14. De vértigo

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-... Mierda -murmura Blake.

Le hago un gesto de que no haga ruido, frunce el ceño pero me hace caso. Veo la linterna del guardia de seguridad en el exterior a través de la rendija de la puerta, por lo que salimos de la piscina con sigilo.

-Iremos por la otra puerta -susurro cogiendo mi ropa.

En ese momento escucho como la puerta se abre y con los nervios trato de salir corriendo, provocando que me resbale y acabe cayendo sobre Blake. Busco con la mirada al guardia y entonces veo unas botas negras, al alzar la vista un hombre de mediana edad con un característico bigote nos mira enarcando una ceja.

-¿Se puede saber que estáis haciendo aquí? Buscaros un hotel -nos riñe.

Blake me aparta de un empujón y ambos nos levantamos. El hombre chasquea la lengua cegándonos con la linterna. Trago saliva mientras él sopesa la situación analizandonos, no quiero acabar en comisaría con un policía llamando a mis padres.

-Iros y ni se os ocurra volver, a la próxima no dudaré en llevaros a comisaría -nos dice adusto y a regañadientes.

Asentimos al unísono y con la ropa en la mano salimos de allí. Una vez en el exterior estallamos en carcajadas ante nuestra pequeña travesura y nos disponemos a escurrir nuestra ropa que pesa el doble que antes.

-Está empapada -suspira la peliblanca.

-Podemos pasar por mi casa y pillar ropa seca -sugiero.

Vamos a por la moto, me obligo a no castañear los dientes y Blake trata de no tiritar. Arranca y nos vamos a mi casa, congelándonos hasta los huesos por el camino. Al llegar, mi madre levanta la vista del portátil y nos observa perpleja.

-¿Alguno de los dos me puede explicar por qué estáis empapados? -inquiere.

Abro la boca para darle una explicación pero no encuentro ninguna excusa que no conlleve que me prohiban salir de casa. Mi madre mira a Blake y despues a mí y cambia el gesto de su rostro a uno más amigable.

-Oh vaya, estáis muertos de frío, venga, cambiaros que vais a coger un resfriado -dice en un tono más maternal -. Si necesitas que te preste algo me dices ¿si? -añade dirigiéndose a Blake.

Ella mira a mi madre y mi casa en general con cierta extrañeza, traga saliva y asiente tratando de esbozar una sonrisa.

-¿Vamos? -le digo al verla desconcertada.

Me afirma con la cabeza volviendo a este plano de la realidad y le indico donde es mi cuarto ya que antes de que la pueda acompañar mi madre me retiene.

-Tyler se que eres ya mayorcito pero...

Veo las intenciones que tiene y la freno.

-Mamá solo somos amigos, no vamos a hacer nada raro -digo tragandome la vergüenza a duras pena -y aun así, aunque pasara algo, sería con cabeza -añado.

Me arde la cara entera y por más que me abanique ese calor no se pasa. Mi madre rueda los ojos divertida como si supiera más de lo que expresa.

-Ve con ella anda -me guiña el ojo -. Y por cierto, no hagais mucho ruido.

-¡Mamá! -exclamo.

Decido hacer caso omiso e ir a mi cuarto. Me encuentro a Blake secándose el pelo con una toalla.

-Supongo que no tienes sujetadores y esas cosas.

-No, lo siento mucho pero mis sujetadores están todos en la lavadora -bromeo.

Le tiro unos calzoncillos a la cama.

-Están limpios descuida. Puedes coger la camiseta que quieras -le sonrío y el calor persiste.

Tras el Humo de su Cigarro  [ Finalizada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora