Capítulo 28: Comenzar

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Ingreso reiteradamente en la habitación de mis padres para tomar el arma de debajo de la cama que mi padre tiene escondida en una esquina de madera en un compartimiento laborado. Agradezco mi curiosidad infante porque gracias a ello descubrí el revolver que de seguro conservan para casos de emergencia y que ahora a mí me servirá para acabar con una molestia.
Al incorporarme del suelo sacudo mi ropa eliminando los pequeños rastros de polvo en ella y marchándome nuevamente de aquel cuarto insustancial no sin antes haber revisado la pistola, asegurándome de que estuviera vagamente cargada por una simple bala y haberla guardado en la cintura de mi pantalón de tal modo que no sea visible para los demás, utilizando también para ello la chaqueta oscura que cargo para cubrirme del  extremo frio que hoy se produjo en la capital. De la cocino me apropio del cuchillo preferido de mi madre para cortar carne ya que tiene un excelente filo y que su tamaño es el apropiado para esconderse en el bolsillo de mi abrigo. Y por último decido tomar la navaja vieja de mi hermano  depositándola en mis botines de cuero alto lo cual me facilita mi iniciada carga improvisada de seguridad agregando cosas básicas pero necesarias para mi próximo procedimiento.

Antes de salir de mi morada me detengo frente  a mi madre la cual yace dormida en el sofá con el control remoto del televisor en la mano, para poder acariciar su mejilla derecha y apreciar su rostro escuálido y acabado bajo aquellas ojeras que muestran su insomnio por culpa de la tristeza. “eres inocente y por eso sufres. Ojalá pudiera quererte pero por ahora hare lo posible por cuidarte porque por el momento eres lo más seguro que poseo madre” es lo último que le digo a mi inerte progenitora la cual es ignorante a los hechos próximos.

Es ahora o nunca y por ello de manera algo apresurado debo darme prima con mi nuevo plan. Mi ventaja es que siempre estoy preparada para cosas nuevas así que ahora tendré que seguir el plan perfectamente estructurado en el interior de mi cabeza.
Tomo un taxi lo más alejada posible de mi casa y al adentrarme a él el sujeto que conduce me mira confundido antes de pedirme el rumbo de mi destino el cual sin reclamos acepta llevarme a aquella dirección sin hablar más en el trayecto. Una persona como él es fácil de descifrar y estoy segura de que se estará preguntando el porqué de aquel lugar tan apartado, sin embargo se queda callado mirándome de reojo por el retrovisor del auto amarillento mientras yo serenamente me recargo en el asiento de cuero negro reflexionando sobre la paz interior que ahora me aparece al saber de qué pronto hare enojar a mi ahora proclamado adversario. No tengo temor a lo que me pueda pasar en el proceso porque estoy feliz al poder proclamar mi inminente descubrimiento, y no es solo aquello lo que me mantiene eufórica debido a que lo que más me excita en mi plan es el último paso que llevaré acabo con su persona: matarlo. Y no pienso acabar con su vida de manera satisfactoria porque eso solo me lo llevare yo. El antes sufrirá en mis manos, ya que en vida es que esta el verdadero martirio para un ser humano.

A lo largo del camino pienso en todas mis posibilidades de pro y contra para mi persona y me aseguro de usar en conjunto todas las que no puedan llegar a afectarme como una muerte rápida en caso de complicaciones para no dejar pistas que no pueda borrar. O en tal caso escapar luego de saber lo que quiera conocer. Miro el exterior y me doy cuenta de que ya estamos fuera de la ciudad y la carretera a mi lado esta desierta pero adornada aun por los rayos del sol. Así que viendo la hora por mi teléfono confirmo que aun al ser 10 para las 5 me queda algo de tiempo para prepararme y echar un vistazo al lugar garantizando o no su presencia ahí, lo cual espero que sea así porque no quiero posponer de nuevo mis planes, además según mis posibilidades hay un 75% de probabilidades de que él sí se encuentre allí. Así que le sacare ventaja a la luz con eso y luego utilizaré la oscuridad como mi camuflaje.
En exactamente 23 minutos después, el vehículo se detiene a unos pocos metros de un gran edificio de 5 plantas el cual se encuentra rodeado de diversa vegetación. Le pago al taxista y espero que el auto se aleje de la vía para poder esconderme detrás de un árbol trasero que imposibilita mi visión de la edificación, y eso me beneficia porque hay grandes posibilidades de que por ello no me hayan detectado por ahora. Por ello avanzo con pasos sigilosos entre los arbustos hasta rodear el área en vastos minutos para no ser vista en caso de posibles cámaras. Y un solo rincón es el que me faltó en observar debido a que ahí no había resguardo para mi cuerpo y porque justo en esa puerta pude localizar la entrada principal del edificio claramente deteriorado por los años en señal de abandono. Así que por ahora no me aventuraré a tomar riesgos ya que quiero que las cosas salgan bien para mí y, aun mas al descubrir pequeños dispositivos en las esquinas de los cuales estoy segura de que son cámaras de vigilancia ocultas por bolsas mal colocadas que disimulan huecos por la falta de luz. Mi único acceso no obvio seria la parte  trasera que es la más alejada de la custodia pero la cual para mi infortunio es la más protegida con candados y cadenas, lo que me llevaría mucho tiempo en quitar y rompería mi regla número 16 de no desperdiciar tiempo en algo estúpido.
Es lógico que haya varias personas resguardando la fábrica porque por lo que he visto por fuera de ella no hay vigilancia, y si quiero sorprender a E debo ser muy cautelosa con mis pasos porque mi plan es improvisado y tampoco asegura mi éxito. El 50% es mi riesgo por hoy y no cometeré errores por ello ya que es complicado pero no imposible ganar. Deshacerme de aquellos hombres no me será tan fácil tampoco y por eso el silencio esta noche debe ser mi aliado.
Detengo el recorrido de mi visión de la puerta al localizar un poco más arriba de ella una moderada ventana la cual se ve libre de seguridades por lo que incitada a ella me dispongo a salir de mi lugar de entre las sombras al mirar el cielo grisáceo de reojo y recomponerme en estatura tomando una mediana roca para después correr de manera veloz a la pared tomando a escasos metros del lugar impulso para saltar manteniendo los pies aun en el cemento mientras con mis manos me sostengo del marco de la ventanilla en una posición incómoda y complicada de la cual rápidamente me decido a alzar un brazo con dificultad para mantener el equilibrio utilizando todas las fuerzas de mi otra extremidad para no caer.  Destruyo con la piedra el vidrio de un solo golpe intentando hacer el menor ruido posible mientras adentro mi mano al agujero detectando el pasador que me permite segundos después abrir la ventana y adentrarme nuevamente con el impulso de mi cuerpo al interior del lugar metiendo en primer lugar mis piernas y luego arqueando mi espalda y estirando mis brazos caigo al suelo medio levantada, apoyando mis brazos en la pared. Suelto un suspiro algo cansado por aquella actividad física que agradezco en destreza por las pocas prácticas de ballet y gimnasio que me vi obligada a asistir de pequeña. Cierro la ventana lo más silenciosamente posible y me permito después observar el entorno en el que me encuentro. Pues estoy en una pequeña habitación mugrienta rodeada de cajas apiladas que adornan la estancia poca iluminada. Al notar escobas y utensilios de limpieza que jamás se usaron me doy cuenta de que me encuentro en el cuarto de servicio. Pero detengo mi inspección al percibir el hedor nauseabundo de ratas muertas que se alimentan entre ellas. Y al escuchar pasos provenientes del exterior tenso mi cuerpo alarmado escondiéndome de inmediato a un lado de los roedores tapando interiormente mis fosas nasales mientras oigo el chillido metálico de la puerta al ser abierta

