Capítulo 7: Sentimientos

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Pasado otro día en la monotonía de mi vida camino por los pasillos de la institución pensativa hasta que un grito estruendoso por encima de la muchedumbre de estudiantes capta mi atención.

—Rose —flexionando su cuerpo mientras se apoya en sus rodillas Samuel retoma su aire viéndome — sí que caminas rápido —sonríe recomponiendo su postura — pensé que te encontraría en el camino pero noto que te gusta llegar con exactitud, ya casi entramos

—No me gusta pasar más tiempo de lo debido en un lugar, sólo lo necesario—Respondo encogiéndome de hombros preguntándome si acaso él no se cansa de sonreír puesto que siempre lo veo con esa mueca en el rostro.

—Está bien — asiente en respuesta colocándose a mi lado— ahora vayamos al salón—coloca su brazo izquierdo por encima de mis hombros en un movimiento relajado a lo que yo tenso mi cuerpo pero de igual modo también decido avanzar en silencio captando de reojo una mirada neutra por parte de David en la entrada. Ya dentro del salón nos disponemos a saludar a su grupo de amigos y sentarnos mientras él se introduce a la conversación con ellos de buen ánimo mientras yo prefiero mantenerme al margen ignorando disimuladamente lo que dicen porque no es de mi interés hablar sobre un programa de televisión.

—Rose —oyendo mi nombre volteo hacia Samuel el cual me mira nervioso nuevamente— ¿Qué te parece si salimos después de clases? — Sus mejillas vuelven a teñirse de rojo haciéndolo carraspear— A-a caminar un rato por ahí para conocernos mejor —finaliza titubeando lo cual me deja pensativa por unos minutos incrementando su nerviosismo y lo que también me hace cuestionar el por qué siempre se coloca así conmigo ya que no le haré ningún daño.

—Mmm está bien—declaro con tranquilidad pero recelosa lo cual lo hace sonreír en respuesta para luego prestar atención a la clase después de que el profesor se dignara a entrar.

No soy ingenua, algo se trae entre manos este chico y lo voy a descubrir porque está siendo demasiado amable conmigo y mi falta de confianza me mantiene alarmada.

Minutos después siento algo chocar contra mi pupitre y me doy cuenta que es Samuel el cual acostó su cabeza en el haciendo a un lado mi cuaderno para después cerrar sus ojos. Me permito detallarlo con la mirada notando algunas pecas en sus mejillas y en su pequeña nariz la cual arruga brevemente juntando sus abundantes cejas lo cual lo hace lucir gracioso. Es simpático el muchacho pero no puedo permitirme verlo de más porque hasta para mí se me está haciendo extraña la situación. Sin embargo él se da cuenta de mi descarada mirada hacia él haciendo que este abra su ojo verdoso mientras me sonrie de lado haciendo notar su pequeño hoyuelo izquierdo. Conociendo el significado de la palabra ternura diría que él lo es, irónico porque pensé que eso era basura engañosa pero que ahora detallo con afirmación lo cual me resulta patético hasta para mí.

— ¿Puedo pedirte un favor?— pensativa asiento esperando sus palabras — acaricia mi cabeza, me gusta que lo hagan porque me da tranquilidad—lo miro confundida por su petición y en un duelo interno conmigo misma diciéndome que no lo haga, delibero dejarme llevar por mi impulso y acariciar su cabello con lentitud el cual siento suave al contacto con mis dedos. Y él cerrando sus ojos relaja su cuerpo emitiendo un pequeño suspiro de paso.

Notando una sensación incómoda a mi costado izquierdo decido voltear al lugar en donde David y Eduardo me vigilan enojados advirtiéndome con la mirada algo que no sabría descifrar con exactitud y lo cual me da igual. Por eso volviendo mi atención al chico frente a mí me permito fruncir mi ceño retirando mi mano ante el acto cariñoso de mi parte hacia el que me hizo enojar desmedidamente al darme cuenta de la sosa situación que permití y ahora me reprocho. Samuel al darse cuenta de que ya no sigo con las caricias levanta su cabeza abriendo sus ojos dejando notar la abundante serenidad en su rostro.

Sonrisa Fingida |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora