29. Errores en pantalla

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-De todas formas, las peores cosas que se rulan son fuera de este -añadí.

-Y que lo digas y como se junte un poco de alcohol flipas -vuelve a hacer ahínco Cameron.

-Bueno con el alcohol de por medio todos nos ponemos gilipollas -tercia Theo.

Las miradas entre mis amigos eran puntiagudas.

-Oye, que el error de grabar cosas en una fiesta que no se deben lo cometemos todos -trata de zanjar Harry.

-Pero de hacer cosas que no se deben el grupo ya es más reducido -insiste Cameron.

-¡Deja de tratar de lavarte las manos! -saltó Mark.

-Voy a echarme un cigarro... -murmuró Blake y se fue fuera.

Yo miré extrañado a mis amigos.

-Chicos ¿qué ha pasado?

-Nada -impusieron al unísono.

-Vosotros la cagasteis mil veces más que yo -encaró mi mejor amigo de nuevo.

-Pero consumiste igual que el resto y eres consciente de sobra de como iban las cosas -contraatacó Harry.

-¿Y después eh? ¿Íbais colocados el resto de días o qué? -Cameron apretó la mandíbula.

-No tienes ni puñetera idea -farfulló Harry .

-¡El que no tiene ni puñetera idea soy yo! -les miré a todos con los ojos abiertos mientras daba un golpe en la mesa que agitó los vasos, confuso y con una gran sensación de exclusión.

-Bueno ya está bien ¿no? -inquirió Theo.

-No, no lo está, no sé qué coño está pasando pero veo que tampoco tenéis intención de decírmelo -estallé dolido.

-Tyler, cálmate... Lo sabrás a su debido tiempo -dijo Cameron en un tono conciliador.

-Cierto, que aquí todos tenemos nuestras propias cagadas y no decimos nada al respecto -dejó caer Harry mirándome, sus ojos me indicaban que sabía algo.

Apreté la mandíbula y tras bufar y tirar el dinero sobre la mesa me largué de allí enfilado mirando al frente, Blake con un cigarro a casi terminar vio como pasaba de largo y no dejaba de andar, mi cabeza daba vueltas y hervía con más intensidad que una olla a presión. Conocía a una persona con la mala costumbre de evadirse en las azoteas y supongo que fue por eso que a la primera a la que pude acceder, subí y me quedé admirando el paisaje pensando que hallaría las respuestas en aquellas luces anaranjadas de lejanas farolas, o que simplemente podría sentir más suave, sin tanta asfixia.

Escuché pasos a mis espaldas, y sabía perfectamente quien era. Se sentó a mi lado encendiéndose otro cigarro y miró al frente del mismo modo que lo hacía yo.

-¿No vas a decir nada? -dije bajo con la vista al frente.

Inspiró dando una calada.

-¿Serviría de algo?

Me encogí de hombros.

-Supongo que no.

-Todos guardamos secretos, que al final siempre acaban saliendo, es como tener a una serpiente, con el tiempo irá creciendo, y por muy impresionante que parezca, llega un punto en el que alcanzará un tamaño tan grande como para poderte devorar -me dijo.

-¿Cameron te ha contado lo que ha pasado?

-Tus amigos guardan algo y cuando lo sepas probablemente prefieras no haber escuchado jamás nada al respecto, pero no, no sé nada -objetó.

Tras el Humo de su Cigarro  [ Finalizada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora