Capítulo 17

3.1K 148 10
                                    


Han pasado cuatro días y Brando no regresa. Lo peor de todo es que cada vez que hablamos, lo siento distante. Le pregunto qué es lo que sucede y la respuesta es "está todo bien cariño, estoy muy agobiado".

Al cuerno todo, estoy más que molesta, porque sé que no es un asunto de la empresa. Acá está ocurriendo algo y el muy machito no lo quiere compartir con su futura esposa, madre de sus hijos. 

En este momento me encuentro en mi dormitorio, los peques están durmiendo, entonces aprovecho y hago un poco de trabajo de la empresa; mi padre no está muy de acuerdo, pero siempre consigo lo que quiero. En estos momentos hacer las cosas de la empresa me sirve para distraerme un poco y no pensar tanto en Brando.

En eso suena el teléfono y observo quién es...Melody.

-¿Cómo anda mi cuñada favorita? -me dice ella.

-¿Cómo estás hermosa? No sabes lo que te extraño.

-Yo también, esto de estar lejos es feo. No veo la hora de que nos mudemos allí.

-Espero que sea pronto, en verdad extraño esas tardes de películas, las tardes de charlas y charlas.

-Yo también cariño, pero pronto nos vamos a ver -dice entusiasmada.

-¿Cómo estás? -le pregunto mientras me recuesto en la cama, los dolores de cintura no cedieron. 

-Bien, un poco cansada. Quiero dormir todo el tiempo.

-Es normal del embarazo Mel. 

-Es probable, de vez en cuando tengo náuseas y unos mareos horribles -comienzo a escuchar con atención lo que me está contando.

-Son cosas que ocurren los primeros meses, luego todo se va. Tranquila Mellowyellow. 

En ese momento comienzo a sentir el llanto de mi pequeño Jude, mi enano debe tener hambre.  Le explico la situación a Melody y colgamos.

Con un poco de dificultad me levanto de la cama y voy hacia su habitación. Y ahí se encuentra mi peque gruñón, igualito a su papi, en todos los sentidos.

-Hola hermoso de mamá -cuando lo cargo en brazos sus sollozos comienzan a calmarse. Al parecer alguien tiene hambre...Mientras tanto observo a mi hermosa Bel y está durmiendo serena, igual que su mami, tranquila. 

Jude sigue alimentándose, de vez en cuando me muerde y ¡Dios!, cómo duele. Dos veces se cambió de pecho. Una vez que el pequeño se siente satisfecho, lo coloco sobre mi hombro  y comienzo a darle pequeños toques en su espaldita, para que haga la digestión. En eso se levanta mi pequeña hermosa y ya sabemos que quiere... Así que intento hacer el procedimiento, así mi hermosa enana también puede alimentarse. Ella es mucho más delicada, no me muerde ni nada.

-Bueno pequeños, vamos a ir a la sala, pronto van a llegar sus abuelos -les digo, pero antes de bajar les pongo una linda ropita.  Mis padres llegan hoy, piensan quedarse unos días. Les pedí a las chicas que acondicionen el cuarto de ellos. Observo el reloj de mi muñeca y ya debe ser la hora; quise ir a buscarlos, pero no quisieron que lo haga...

Una vez que mis dos bellezas están impecables y presentables, los coloco a cada uno en su huevito y los llevo a la sala. Las chicas se encuentran preparando la mesa para merendar, les pido que cuiden un poco a mis peques, mientras me voy a cambiar. Subo las escaleras, y cuando entro al vestidor, el exquisito aroma de mi Bonito invade mis fosas nasales. Cómo lo extraño y lo que más triste me pone, es que no confía en mi. No quiere contarme que está sucediendo; me muero si le pasa algo. No puedo estar sin sus ataques de celo, sin su humor, sin sus gruñidos, sin sus besos, simplemente no puedo. 

BONITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora