29

15.3K 1.5K 623
                                    

-—¡No!

—¡Deténganlos!

—¡Yakov! ¡Yakov!

—¡Sujétalo bien!

—¡Alto, por favor!

—¡Paren ya!

—¿Dónde esta el entrenador? ¡Llamen a Yakov!

Todo era un verdadero caos en la pista de hielo; pequeñas gotas carmesí manchaban el suelo mientras los dos alfas más fuertes del equipo ruso se golpeaban con brutalidad al mismo tiempo que sus compañeros intentaban separarlos.

Pero cualquier intento era inútil porque ninguno de los presentes podía igualar la furia y fuerza de los hombres que buscaban descargar toda la tensión e ira que acumularon esa mañana.

Justamente por eso Mila trataba, inútilmente, usar sus feromonas para detener a sus compañeros antes de que se hirieran más; mientras tanto Georgi y otros chicos hacían todo lo posible para separar a Viktor y Yuri.

Nadie sabía en que momento todo se había ido al carajo, sólo eran conscientes que bastó un descuido para que Yuri se lanzará con furia contra Viktor dándole la bienvenida al caos.

Durante los primeros minutos de ese brutal ataque Viktor tuvo el control de la pelea pese a recibir un puñetazo en la nariz que lo hizo sangrar de inmediato, así que sin dudar ni un segundo le regresó el golpe al rubio deseoso de acabar de una vez por todas con su enemigo.

A pesar de esquivar el primer puñetazo, Yuri recibió un golpe en la mejilla que lo aturdió por unos segundos, pero eso no impidió que se abalanzara con violencia contra el alfa mayor tirándolo con el hielo al mismo tiempo que le conectó una certera serie de golpes en el abdomen; el chico empleó tanta fuerza que fue posible oír el hielo crujir debajo del platinado.

Tumbado en el piso y bajo el iracundo Yuri, Viktor logró defenderse propinándole una serie de ganchos que le rompieron el labio y le abrieron una herida en la ceja, emparejado la situación ya que ahora ambos sangraban.

Satisfecho y seguro de poder ganar la pelea, el platinado volvió a golpear con fuerza al rubio en la mejilla logrando sacárselo de encima el tiempo suficiente para darle otro fuerte puñetazo en las costillas, mismo que le sacó el aire al tiempo que volvía a dominar la situación, pues se giró con agilidad colocando al Yuri bajo él para sacarle todos los dientes a base de golpes.

Pero Yuri era más fuerte de lo que a Viktor le hubiera gustado, por lo que sin mucho esfuerzo lo levantó lo suficiente para reventarle un golpe en el ojo izquierdo lanzándolo así lejos de él. Después, con una velocidad impresionante, llegó hasta él y le clavó otros dos potentes golpes en el estómago que por poco dejaron a Viktor inconsciente.

El pánico se extendió entre los presentes al ver que pese al mal estado de Viktor, Yuri no se detenía y seguía descargando su furia contra el platinado.

—¡Yuri! ¡Detente, Yuri!

A pesar de las súplicas y gritos nadie podía separar a los hombres, logrando que la angustia y desesperación se unieran al olor de la sangre que brotaba de las heridas de los alfas. Tampoco nadie pudo hacer mucho para evitar que Viktor y Yuri se destrozaran de aquel modo, en especial cuando el platinado logró defenderse al patear en las piernas al chico que lo reducía a nada con facilidad.

Katsudon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora