Capitulo 43: invitación

803 86 21
                                    

Mi regla práctica ordinaria, últimamente se ha dejado vencer por el aburrimiento.

Fingir es un sencillo hábito, pero matar un tabú muy peligroso, porque si no tiene un fin en vida entretenido, tampoco es factible y, acaba siendo tedioso como la aspereza misma.

Observo con simpleza las noticias actuales y virtuales reflejadas en mi computadora, su título "impresionante" no es más que rancio para mí; "Se suicida ex alcalde".

Es evidente, que la verdad nunca se sabrá mientras sigan creyendo en mentiras. Los ciegos se adaptan y se conforman con falsas y miserables comodidades. Asnos todos que se apoyan en lo fácil.

—Señorita Patterson, disculpe mi interrupción pero quería saber si ya me puedo retirar. He acabado todos mis encargos y le solicito el permiso.

La apesadumbrada joven secretaria temporal, irrumpe mi panorama con su mediocre presencia.

—Susana— apago el ordenador para posar mis manos entrelazadas frente a su persona, y sobre mi escritorio— El trabajo nunca se acaba, es el descanso el que se gana con él con esfuerzo.

—P-ero hoy es 24 de diciembre

Sonrío al ver su mirada nerviosa — Ya te lo dije, el trabajo poco descansa, y tú aceptaste los términos en el contrato para tu pasantía ¿Y ahora vienes con quejas?—su postura asustada me hace cambiar la mía a una severa.

—N-no es e-eso señorita y-y, disculpe si lo ha visto así— sus jadeos tembloroso hacen que la acalle con un movimiento de mano levantándome

La incompetencia no me sosiega.

—Creí haber visto más voluntad en ti. Así que ya puedes marcharte, con todo y tus cosas.

—Por favor no me eche — implora acercándome cautelosa a mí al tiempo que me mira con súplica —Seguiré trabajando todos los días. Sé que ha sido mi falta la culpable de su correctivo que muy merecido me tengo, pero por favor, perdóneme por mi insolencia

Tomo mi móvil viendo la hora— No estoy para estas cosas Urdaneta, Y no me gusta el aprovechamiento de mi buena fe— vuelvo a verla inexpresiva — Así que solo por esta vez te dejaré pasar tu holgazanería. Tus gratas recomendaciones y tu necesidad por conservar tu empleo te han salvado únicamente ésta vez

— ¡Muchas gracias! — Sus ojos vuelve a iluminarse mientras una sonrisa más tranquila adorna su crédulo rostro— Me ha quedado claro. No defraudaré esta oportunidad. Y enserio muchas gracias por su amabilidad— vuelve a acomodar las carpetas en sus brazos

—Ahora si puedes retirarte —tomo mi portafolio luego de haber acomodado los documentos importante en él.

Fernando, ya tienes otro incidente erróneo con la ineficaz que acaba de salir

Guardo mi teléfono antes de salir del edificio y adentrarme a mi vehículo.

—No sabía que te había dado las llaves para entrar —coloco mis cosas en el asiento a mi lado mientras giro mi cuerpo al notar su presencia deteriorada.


—Y no me las diste, yo entré — contesta incorporándose y dejándome ver su rostro ojeroso y descuidado con aquella barba menguada.

— ¿Por qué? —finjo interés mientras enciendo el motor

—Estoy solo. Mi vida cae en picadas y ya no sé qué hacer — expresa consternado haciéndome suspirar mientras conduzco fuera del estacionamiento.

Y yo no sé a qué se refiere con "vida que cae a picadas", porque lo que a mi concierne, él nunca tuvo una en la cima.

Brandon se ha convertido en el vivo ejemplo de decadencia parasitaria. Y en estos días no ha sido más que un estorbo en mi casa.

Sonrisa Fingida |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora