Tras el Humo de su Cigarro [ Finalizada ]

11. Puñado de recuerdos

Flashback:

-¡Mira abu! ¡Mira que alto sube! -grité emocionado.

Había sido mi cumpleaños y desde entonces estaba deseando salir a pilotar mi nuevo avión teledirigido. Mi abuelo -que era con quien pasaba la mayor parte del tiempo- al fin me había llevado a dar una vuelta. Elevé tanto el juguete que colisionó contra una antena de la azotea y se cayó ahí arriba estropeando el control remoto. Armé un berrinche hasta que un vecino me dejó subir a por el avioncito. Empujé la pesada puerta y vi que una niña tenía mi avión.

-Eso es mío -le dije acercándome.

Era delgada y su cabello azabache apenas le rozaba los hombros, me miró con sus enormes ojos grises que brillaban con curiosidad.

-Ah -musitó entregándome el avión.

Me palpitó el corazón con fuerza, me sentía extraño cerca de aquella niña, así que me alejé dispuesto a irme y huir de aquella sensación, pero no pude evitar voltearme y observar como se sentaba en el suelo abrazando sus rodillas con una expresión amarga en el rostro.

-¿Qué haces aquí? -pregunté acercándome.

-No me gusta escuchar a mis padres discutir -susurró cabizbaja.

-A mi tampoco a los míos, pero luego vuelven a estar contentos -le sonreí -. ¿Cómo te llamas?

-Blake.

-¡Yo soy Tyler! -respondí dicharachero -¿quieres que seamos amigos? -propuse entusiasmado.

-¿Amigos? -inclinó la cabeza extrañada.

-¡Sí! ¡Tener amigos es lo más! -le dije agitando los brazos.

-¿Durante cuanto tiempo vamos a ser... Amigos? -se notaba que esa palabra le sonaba extraña.

-¿Qué te parece para siempre?

Mostró su dentadura mellada en una linda sonrisa y alzó su dedo meñique.

-¿Amigos?

Y cuando entrelacé el mío con el suyo, una estela de recuerdos se disparó y mi mente me contó todas las veces que había ido a verla, todo el tiempo que pasabamos juntos y de las tantas cosas que en su día hablamos.

Fin del flashback.

No sabía que decir, pero la nostalgia se hendía en mi pecho consternandome.

-Tú... Eras aquella niña -exhalé en un suspiro, atónito.

Asiente muda y veo un destello en sus ojos, como si algo hubiese brillado en aquella agonizante oscuridad. Por primera vez, fui consciente de cuán vacía que estaba la mirada de Blake. Al mirarla podía recordar como siempre acostumbraba a llevar mangas largas y la histeria que le producía el hecho de que preguntara que hacía en junio con chaqueta. Ahora mismo ella estaba triste, lo sabía porque antes de volver opacas sua emociones, era transparente, y la melancólica melodía de antes también la tocaba cuando tenía apenas doce años, ahora quizá, un poco mejor, y con ello, aún mas triste.

-T-tu y yo... Nos conociamos -le decía tratando de asimilar la información.

-Algo así.

-¿Tenías problemas con tu familia?

-Que va. Cosas de cría, ya sabes -me sonríe con amargura.

-Blake ¿qué te ocurre?

-Nada -responde con un tono serio.