Al despertar noté la presencia de Blake y el olor a tabaco más acentuado aparte de un leve aroma ácido del alcohol. Esos dos datos confirmaban que Blake no estaba nada bien. En el desayuno se notó considerablemente.
—¿Cómo estás? —pregunté sentado.
Ella ignoró mi pregunta preparándose el café. Se me daban mal los silencios y todavía más cuando eran pesados, incómodos, por lo que al minuto mi paciencia había dado de sí todo lo que había podido.
—Estás enfadada —sentencié.
Movió las cosas con más rudeza dado el sonido que hacían.
—Lo estás y es porque últimamente me voy y no te quiero decir donde —razoné.
—Si lo sabes ¿qué me estás preguntando? —escupió.
—Ayer bebiste —afirmé.
—Solo una copa y no me lo recuerdes o volveré a ponerme a vomitar —masculló avergonzada y arrepentida.
—Estaba con Cameron y Rebeca —musité.
Tensó la mandíbula.
—¿No la odiabas? —cuestionó.
—Sí, pero hemos quedado como amigos —expliqué.
—Ah —dijo seca —otra amiga tuya entonces —murmuró.
—No, Blake —salté —porque lo nuestro no es solo... —apreté los dientes y chasqueé la lengua —no es solo una amistad —me atreví a decir.
Suspiró pesadamente.
—¿Y no podías decirme eso desde el principio y ya?
—No siempre tengo la frase idónea para que no te cabrees —encaré.
Hizo un mohín y permaneció callada.
—¿Y tú dónde estuviste?
—Por ahí —dijo tajante y se aproximó a una ventana para encenderse un cigarro.
La abrió y se quedó apoyada pensativa mientras consumía tabaco con calma. Me coloqué frente a ella en su misma postura y al mirarme expulsó el humo en mi cara, ese gesto solo podía significar dos cosas y por la expresión juguetona que escondían sus pupilas ahora dilatadas sabía que desprecio no era.
—¿Qué? —dijo dejando la boca entreabierta con los ojos entornados.
—¿Qué de qué? —respondí.
—No sé, tú que me estás mirando mucho —se mordió el labio y enarcó una ceja.
—Quizá debería hacer otras cosas —insinué acercándome tanto que podía inspirar el humo.
Tiró el pitillo y me abalancé a besarla con rabia, me agarró del pelo y tiró de él enfadada, soltando un gruñido al morderme la boca. Fuimos deslizándonos y estando ella de cara a la pared le bajé los pantalones y empujé con fuerza, desquitándome, le arrugué la camiseta al agarrarla y apoyé la frente en su hombro apretando los dientes, buscando el olvido y una pizca de alivio, la mordisqueé el cuello y metí los dedos en su cabello desde la nuca, ella inclinó sus caderas hacia mí y apretó los puños contra la pared. Se oyeron golpes contra esta hasta que acabamos por desfallecer.
Blake se cambiaba delante mío tras haberse duchado, yo me encontraba sentado en silencio observándola y superando el "momento pared", como siempre, tardaba unos minutos en volver a la realidad, no obstante, estaba atento a todos los detalles y la miraba curioso y analítico. Sonreí.
—No queda ninguna marca —comenté.
Me miró desprevenida y al mirarse la expresión de su rostro se relajó.
ESTÁS LEYENDO
Tras el Humo de su Cigarro [ Finalizada ]
RomanceEl impacto de una mirada puede ser el acto más violento y enganchar a cualquiera a dicha sensación. Tyler no era inmune a ello, y mientras se hundía en asuntos turbulentos pendientes de pago y se desengañaba de la vida, iría detrás de dos ojos gris...