DO

2.8K 165 12
                                    

EDITADO 30102021

Louis tiene 22 — Harry tiene 25

Dream on By. Aerosmith

Londres

Mayo 2033

Había un montón de cajas regadas por la sala y la cocina, en este punto Louis no sabía si vivía dentro de alguna empacadora o la oficina de correos; el televisor se oía de fondo en alguna de las tantas series que habían obsesionado al omega en los últimos años con la única intención de tener un poco de ruido en la soledad de la gran casa.

Nuestro alfa vendrá pronto.

Dobló un hoja de periódico acomodando el enorme montón de las mismas dentro de una caja vacía eliminando un poco y sólo un poco el desorden de la casa.

Odio desempacar.

Habían vuelto de su luna de miel apenas unos días atrás llevándose la sorpresa de que todas sus cosas ya se encontraban en la casa nueva, en desorden y dentro de enormes cajas demasiado estorbosas, pero sus padres les habían hecho ese enorme favor y no podían quejarse. Algunos muebles debían sacarse del empaque, otros armarse y unos más irse a la basura definitivamente.

El teléfono sonó con el estúpido tono que Louis comenzaba a odiar, en su mente creo el recordatorio de cambiarle ese tintineo por uno menos irritante y caminó a contestar.

Diga... — sus pequeños pies resonaron por la duela mientras se movía por la estancia con ese hábito que tenía — ¡Hola mamá! — saludó alegremente asistiendo a todo lo que decía y respondiendo sólo cuando la mujer le daba permiso.

Ella aún estaba emocionada por todo esto, era algo así como una costumbre al hablar con ella desde que volvieron, no importaba que sólo fuese para comentarle sobre las ofertas del super, Jay terminaría llorando y recordando la hermosa ceremonia de la boda, los adornos del jardín y como su relación maduró hasta que se enlazaron cuando iban a la Universidad.

Mamá siempre tan sentimental.

No, má... Hazz tuvo que salir de improviso a la oficina, pero en cuanto llegue se lo diré — con una mueca escuchó el sermón de su madre sobre los secretos en el matrimonio. Ni si quiera el mismo sabía como lidiar con lo que pasaba — lo se mamá, ya lo sé... apenas llegue se lo diré ¿bien? — después una larga despedida, el teléfono quedó enterrado en el sofá de la sala cubierto de algunos cojines y cajas.

— ¡Bebé, estoy en casa! — la puerta se cerró más fuerte de lo que debería, una mueca se instaló en la cara del castaño que veía molesto al rizado.

— ¡No azotes la puerta, Harold! ¿cuántas veces te lo he dicho? — con una sonrisa completamente enamorada e inocente, se acercó al pequeño abrazando su cintura y bajando hasta sus caderas.

Lo siento —

Omega gruñón.

Ayúdame con las cajas, ese montón de allá está vacío y listo para la basura — el rizado asintió despejando el área que ya comenzaba a tomar forma.

La enorme habitación pronto se hizo más grande de lo que ya de por si se veía, dejando solo un par de cajas que quedaron sin vaciar, pero el ojiazul decidió que podía sacar los marcos con fotos al día siguiente.

— Se ve bien, Lou — la nariz del rizado se instaló en el cuello canela del pequeño omega olfateando la marca dorada, sus largos dedos se apretaron en las caderas del más bajo acariciando debajo de la ropa y gruñendo.

INSECURE [L.S.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora