos rompan, terminaríamos convirtiéndonos en el tipo de personas que aborrecemos y nos tendríamos que odiar mutuamente, ¿no lo crees? Lo mejor sería dejarlos vivir y que el destino haga lo que tenga que hacer. Aunque debo admitir que ahora si le tengo mucha envidia.

Cuando amanezca ahí estaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora