Segundas oportunidades [FANFIC SHAWN MENDES]

Parte 36: Una noche.

>>Aaron Collins/Shawn Mendes en multimedia<<

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Hoy luego del Colegio Aaron me ofreció pasar la tarde juntos pero mamá me dijo que pasaría el día en casa así que decidí quedarme con ella. La extraño mucho. Pasamos muy poquito tiempo juntas esta última semana.

De todas formas me trajo a casa en su auto y nos quedamos un rato charlando.

-¿Así que te cayeron bien mis amigos?- Le pregunto.

-Claro que sí ¿Y a ti Cam?

Asiento y luego de un intercambio de sonrisas nos besamos.

-Cariño ya son las tres, en un rato llega mamá ¿Hablamos después?

-¡Seguro!- Luego de eso habro la puerta para salir cuando...-¡Oye!- Me volteo- Te quiero, Maggie. Nunca me habia sentido tan bien con alguien, gracias- Esas palabras salieron como miel revolucionando todo mi mundo, mi estómago se encoge y mis mejillas se tornan color carmesí.

Sus ojos que brillan más que mil estrellas con esa mirada dulce, esperan una respuesta, sonrío inevitablemente y me acerco. Nuestros labios se unen ante un profundo y amoroso beso, me hace muy feliz.

-También te quiero, tonto. Nunca me faltes.

Entro a la casa con la sonrisa aún en la cara.

<<Estás más roja que un tomate>> Me río por mi pensamiento y con eso libero aire que ni sabía había retenido.

-¡Hola, niña!

Mi madre aparece por la cocina y al verla salto de la emoción, la abrazo con euforia y ambas riéndonos recorremos el living saltando.

-¡Mami! Aaron me acaba de decir que me quiere- Le cuento ya en el sillón con una enorme sonrisa. Las dos gritamos y volvemos a reír.

Ella, aún teniendo 46 años es como una adolescente más, obviamente es responsable y trabaja y es muy profesional, a lo que me refiero es en el tema de convivir conmigo.

Cuando pasó lo de Papá ella y yo nos unimos muchísimo, charlamos mucho cada vez que podemos, le cuento todo (o casi todo) y es como mi mejor amiga, sin perder el respeto que le tengo como madre. Ella es la autoridad y eso lo sé, tampoco es que hago lo que quiero.

-¡Hay que celebrar, hagamos una pizza!

Amamos cocinar y más si es juntas. Comenzamos con la masa, la salsa, los agregados y al horno. El queso se funde, el jamón se cocina y las orillas quedan doradas. La pizza perfecta, la sacamos y comenzamos a comer.

-¡Bueno, cuéntame!¿Cómo fue?¿Qué le respondiste?¿Te gusta mucho, verdad?

-¡Me encanta!

Respondo a cada una de sus preguntas y después de charlar un poco más suena su celular. Es del trabajo, las sonrisas se borran. Necesitan hacer un papeleo con ella, se tiene que ir a la oficina.

-No sabes cuanto lo lamento mi cielo- Me besa la frente y sube al auto. No le digo nada porque se sentirá peor, la saludo con la mano en lo que se marcha. Cuando pierdo de vista la matrícula, entro.

Quedó media pizza. Llamo a Lily, no me contesta. Llamo a Aaron, tiene que quedarse con su hermana que agarró fiebre, le ofrezco ir pero dice que prefiere que estén a solas. Dyl tampoco me contesta. La única cura para mi tristeza siempre ha sido Eiden, él siempre estuvo ahí para cuando lo necesité ¿Estaremos bien? Lo llamo.

-Hola- Me contesta algo confundido, de seguro no se esperaba mi llamada.

-Hola, amigo- Respondo algo apagada y con miedo a su rechazo.

-¿Qué sucede, linda?

Le explico la situación, él sabe todo lo que pasé con mi madre, lloró conmigo la pérdida y secó mis lágrimas cuando amenazaban con caer. Él sabe la falta que me hacen. Enseguida se dispone a venir, no se lo niego.

Al abrir la puerta con su llegada me tiro en su pecho a llorar, los recuerdos de papá; mamá ya casi no está y encima me peleo con mi mejor amigo ¿Acaso hice algo malo en el pasado? Quién sabe...

Luego de contarle todo lo referido al tema, escuchar sus consejos, me ofrece ir con él a Basketball y así despejarme, no encerrarme, básicamente evitar la depresión. No soy una chica depresiva pero en algunas ocasiones me quedo demasiado quieta y quizás de lugar a pensar.

-¿Te quedas a dormir? Ya es algo tarde- Le ofrezco, hace un mes esto hubiera sido totalmente natural y ni necesitaría preguntarlo pero después de lo que pasó no hemos vuelto a ser los mismos, aunque no lo querramos aceptar.

Él asiente y nos ponemos a ver películas, voy en busca de pop.

En la cocina se encuentra su celular, veo que suena, es Amber, le alcanzo el celular. Ve quien es y lo niega.

-¿Sucede algo con Amber?

En realidad puede que sí tenga una idea de su distanciamiento pero prefiero preguntar.

-No, simplemente ya no sé. Ella siempre me gustó, siempre la tuve como la que sería mi novia perfecta pero creo que simplemente desperté. No existe la perfección- Al decir eso último me mira de reojo, ya ni sé que pensar. Por un lado parece el de siempre pero hay un aura cuando estamos juntos que me intimida un poco, como cuando recién conoces a alguien y sabes que si la cagas con esa persona, la cagas para siempre. Siendo que nos conocemos hace más de 10 años-¿Y tú que tal con Aaron?

Se me escapa una pequeña sonrisa al escuchar su nombre. Intento disimular pero se me hace difícil.

<<Tenía que sacar ese tema>>

-Bien, supongo- Le resto importancia siendo que me muero por contarle lo que me dijo hoy pero ya no puedo...

-¡Vamos, Maggie! ¡Cuéntame!

Su entusiasmo me relaja un poco y le cuento, no con mucho detalle pero más o menos como va la "Relacion".

-¿Y tú dices que te va a pedir para que seas su novia?- Me pregunta entre indignado y ofendido. Frunso el ceño.

-No lo sé, capaz.

-¿Y tú le vas a decir que sí?

-No lo sé, capaz- Repito, esto me está dando mala espina, no va a terminar bien- ¿Acaso te molesta?

-Siendo sincero, no me encanta la idea.

-¿Porqué?

-¿En serio me lo preguntas? ¡Es un idiota, Maggie!

-No lo conoces- Continúo con una tranquilidad sorprendente. No me quiero alterar.

-No se necesita tener grandes charlas con él para darse cuenta. No se preocupa por sus estudios, lo único que va a lograr es undirte y luego dejarte con el corazón roto, pero ¡claro! Luego tengo que llegar yo a recoger los pedazos rotos.

-Nadie te pidió que seas el héroe de la película. No puede ser que me estés prohibiendo ser su novia ¿Acaso no me quieres ver feliz?

-Me prometiste que no estarías con un tonto como él y me hiciste prometer que evitaría que eso pasara.

-¡Teníamos 7 años!

-Y desde entonces yo ya te amaba- Bajamos el tono de nuestras voces.

-Yo nunca te voy a amar como tú a mí, tendrás que aceptarlo, somos amigos y nada mas.

-Así yo no puedo ser tu amigo. Lo siento...

Lo veo tomar sus cosas y con lentitud camina hasta la entrada. La puerta retumba al cerrarse dejándome en un profundo y vacío silencio.