Capítulo 3: Problemas

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— ¿Es que acaso no puedo venir a ver a mis dos sobrinos favoritos?— expone sin borrar aquella sonrisa falsa de su rostro.

Analizando su tono de voz es pausado y burlón, cosa que me hace sospechar más de él.  

—La verdad no creo que seamos tus sobrinos favoritos — respondo en el mismo tono que él lo cual le hizo arquear su ceja viéndome — tienes otros por si no sabías porque yo también los desconozco, y a nosotros nada más no has visto máximo dos veces en la vida —sonrío hipócritamente como él lo cual lo hace ampliar más su sonrisa lobuna. Tengo cautela con la situación porque reconozco que este sujeto me desagrada y no puedo evitarlo ante mi modo de expresarme ante él.

—Que inteligente eres niña, pero no deberías hablarme así ¿no crees? — da un paso hacia mí lo cual hace que mi cuerpo retroceda dos en advertencia de modo automático.

—No sé cómo ni porque estás aquí —manifiesto cortante ignorando lo demás que dijo. Es tanta mi molesta hacia él que no puedo ni fingir tratarlo con educación, es algo que solo me sale de manera inconsciente sin poder controlarlo.

¿Qué escondes con aquella malicia en la sonrisa Carlos Patterson alias mi tío?

—No importa el cómo llegué pequeña curiosa, solo vine a ver como se encontraban ustedes porque son mi familia y los quiero mucho, y como bien dices tenía mucho tiempo sin verlos. —Yo no le respondo nada pero de igual modo prosigue— En fin… — se pone recto en su lugar acomodando su cabello hacia atrás mirándome desde su porte con superioridad — ¿Cómo están tus padres? —formula con interés.

El ambiente tenso y solitario entre nosotros aumenta mi incomodidad, lo contrario a él que se nota muy tranquilo aunque puedo ver algo en sus ojos que no sabría descifrar con exactitud.

—Bien— hablo escéptica ante su atenta mirada. Mi mala convivencia familiar me ha llevado a apartarme a tal punto que casi soy invisible para ellos, por eso es muy extraño que ahora él llegue y trate de hablar conmigo cuando es obvio que solo quiero largarme del lugar.

—Que bueno saberlo —quita su sonrisa para ver de reojo la hora en su reloj de muñeca— Ya es tarde, no deberías estar sola por aquí niña, mejor te llevo a casa y así aprovecho para hablar con mi querido hermano — hago una mueca por su comentario — y dime Rose, ¿en dónde viven ahora? — inquiere con cierto toque ansioso en sus palabras lo cual me hace sonreír ante su error.

¿De verdad me cree estúpida? No me creo su  falsa tranquilidad, lo noto desesperado, no soy una niña ingenua como el detestablemente me cree.

—Bueno tiito—Recalcando la i con tono infantil y burlón le respondo—no es necesario que me lleves, puedo ir caminando yo sola— finalizo con ahora mi sonrisa cínica lo cual para mi disfrute le molesta.

—Oh tranquila sobrina, no me molesta para nada, somos familia y estamos para ayudar ¿sí? Yo te llevo —insiste sacando las llaves de su saco.

Seré buena hija y seguiré las palabras de mi padre por hoy, y aunque quiera matar la inquietud con ésta persona que podría disipar algunas dudas me contendré por ahora.

—Ya le dije, no insista porque no hace falta, y enserio gracias tío pero mi casa queda cerca y no me molesta caminar— me alejo un poco de él haciéndome a un lado— ahora si me disculpa me tengo que ir —me voy rápidamente sin esperar respuestas de su parte y sin siquiera verlo.

Por fortuna logré salir de la institución sin que se diera cuenta el portero ya que no tengo autorización para irme sola puesto que ni eso puedo hacer por mi propia cuenta sin depender de mis padres o hermano. Pero a mitad de camino logro detectar como un auto gris con vidrios polarizados me sigue “disimuladamente” y sé perfectamente de quién se trata, por eso utilizo la oportunidad de escabullirme entre las personas utilizándolas de camuflaje para luego esconderme detrás de un árbol lo suficientemente grande para cubrirme. Observo con cautela como el auto cruza a una dirección opuesta y al pasar los minutos exactos aprovecho para irme de ahí con rapidez hacia mi casa sin dejar de ver hacia atrás con desconfianza.

Sonrisa Fingida |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora