Capítulo 30: Inesperado

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— ¿Es enserio? — refuto incrédula sintiendo la expansión de la impotencia en mis venas al apreciarme abrumada al verlo pasmado a varios metros de mi— ¿este es tu supuesto viaje de negocios, papá? — Expreso con amargura — todo este tiempo supiste en donde estaba y no hiciste nada para evitarlo— agrego con asco ante su silencio — ¿o acaso tú también estas detrás de toda esta mentira? —sonrío con cinismo porque ahora si no me sorprendería en nada su traición

— No es eso hija— niega acercándose a mi encuentro mientras yo retrocedo pocos pasos porque el sujeto a mis espaldas me detiene con el arma en mi sien. Yo le echo un vistazo de reojo al hombre neutral de aproximadamente 30 años el cual me lleva extremas ventajas en tamaño y músculos por lo cual me mantengo de nuevo inmóvil ahora viendo a mi padre mientras ignoro las carcajadas infames de Carlos. — no sé quién es E y quisiera explicarte todo esto pero ahora no puedo así que por favor debes creer en mí y marcharte de aquí— mira a su hermano nervioso peinando su cabello hacia atrás sin soltar su cabeza— ha sido una mala idea venir hasta aquí así que otro día volveré. Ahora me disculpo pero tendré que irme con mi hija—traga saliva angustiado mientras avanza discretamente pero se detiene asustado al ver a su hermano sacar su arma y voltearse hacia él para apuntarle.

— Aun no es el momento para las despedidas— sonríe con malicia mientras recarga el arma sin despegar sus ojos del cuerpo empalidecido de mi padre el cual solo refleja miedo en sus ojos— porque apenas inicia la reunión familiar ¿no crees?

— Cállate por favor—recompone con falsa valentía su postura el mayor — ahora no es buen momento, recuerda lo acordado— reprocha entre dientes señalándolo.

— Lo siento mucho querido hermano—expresa con falsa tristeza el sujeto que lo apunta — porque ahora que están aquí no puedo desaprovechar la ocasión para poder divertirme aunque sea un poco ¿no crees? —comenta nuevamente con burla haciendo que la expresión de mi padre se acongoje en pánico. — además nadie se tendrá que enterar.

— ¡Basta Charles! Ya es hora de que nos dejes en paz así que supéralo y olvida el pasado. Tú tampoco puedes arriesgarte porque estas en peligro, no lo olvides— amenaza abrumado desatando por consiguiente escándalos entre los adultos que revelan datos confusos que archivo en mi memoria.

— ¡Cállate! —El grito exasperado familiar lo hace avanzar hasta mi progenitor sin dejar de señalarlo— tu maldito infeliz sabes que jamás lo olvidaré porque tienes todo lo que me pertenece. ¡Tú tienes toda la culpa en esto así que no te hagas el inocente Alexander!

—Acepta de una buena vez que nada es tuyo. Compréndelo por favor hermano y vete de aquí porque bien sabes que si no lo haces volverás a— un disparo en la pared a su lado lo hace enmudecer tapando sus oídos con dolor por el tumultuoso impacto haciendo que los pocos presentes en la escena incluyéndome nos mantengamos inmóviles en nuestros lugares mirando a un alterado Carlos tomar de la camisa a su hermano con enojo.

—No tienes ningún derecho a nada, porque el que tiene todas las de perder aquí eres tú— escupe en gruñidos soltándolo con rabia mientras vuelve a amenazarlo con el arma— jamás volveré a aquel lugar porque las cosas que una vez fueron mías las volveré a tomar. Y tú no estarás para impedirlo de nuevo— voltea hacia mi encuentro sonriéndome— tú quieres la verdad ¿cierto? — me mantengo en calma en mi sitio aun sintiendo el arma en mi cabeza mientras miro de hito en hito a los sujetos exaltados frente a mí. — ¡Anda niña! ¡Yo sé que deseas saber todo esto! — me sobresalto por su grito alterado lo cual me indica su insuficiente paciencia para poder mantener el control de su propia persona.

—Déjanos ir— papá saca de detrás de su pantalón un arma apuntando también mientras su hermano abruptamente vuelve su atención a él riendo agraciado por su acción

Sonrisa Fingida |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora