Te empiezas a preguntar si realmente le debemos rendir cuentas a los demás, si de verdad es tan descabellado como te lo planteas en un inicio. Llegan personas a tu vida y la mayoría se va esfumando, la mayoría solo es un recuerdo vago. Esto es muy injusto para nuestra familia y más porque tú la querías mucho. Eso lo sé.
Primero nació tu padre, en medio de todo el caos y siendo el lazo más importante que tuve en toda mi vida. Nos instalamos después de la guerra en esa casa que se fue recuperando con los años. Tu abuela Rose y yo estuvimos por mucho tiempo en la brigada "Luz y vida" que convocaron los mismos ciudadanos para la reconstrucción del país. De hecho todos en el mundo hicieron lo mismo. La gente venía a los centros de acopio para dar comida, ropa, agua y herramientas de trabajo que después llevábamos a los poblados más afectados. Eran días cansados al inicio. Los escombros parecían interminables, pedazos de metal, pero lo más pesado siempre fueron los cuerpos. Nos transportaban en camionetas por caminos largos hasta llegar cada vez más lejos. Tu madre llevaba a Jorge de la mano todo el tiempo y admito que fue cansado para los dos, sin embargo era lo que queríamos. Charlotte llegó en un tiempo muy tranquilo, prácticamente llegó cuando nosotros sentimos que habíamos logrado hacer todo lo posible. Finalmente Anne un poco después. Los niños crecían, la ciudad se levantaba rápido, empezaban a llevar a sus novios a la casa y de repente llegan los nietos. No sé sí lo recuerdes, pero yo te llevé en tu primer día al kínder. Eras tan pequeño con tu pans de color blanco y una mochila muy grande para tu tamaño. Cuando te dejé en la puerta, caminaste con duda buscando tu salón de clases con lentitud y ternura en medio del pasillo. Te quedabas con tu abuela jugando en el suelo y yo me quedaba en la sala viendo las noticias. De un tiempo para acá empezaste a sentarse conmigo en la sala y veíamos películas de todo tipo. En fin.
Después de esa noche, al día siguiente me levanté con un dolor de cabeza y Marilyn ya tenía del desayuno con unas aspirinas. Ella se comportaba como sí no hubiera pasado nada. Esa era de las cosas que siempre me desconcertaban; hacías algo y ellos no sufrían las consecuencias de lo que significa. Era muy fácil normalmente para los demás androides, pero para ella fue diferente. De alguna forma en ella sí se notaban las consecuencias. No de un modo normal o típico, sino del modo que me acercó más. Era inaudito que esa robot se negara ahora hacer la única y principal tarea para la cual fue creada. Como sí mi lavadora se opusiera a lavar o mi reloj no quisiera darme la hora. Eso en un sentido más serio, era la semilla que temía la raza humana. Su creación ya no iba a sujetarse a sus reglas y ahora ellos son su propio destino. De alguna forma sabíamos que en un futuro más lejano ellos harían eso, pero no tan pronto. Sus oraciones al principio fueron muy racionales y ahora utilizaba metáforas, humor y formas retoricas. Cuando estábamos en la sala de Tom era muy correcta.
– Podríamos desarrollar la forma de meter nuestra conciencia a una computadora –dije.
– Realmente no es tan sencillo –dijo Marilyn–. Se puede realizar una copia digital de tu cerebro, pero tu cuerpo de todos modos va a morir.
– ¿Entonces de una u otra forma, nosotros morimos? –pregunto Tom retóricamente– Aun así es lo correcto. Nuestra forma de vida fue concebida para cumplir con un ciclo. El miedo a la muerte es algo que a todos nos pasa, pero tampoco creo que sea muy lindo ser eterno para nosotros.
– Es correcto. Ustedes nacieron para ser enterrados.
Entendía que su forma de ver las cosas jamás cambiaba, solo utilizaba otras palabras. Primero me estudió mientras me mostraba renuente a ella y determinó que la forma de romper el hielo era portarse más humana. Después llegó el ligero toque de humor cuando quería que la dejara regresar a mi casa. No puedo asegurar que fuera una necesidad de supervivencia, pero lograba adentrarse en mí. Entre el periodo que conocí a Rose y el día de la premier, veíamos películas, me leía, veíamos series. Esa fue como la segunda etapa, creo yo.
ESTÁS LEYENDO
Amor artificial
Science FictionMichael Dujardin, director de cine, le molesta su presente lleno de superficialidades y pérdida del romanticismo. Cuestiona los vacíos de la vida con la tecnología y la era digital. Todos sus pensamientos, todas sus inquietudes y toda una vida, dará...