— ¿Lo ves Juan?, No hay nadie aquí— unos pasos próximos me hacen empuñar el cuchillo precavida entre la tela que me cubre— solo son alucinaciones tuyas porque recuerda que nadie puede llegar hasta aquí.

—Lo sé—un suspiro irritado me hace saber que dos hombres se encuentran dentro— pero sabes que es mi trabajo estar al pendiente del perímetro y ya te dije que me pareció ver una sombra acercarse a este lugar por el C-4. — regulo mi respiración a una suave. Aquellas cámaras por lo visto han captado mis movimientos y eso me mantiene intranquila

—Mejor deja la paranoia, sabes que es imposible que alguien note este lugar al menos que sea un vagabundo y ya nos hemos encargado de ellos. El jefe sabe lo que hace y tu vigilancia en estos años aquí solo ha sido de protocolo. Así que en vez de estar perdiendo el tiempo en miedos absurdos prepárate en avisar a los muchachos nuestra retirada, porque el líder hoy se reunirá con esa persona y el área debe estar despejada lo más pronto posible. Te toca encargarte de todo así que deja tus temores de lado o prepárate para un balazo en tu cabeza ya que sabes mejor que yo que casi nunca está de buen humor y no le gustaría para nada que arruinen su día especial. — las palabras graves de aquel sujeto terminan haciéndome fruncir el ceño por su interesante contenido, pero mis cavilaciones se esfuman al oír los pasos más cercanos a mi escondite de un hombre que refleja su sombra en su aproximación. Y en un acto alarmado rápidamente tomo la rata empujándola hacia él, y por ende haciendo que ésta emita un fuerte chillido al ser pisada por el hombre deteniendo mi descubrimiento.

— ¡Malditas ratas!, tienes razón, este lugar da asco. — a los pocos segundos la puerta es cerrada brindándome de nuevo el alivio al no ser encontrada. La temperatura desciende en las cuatro paredes haciendo que mis manos se entumezcan. Pero la información que sin ser consientes me otorgaron, estremece todo mi cuerpo con más energías porque aquello aumenta mis ventajas al haber menos personas entrometidas. La vibración de mi teléfono me hace sacarlo del bolsillo de mi pantalón al ver en la pantalla la llamada de Eduardo la cual sin pensarlo dos veces cancelo contiguamente agregándole brevemente un mensaje de aviso para evitar más interrupciones de este tipo:  “Tuve que salir a la tienda a comprar unas láminas para hacer un trabajo de emergencia así que no se preocupen porque vuelvo más tarde, ya que también tenía que ir a casa de una compañera en la cual dormiré porque se hace muy tarde y aún no hemos terminado. Así que dile a mamá que me disculpe por no poder avisar antes pero estaba ocupada”. Concluyo mi distracción eliminando lo máximo posible el brillo y el sonido del móvil.

Y Con la fortuna a mi lado abro la puerta con facilidad porque esta no adquiría del pasador. Pero la cierro de nuevo con sigilo al saber que aún me toca esperar algunos minutos para poder salir e iniciar mi cometido de acabar con toda esta farsa de una buena vez.

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Att: MM.

*** Capítulo Editado ***

Sonrisa Fingida |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora