Capítulo 5

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Brando llegó ésta mañana. Estoy tan contenta de que esté aquí con nosotros,  ahora sí estoy más tranquila. Vino durante la mañana y pasamos todo el día juntos, mi familia también nos acompañó. 

Ellos se fueron después de tomar el té por la tarde, surgió algo en la empresa de Buenos Aires y tuvieron que volver. Mi hermano y Melody siguen aquí, pero se fueron a un hotel, no quisieron quedarse. Dicen que quieren llegar a un acuerdo antes de volver a Buenos Aires. Brando se ofreció a darle uno de los terrenos que tiene, en verdad queda bastante cerca de donde está ubicada nuestra casa y creo que van a aceptar la oferta, pero mi hermano le quiere pagar y Brando no acepta el dinero de ninguna manera, así que bueno ahora deben resolver eso. Por mi parte estoy contenta que mi hermanito esté aquí conmigo. Además a Melody la amo y va a ser la madrina de los peques. 

 ❤ ❤ ❤  

En este momento me encuentro en la cocina con un antojo, tengo unas ganas inmensas de comer algo chocolatoso. Y es por eso que me encuentro aquí, estoy revisando todos los muebles, pero para mi mala suerte no encuentro nada. Comienzo una búsqueda un poco más profunda, pero sigo sin tener resultados. Menos mal que le dije a las chicas que compraran las galletitas, los muffins, las tabletas, pero no compraron nada. Dentro de unas horas les voy a decir, sí, dentro de unas horas, son las 4:00 a.m....Me encuentro con el camisón, descalza y con mi vientre gigante.

Frustrada, me siento en la silla apoyando mis codos en la mesada. Por supuesto que mis gestos acompañan mi molestia. Sigo bufando un rato más, hasta que siento esos brazos alrededor de mi cuerpo, sus manos se posan en mi vientre y le da leves caricias. Su rostro queda a la altura de mi cuello, como él dice, es su lugar favorito. Deposita algún que otro beso y es imposible no soltar una carcajada, sabe que me da cosquillas y sin embargo lo sigue haciendo.

-Estas buscando chocolates y no encontraste, ¿verdad? -Dios, esa voz ronca de recién levantado me pone cachonda. Mis bragas ya se mojaron. Le respondo mientras bufo y niego con mi cabeza, por supuesto que el puchero no falta en todo el acting.

-Las chicas se olvidaron de comprarlo -le digo mientras tomo sus manos y juego con sus dedos. Escucho su risa.

-Cariño, no culpes a las chicas, yo fui el que escondió toda esa compra. En verdad cariño, las chicas compraron chocolates en todas sus formas, tamaños y colores. Pero ya hablamos con el doctor, no puedes comer tanto dulce amor, debes cuidarte -dicho esto exploto. Todo el amor, toda la ternura se fue al...bien lejos...

-¿Acaso me estás diciendo gorda? –lo miro con una cara de puro espanto.

-No Oli, simplemente quiero cuidarte -me enojo más. Estoy furiosa, las hormonas no están ayudando en nada, ellas son las culpables...

- ¡Es eso, si soy gorda no me quieres más!, ¡¿verdad?! -le estoy gritando. No me encuentro más sentada, estoy parada mirándolo a la cara- ¡Claro! ¡Si me transformo en una ballena, te vas a sentir avergonzado!, ¡¿como no lo supe antes?! -dicho esto me alejo de él, en verdad tengo que pensar.

-¡Amor, espera! -dice gritando, pero ya me encuentro en el jardín, caminando tan rápido como puedo. No quiero hablar con él, unas lágrimas comienzan a salir de mi sistema, como siempre...

Voy a mi lugar favorito, a mi reposera. Es obvio que Brando no va a quererme más cuando me transforme en una ballena, es más que obvio, mismo ya lo estoy haciendo. Él debería estar con una súper modelo, no conmigo. Un hombre tan sexy, tan hermoso, tan dulce, no puede estar con alguien como yo. Mientras que pienso todo esto, observo el paisaje. Los arboles cada vez están más altos, las flores están floreciendo, pero el paisaje es tapado por la figura de mi futuro esposo. Se encuentra con el torso desnudo mostrando esos cuadraditos perfectos, su cuerpo está más tonificado que antes y como toque final, están esos tatuajes que lo hacen ver jodidamente sexy. Se coloca a mi altura y me observa con esos ojos que tanto me gustan. Mis lágrimas siguen saliendo, pero no tan fuerte como antes.

-Bonita, esto siempre te lo digo, pero lo voy a repetir las veces que haga falta, para que entre en esa hermosa cabecita que tienes -dice mientras me quita mis lágrimas con sus pulgares- Te amo, te amo, te amo. Sos el amor de mi vida, te amo así como estás ahora, así como estabas cuando nos conocimos. Te amo, no me importa si es con más o con menos peso. Te amo así y déjame decirte que estás en tu mejor momento amor, tu cuerpo está precioso, tu senos están más grandes, ni hablar de ese hermoso culito tuyo. Sos perfecta amor,  y me encantas de todas formas, colores, tamaños, me encantas tú. Me tienes completamente enamorado y voy a decirte algo y quiero que lo escuches muy bien -se posiciona mejor- solo me interesas tú, solo tú. No me importa nadie más, puedo tener a cualquier mujer frente a mí y no va causarme nada, ya que yo tengo a la mujer de mi vida, yo te tengo a ti y no necesito a nadie más. Así que Bonita, no dudes nunca del amor que te tengo a ti y a nuestros bonitos.

En este momento más lágrimas salen y lo único que hago es colocar mi cabeza en el hueco de su cuello. Brando me da pequeñas caricias en mi espalda y me susurra cuánto me ama. Luego de estar un tiempo así abrazados, hablo yo.

-Amor, lo siento por tratarte así, pero me es imposible no pensar en eso. Te amo Brando y soy tan afortunada de tenerte a ti -y ahí no me deja hablar más. Sus labios se encuentran con los míos, es un beso bastante apasionado. Poco a poco las cosas se ponen más intensas, su olor me vuelve loca, su torso, todo de él me vuelve malditamente loca. 

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