Capítulo 19

2.8K 139 2
                                    

Brando

Esto es un jodido infierno, no tengo señal y no me puedo comunicar con mi Bonita y para colmo sigo sintiendo esta sensación desagradable. Me estoy preocupando, Carlos tampoco se puede comunicar, estamos totalmente incomunicados. 

-Carlos, ¿pudiste comunicarte? -siempre es la misma pregunta y definitivamente sé la respuesta. 

-No, es muy extraño lo que está sucediendo -dice mientras mira la pantalla de su celular.

Comienzo a maldecir en mi interior. Lo único que quiero hacer es llegar a la casa y ver que todo esté bien. Mientras tanto seguiré con este malestar y mis pensamientos tampoco ayudan a pasar este viaje en paz.

Totalmente frustrado, una vez que llegue al aeropuerto de España, no espero a nadie. Voy a mi camioneta y esta vez pienso manejar solo y veloz. Ésta incertidumbre no la soporto más.  Acelero y me adentro a la carretera; pero para mi pesar, hay un transito pesadísimo. ¿Cómo me sucede esto a mi? No puedo entender la mala suerte que tengo. Mientras que espero a que se muevan, observo mi celular y el maldito aparato sigue sin señal. 

¡JODER!. Es lo único que pienso y como para agregarle algo más a mi jodido estado, esa sensación se sigue intensificando. Esto es de locos, parece una pesadilla. Los autos avanzan a paso de hombre, intento ver que sucede, pero desde esta posición no veo nada. 

Finalmente me pude dar cuenta lo que ocurrió, un accidente. Cada vez me acerco más a la zona donde se produjo. Cuando fijo mi mirada en el suceso, mi corazón deja de latir, mi mundo se para. Estoy en un maldito shock, joder esto no puede ser. 

Conozco muy bien esa camioneta, se la compré a mi mujer. Es imposible, es jodidamente imposible. Sin nada que pensar, dejo el auto en el medio de la carretera y me cruzo hacia donde está este accidente. Con el corazón en la garganta, observo la patente y todas mis sospechas, esa maldita sensación que sentí todo este tiempo, malditamente se cumplieron. Esto es una jodida mierda, no puedo creerlo. Intento acercarme al auto, pero los oficiales no me dejan, estoy más que alterado. 

-Es mi mujer- le digo enfurecido. 

-Lo siento señor, fue trasladada al hospital -cuando escucho la palabra "hospital" mi corazón deja de funcionar. Puedo sentir que alguien apoya su mano en mi hombro, pero mi mente sigue en shock; si le pasa algo a mi Bonita, me muero. 

-Brando, Brando -escucho que me llaman, pero sigo totalmente sumido en mis pensamientos. Unas manos me sacuden y salgo de mi trance, en este momento tengo a Carlos frente a mi. 

-Vamos -escucho decir y no lo dudo ni un minuto. Corro hasta mi auto y Carlos sube al lugar del copiloto; acelera el coche y lo único que pienso y pienso es en mi Bonita.

-Brando, los niños están en la casa con tus suegros -me dice Carlos para tranquilizarme un poco más. Le pedí a Carlos que les comunicara lo que estaba pasando, dice que ya lo dijo. Lo único que quiero hacer es llegar a ese maldito hospital y ver a Olivia.

Luego de un infierno, llegamos al hospital. Traté muy mal a la empleada de la recepción, pero en verdad me interesa muy poco. Ahora lo único que deseo es ver a mi nena. Carlos siempre estuvo a mi lado, disculpándose con toda persona que trataba mal. En la sala de espera no se encuentra nadie, ni un alma.

-Brando, tranquilízate, voy a buscar a alguien -dice mientras me indica la fila de asientos. 

Lo único que hago es asentir, sentarme, apoyar mis codos sobre mis rodillas y pensar todo lo sucedido. Tengo un nudo en la garganta, esto es una jodida pesadilla, no saber que le ocurre a mi Bonita me está matando.

Luego de varios minutos, aparece Carlos junto a un doctor, inmediatamente me paro.

-Brando, este es el doctor que está atendiendo Olivia.

-¿Qué le pasó a mi mujer? -no dejo terminar de hablar a Carlos, necesito saber ya qué está pasando.

-Señor, Olivia tuvo un accidente fuerte, gracias a Dios tenía puesto el cinturón de seguridad. Ella ahora esta un poco dolorida, pero con los antibióticos y con reposo, pronto se va a recuperar con éxito. 

-¿La puedo ir a ver? -le pregunto desesperado. Apenas veo que asiente, no necesito nada más. Me acerco corriendo a la puerta, tomo el picaporte y la abro. Y lo primero que veo es una camilla gigante, con sabanas blancas. Luego observo su cuerpo posado en la cama, tiene los ojos cerrados. Observo que en su cuello tiene un cuello ortopédico y algunos raspones en su rostro. Me voy acercando a la cama y en eso veo esos hermosos ojos color miel que tanto me enamoran, una sonrisa aparece en su rostro cansado. Y ahora sí puedo respirar. Una vez que estoy a su alcance, no digo nada. Simplemente la abrazo y siento su respiración.

-Nena, pensé lo peor cariño -digo entre sollozos. Estoy llorando como una nena, pero me importa muy poco; ahora lo único que me interesa es que está bien.

-Mi amor.

-Shh mi amor, no digas nada, simplemente descansa. Ya vamos a hablar -le digo mientras acaricio su hermoso rostro. Joder, es hermosa en este estado y todo. Posa su mano en mi mejilla y me da pequeñas caricias mientras me observa. No aguanto mucho más y acerco mis labios a los suyos, le doy un pequeño beso y me alejo, pero ella posa su mano nuevamente en mi cuello y pega sus labios a los míos. Este beso es un poco más fogoso, nuestras lenguas se encuentran, sus manos acarician mi nuca; nunca se lo dije, pero amo cuando hace eso. 

-Mi amor, tienes que descansar un poco -le digo mientras acaricio su rostro.

-No te vayas -me pide.

-Siempre voy a estar aquí hermosa.

Intenta moverse, apoya sus manos en la cama y hace fuerza, pero noto que algo anda mal. Se queda mirando la nada. Me estoy preocupando.

-¿Qué ocurre Bonita?

-Brando -hace un minuto de silencio, para mi fue una jodida eternidad- no siento mis piernas.

Y en eso comienza a llorar. Me acerco a ella y la sujeto en mis brazos, intento calmarla pero no estaría funcionando. Sigue intentado moverse, pero no ocurre nada.

-Cariño, espera un momento que llamo al doctor. Por favor Oli quédate quieta, vengo enseguida.

Dicho esto le doy un beso en la frente y salgo desesperado a buscar al doctor.




BONITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora