15. Sangre hirviendo

161 15 18
                                    

-Creo que deberíamos seguir esta conversación en otro momento... -me atrevo a decir.

Rebeca pone los brazos en jarras.

-¿Cuánto tiempo más? No puedo estar esperando toda la vida solo para saber si cuando me dijiste que querías volver conmigo fue sincero o ibas demasiado borracho -inquiere ceñuda.

Me tiembla la mandíbula, recuerdo como la estaba mirando en aquel momento, boca con boca jadeando, le balbuceaba que volviéramos y confesaba sin reparo lo jodido que estaba, vencido totalmente al alcohol y el dolor que ella me causaba. Blake tragó saliva, y en su mirada todo lo que había construido se derrumbó.

-Venga di, Tyler -escupe Blake sin reprimir las ganas que tiene de apagarme un cigarro en toda la frente.

-Creo que deberíamos seguir hablándolo a solas -murmura Rebecca mirando a la peliblanca con cautela.

-No. Esto también me interesa a mí -impone.

-Aun así, es cosa de nosotros dos -la rubia me agarra del brazo, no sé muy bien quien lleva la razón.

-Tienes que estar de coña... -masculla -os habéis acostado, ni sois novios ni nada por el estilo así que deja de llevártelo como si fuera una puta propiedad tuya-encara Blake sin filtro ninguno.

-¿Acaso eres tú mucho más que yo? No quiero hacer de esto un numerito.

-¿Piensas provocar una pelea entre nosotras dos o cómo va esto? -aprieta los dientes.

Rebeca tira más de mí.

-No sé cómo decirtelo, pero que metas cizaña no ayuda en absoluto -comenta.

-No tienes ni idea de quién soy ni de que tengo y dejo de tener con Tyler, así que habla con más cautela -advierte.

Blake me mira, sus ojos se duplican en distintos planos de mi memoria, normalmente dejándome sin aliento, semidesnuda en la piscina o adormilada, recuerdo mis palabras, y de como borracho soy capaz de repetirselas a Rebeca restándoles importancia, inconsciente de la farsa que había montando, con un numerito de circo y un corazón que hacía de acróbata siendo que solo servía para payaso.

-¿Piensas resolver este malentendido? -me exigen ambas.

-Sí, es solo que estaba pensando...

-¿Pensando? -salta Blake incrédula -deja de actuar como un crío y haz el favor de dejar los jueguecitos de ir a dos bandas y la que más te convenga pues esa, porque no, Tyler -se había encendido una rabia que irradiaba como un huracán, consumía cualquier cosa a su paso dejando apenas una estela de humo como la de sus cigarros.

-¡La gente se equivoca! ¡Tú también lo haces, Blake! -la tensión me había desbordado.

Tiembla, todo tiembla, hay un dolor tan profundo que no estoy seguro de cuánto daño ha hecho ese comentario.

-¡¿Qué la gente se equivoca?! ¡¿Es esa tu puta excusa?! ¡Que te hayas puesto celoso porque en una fiesta le haya prestado más atención a otro que a ti no es equivocarme! ¡Equivocarse es decirme lo que me has dicho mientras me miras con tanta sinceridad que soy incapaz de desconfiar! ¡Aquí! ¡Pegado a mis putos labios! -sus palabras son ácidas.

Rebeca enarca una ceja resignada.

-¿Entonces en qué quedamos?

-¡No Rebeca! ¡Por supuesto que no estoy contigo! ¡¿Te recuerdo quién jodió esta relación?! -inquiero.

-¿¡Y quién crees que se acercó a hablar conmigo eh!? ¿¡Tengo que adivinar que hacer, no vaya a ser que te arrepientas al día siguiente!?

Blake chasquea la lengua y camina en círculos desquiciada.

-¿¡A qué cojones juegas!? -tiene la voz desgarrada.

-¡A nada, joder!

-Yo me voy, paso de marear la perdiz -murmura Rebeca yéndose del lugar cubierta de orgullo, sin saber que veo perfectamente mi respuesta clavada en su pecho como una daga.

Me encontré con un rostro oscurecido y dos canicas negras agrietadas expectantes, brillando de odio.

-¡Sí! Lo hice, no me mires como si hubiera cometido alguna atrocidad -me apoyo en la pared, consumido por la rabia de Blake, a quien en el fondo le rogaba de rodillas que no se fuera.

Traga saliva y hunde las manos en su cabello.

-¿Por qué siempre la tienes que estar cagando? -murmura mascando la angustia, sonora en cada sílaba.

Tengo miedo y aun no sé si es de que Blake se ponga a llorar o de que me mate, pero me refugio en un pasotismo insano.

-¿Y yo qué sabía? No es algo que tuviera premeditado.

-¡No me dijiste nada! Actuaste como un cretino.

-¡Fui a por ti! -me cruzo de brazos -me levanté a las tantas solo por ti -reprocho.

-¡Pues no haberte levantado de esa cama! ¡Deja de fingir que estas enamorado de la una o de la otra porque lo que te pasa es que no tienes ni puñetera idea de lo que significa eso! -me grita en mi cara.

-¿¡Acaso tú sí!? -inquiero inclinandome hacia ella -¡no tienes la verdad absoluta!

-Jamás Tyler, jamás diría las gilipolleces que tú dices si no son tan ciertas como que me llamo Blake Stone -pronuncia con lentitud cerca de mi rostro, le amarga la lengua, envenenada del cabreo.

-Iba muy borracho ese día y ni sabía lo que hacía, pero todo lo que te dije era y es cierto -murmuro sin miedo a ser devorado por un depredador de primera categoría.

La osadía que tuve en acercarme a besarla fue el soplo que derribó lo poco que quedaba. Me sobresalté ante el puño que clavo en la pared, destrozandose los nudillos sin apenas sentirlo, presionaba los parpados disgustada, temblaba de rabia, ardía de pies a cabeza. Fui a poner una mano en su hombro y ver lo que se acababa de hacer, pero reaccionó con rapidez.

-¡No me toques! -chilló histérica.

Me mantuvo la mirada unos instantes, tensa al punto de romperse, sus ojos negros se fueron enfriando tirando de una patada el afecto creado, pisoteando las ruinas y escupiendo en ellas.

Después se apartó y con los ojos cristalinos se fue como alma que se lleva el diablo: Totalmente negada y en pena.

Me había quedado solo, Rebeca indignada, Blake... Supongo que destrozada. Después de haber estado detrás suya tanto tiempo a pesar de sus continuas largas, decidí reprocharselo, como si fuera cosa suya cuando soy yo el idiota que ni supera a su ex ni es capaz de sostener una relación de amistad con otra chica.

Tras el Humo de su Cigarro  [ Finalizada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora