THIRD

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EL ORIGEN

EDITADO 18082019

Capítulo aumentado al doble. Louis tiene 9 - Harry tiene 11

| NIÑEZ |

La culpa, esa sensación que sientes al romper una regla, algo que la sociedad, la religión o la familia marca como correcto, psicológicamente es un factor importante en el desarrollo de los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo; la culpa es un estado afectivo en el que la persona experimenta un conflicto por haber hecho algo que cree no debió haber cometido y da origen a un sentimiento difícil de eliminar de la mente humana que es impulsado por la conciencia. Según Freud es el resultado de una pelea entre el ego y el superego.

Jay sentía culpa, la carcomía a diario durante los dos últimos años, la quemaba por dentro y su omega apoyaba a su conciencia cada vez que ésta le gritaba que se había equivocado con su hijo. Louis sólo tenía nueve años y era una mini versión de ella, tan recatada y correcta, sentándose siempre derecho, si en esa época se usara un corsé, seguramente su Louis sería el omega con la cintura más pequeña de Doncaster, ajustándolo más cada vez que lo creyera necesario. Y le pesaba... Le pesaba como cargar lingotes de metal en cada zapato, torturando su cuerpo en cada paso.

Si me hubieras dejado a mi criar al niño, no seria ese desastre emocional. Le reclamó su omega como todos los días.

Se había equivocado y le dolía pensarlo, en su mente la película estelar de cada noche, eran las burlas de su familia contra su pequeño, las veces que le corrigió su atuendo, su voz, todas aquellas ocasiones en las que empezaba una oración con "a los alfas no les gusta...".

Te lo dije, metiste la pata. Volvió a reclamar mientras la castaña colocaba el molde tapa encima de la gelatina de espuma que acababa de hacer.

Los pequeños zapatitos para el colegio resonaron en la duela de la cocina, la mochila más grande que el menudo cuerpo se maneaba en cada paso, detrás venía la misma cabellera rubia de la pequeña niña y un paso atrás, los rizos color chocolate del alfa, rebotaban junto a su andar tranquilo. La hilera de niños dejó un beso en la mejilla de la omega para correr al jardín.

La lujosa hornilla de la cocina, calentaba el té que Jay tomaba para calmar sus nervios y a su conciencia de paso. Anne llegaría en unas horas, tomarían el té como todos los días, mientras discuten alguna novela dramática, pero ese día en específico, la castaña no se sentía de ese humor, porque su omega ya había pasado los límites con sus reclamos y era tiempo de arreglarlo. Pero ¿sería demasiado tarde?

Por Dios espero que no Jay, por Dios y por tu bien. Advirtió.

La copa de vino que tomaba se llenó unas tres veces en espera de Anne, la mirada azulina de la omega se había quedado fija en el jardín, donde el trío de niños corría se un lado para otro, de vez en cuando una pequeña sonrisa se escapaba cuando veía a Harry parar en seco y buscar con la mirada muy desesperado a su pequeño niño castaño. Cuando la cabellera azabache de su amiga se vislumbró en el gran vestíbulo soltó un suspiro, era tiempo de confesarle a alguien sus pecados y que mejor que su amiga omega, porqué, ella lo entendería ¿verdad? Ella era madre y sabía que estas cosas pasaban.

-- ¡He tenido un lío enorme para salir del tráfico del centro! -- anunció apenas llegó a la sala -- Gemma puede comprar en línea y pedir que se lo manden hasta Londres la siguiente vez... -- anunció aunque Jay sabía que no era cierto, Anne estaba más que emocionada ayudando con la mudanza de su hija y su omega.

INSECURE [L.S.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora