Tras el Humo de su Cigarro [ Finalizada ]

8. Cerca del pasado

El hechizo se rompió cuando me sacó casi a rastras del brazo y cerró la puerta.

-Sigo queriendo saber que diantres es ese lugar -insisto impaciente.

La tensión se había disipado al completo.

-Dame un puto respiro. Yo lo que quiero ahora es cenar algo sin que molestes con tus interrogatorios.

Voy tras ella al salón y abrimos la pizza que está ya algo fría.

-Entonces... ¿Y tus padres? -murmuro sentado en la pequeña mesa de madera que hay espaldas al sillón con ella en frente.

-No quiero hablar de ello -zanja en un tono muy serio y apagado.

-¿Y hay algo de lo que quieras hablar? -tomo otra porción de pizza.

-¿Y tú eres capaz de mantener la boca cerrada? -responde exasperada.

-Dime al menos de quién es esta ropa ¿un novio? ¿amigo? ¿tuya?

-¿Pasaría algo si fuera de mi novio? -responde y detecto desafío y cierta curiosidad en su tono.

-Claro que no, es más, me alegro que paséis noches... Ajetreadas -miento hinchándome de orgullo y sonriendo burlonamente.

-Pues graciosillo, para tu información era de un ex -contesta mirándome ceñuda.

Cambio el gesto.

-¿Y la música? ¿Por qué la dejaste?

-Porque es un engaño y quizá mi mayor debilidad -los demonios soplaron esa llama emsombreciendo sus ojos.

-¿A qué te refieres?

-Es complicado...

-Puedo entenderlo -miento.

-...No quiero hablar de ello -mas que enfadada, está todo tan tenso que si fuerzo, se va a romper.

-Tan solo... Dime qué pasa con la chica del pelo rosa ¿quién era y... Por qué?

-Fue una amiga, bueno, eso creía yo -los recuerdos la inundaron de añoranza, y se veía que odiaba nadar en el pasado -como hoy, ella vino hace tiempo, nos chocamos en el pasillo y cuando supo que tocaba insistió para que fuera... -tronó una tormenta en sus ojos, y la nostalgia agitaba el oleaje -fue un jodido error -finalizó con despecho.

Sentía como el profundo océano de su mirada me envolvía y en ocasiones conseguía dejarme sin aire.

-¿Qué pasó?

-Me engañaron, como siempre -murmuró y la melancolía apareció perceptible en cada sílaba.

Se levanta dando la conversación por terminada y se sienta en el sillon, fundiéndose en su manto de humo al encenderse un cigarro. Yo con los labios sellados me siento a su lado.

-¿Qué ha pasado ahí dentro? -por la manera de mirarme, busca una respuesta concreta.

Pero no existía ningún pensamiento que me hubiera hecho actuar así, solo mi pecho latiendo con fuerza, igual que una bomba de relojería.

-Y-yo bueno... Solo lo sentí y... Es difícil de...

-Explicar -finalizó con el reflejo de una sonrisa.

-Exacto -musité.

-Que no se vuelva a repetir -advirtió con una dureza que no aludía el olor del miedo, incoherente y caótico.

-¿Era tuya la canción?

-Un puñado de versos estúpidos -corrigió con desprecio.

La miré.