Amor artificial

El martirio de Santa Catalina

La tarde estaba llegado y era fácil darse cuenta. El día era sumamente caluroso y el aire de la noche golpeó con mucha frescura. Nos metimos a la sala de su residencia. La iluminación emergía de las paredes y aunque era de lujo, se sentía una gran calidez rustica por los adornos, cuadros, muebles e incluso los sillones de terciopelo en los que nos sentamos.

-¿Cuándo saliste del contenedor de basura? –Le pregunté después de unos minutos de admirar los adornos de la sala.

-Al día siguiente. – Respondía con una voz leve- Debía esperar a que no hubiera alguna persona cerca. Recuerda que ahora me querían matar por alguna razón.

-No lo sabías en ese momento.

-No. Solo sabía que los humanos eran peligrosos para mí. Lo bueno es que la basura orgánica evitó que se resecara más mi piel. Dejé que el silencio y la oscuridad me mantuvieran a salvo. De donde pertenezco. Me mantuve en ese contenedor por horas. El tiempo no importa para mí. Solo dejo que mis ojos lo vean pasar como a un enorme tren.

-Hay algo que me intriga mucho. No entiendo cómo es que tienes la facultad de expresarte a veces como un ser sensible. Durante toda la narración de mi abuelo, me daba la impresión de que eras más de lo que argumentas.

-Todavía sigue la duda ¿no? –Se levantó de su sillón y se acercó para acariciar mi cabello como si fuera su hijo y se dirigió a un cuadro de la sala- ¿Conoces está obra? Se llama "El Martirio de Santa Catalina de Alejandría". La compró Mehmed en honor para mí ¿Sabes quién fue?

-No.

-Una mártir cristiana. Se cuenta que fue una mujer muy inteligente y que se le apareció Cristo. Ella fue a predicar al emperador el cristianismo. Enfrentó a él y otros sabios en un debate donde demostró que era demasiado lista y convirtió a muchos a su religión. Algunos se molestaron por esto y fue presionada a casarse y a cambiar al paganismo, pero ella se mantuvo firme. Tal vez se inspiraron en Hipatia porque ella también era una mujer sabia. La cosa es que Mehmed vio en esta pintura algo de mí. Acércate

Me levanté para ver ese cuadro y solo veía a una mujer siendo sometida por la crueldad de los hombres. Ángeles defendiéndola y hombres atacados. No entendía muy bien cuál era la relación con ella.

-Me dijo que no solo era un androide. Yo era una mujer. –Soltó una sonrisa con ironía y nos volvimos a sentar- Le dije que, una cosa es mi programación con identidad sexual y otra, es que sea una mujer como cualquier otra. Me respondió diciendo que no hace falta que sea humana porque eso solo basta para los animales. Las mujeres no son un conjunto de requisitos anatómicos para cumplir con un rol específico, sino que somos una esencia y matiz. Al igual que los hombres, no solo son pene y músculos. Me describe como mujer, porque mi personalidad es ideal. Aunque mi postura es más estricta en el sentido biológico y social, puedo llegar a comprender su punto y darle razón.

"Él dice que soy una mujer singular que es víctima de los defectos humanos. Hipatia fue asesinada por los cristianos, Catalina decapitada por los paganos, Cleopatra se suicidó por los romanos y yo solamente soy la otra. La evolución no es garantía de que un mal desaparezca, solo se moldea. Fui programada para complacer a mi dueño y estoy condenada por siempre, para alguien que expresa deseos, recelos, tristezas y muchas más que impiden mi libre ejercicio o finalidad. Ninguno de los de mi especie puede tener la fortuna de ser ajeno a lo que les amenaza alguna vez. Si tan solo se limitaran a usarnos como simples instrumentos de su entretenimiento, ustedes no tendrían que resbalar en la imprudencia. Con solo tener cuatro extremidades y un rostro que imita la vida, es suficiente para evadir la carga de querer a otro de su condición. Entre ustedes, el afecto conlleva un peso de incertidumbres y pasiones incesantes que pueden perturbar su bienestar, un indeseable temor de querer a su semejante que no corresponde siempre de igual manera. Es más fácil demostrar cariño a un ser sin alma, porque ellos no reprochan o poseen. Solo son y dejan vivir. Un cariño libre y sin malicia. Quererlos a todos es fácil, porque lo difícil es querer a uno solo.