Esa noche también me quedé a dormir, y mi madre se quejó de que apenas pasaba por mi casa, no quería imaginarme su cara si viera mis moratones, además era importante que estuviera con Blake, más ahora. Por la madrugada se despertó sobresaltada, yo me hice el dormido, necesitaba un momento para ella sola y cuando nadie la veía, su frialdad quedaba tan atrás que era irreconocible.
Había comenzado una cuenta atrás desde ayer, la peliblanca estaba distante, se comunicaba con monosílabos y apenas me hacía caso. La mañana fue así hasta que se decidió por llevarme a casa donde me esperaba un interrogatorio y tener que dar 500 explicaciones de las cuales todas eran mentira.
-¿Nos vemos mañana? -pregunté.
-Supongo.
Suspiré y ella se esfumó.
***
Me salté la primera clase sin remordimiento alguno, camino a la azotea. Estaba allí, podía percibir las secuelas que le había dejado la visita del otro día, su actitud hermética se había acentuado.
-Quiero proponerte algo.
-No me quiero casar contigo, Tyler -bromeó.
-¿Y ahora qué hago con el anillo? -me llevo las manos a la cabeza dramatizando.
Me reí, Blake al menos sonrió. Carraspeé.
-Bueno, quería preguntarte si después de todo quieres que volvamos a quedar.
-Mm está bien, pero esta vez soy yo la que quiere llevarte a un sitio.
Sonreí.
-Vaya, has conseguido intrigarme -repetí la misma frase que dijo ella en su momento.
Quedamos entre semana, cosa siempre recomendable para no sacar de quicio a mis padres, nótese el sarcasmo. Pero lo importante era volver a vernos, repetir el buen sabor de la noche en la piscina y tenerme expectante hasta que llegue el momento, con una sonrisa bobalicona impresa en la cara.
***
La espera fue condenadamente larga y para colmo, no venía. Una parte de mi cabeza se había montado una peli digna de tres Óscars y la otra se había ocupado de hacerme un nudo en el estómago y tenerme moviéndome en círculos. La moto, su sonido era inconfundible, con solo escuchar su rugido ya se me disparaba una taquicardia. No comentaré nada de la parada que me había dado con la conductora, que le quitaría el aliento a cualquiera.
-¿Subes?
La miré asombrado y asentí subiéndome. Arrancó y tomó la primera salida de la ciudad, íbamos por una carretera nacional algo desmejorada, siguiendo las vías de un tren que había dejado de funcionar hacía tiempo. Tras veinte minutos acompañados por el motor de su moto hizo parada en una estación abandonada, allí, en lo que podría ser perfectamente la mitad del campo o de la nada. La seguí confuso, me salté la valla oxidada y con su ayuda nos subimos a un tejado de dudosa seguridad.
-Mira hacia arriba -me dijo con una media sonrisa.
Al alzar la vista recostándome sobre el oxidado y destartalado metal observé el manto de estrellas, era infinito el atrapante cielo que parecía echársete encima.
-Mágico ¿no crees? —objeté.
Su risa quedó en suspiro.
-Algo así... Es la clase de cosas que solo puedes ver alejándote lo suficiente, evadiéndote hasta encontrarlo.
Sabía que Blake había dejado de hablar del cosmos. Alargué mi mano y tomé la suya.
-Ya te lo he dicho, voy a ayudarte en todo lo que pueda -la miré unos instantes -¿tenemos próxima parada?
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Tras el Humo de su Cigarro [ Finalizada ]
RomanceEl impacto de una mirada puede ser el acto más violento y enganchar a cualquiera a dicha sensación. Tyler no era inmune a ello, y mientras se hundía en asuntos turbulentos pendientes de pago y se desengañaba de la vida, iría detrás de dos ojos gris...