Una nueva vida

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Me había hecho a la idea de que mi nuevo hogar y mis nuevas ocupaciones eran más importantes que mis ansias de salir al mundo real. Mis hábitos eran estar en la sala digital y escribir bastante. Hubiera deseado tanto tener una dirección de Rose para mantener comunicación, pero tenía que resignarme a soñarla despierto. Mis escrituras solían ser sobre ideas para películas y sus guiones. Al final tenía un recopilatorio de historias sobre otras personas que amaron y terminaron en el desastre. Aunque fuera dentro de otro mundo, me di cuenta de que mi necesidad por el cine era mi forma de vida. Ya era el año del 2108 y en ese entonces había hecho las paces con mi pasado. Después de las múltiples facilidades que Martin lograba con los demás presos para hacerme la vida más cómoda, acepté como persona civilizada entablar un diálogo cortés. Con el paso de los años, se había convertido en mi único aliado. Fue en estos momentos en que me daba cuenta de la magnitud de este movimiento revolucionario y sus intenciones. Me habló de todas las cosas que hacía el sistema y sobre todo lo que estaba en riesgo. Por decirlo de una forma, aquí es donde realmente comienza mi historia en la guerra civil. Evidentemente no activa, porque no quería y tampoco hice mucho para ayudar, pero al menos te estoy dando la visión contada de tu ídolo.

–Evidentemente sabías que las compañías más grandes y el gobierno se fusionaron para crear un súper poder centralizado. Antes teníamos varias legislaciones que prohibían acciones monopólicas como la ley Sherman, pero el inconveniente fue el extremo crecimiento de esas pocas y la recesión económica durante la ley marcial. Las pequeñas y las medianas empresas no eran nada. No era necesario eliminar a la competencia. Desde la crisis, el gobierno no se daba abasto con el presupuesto y cada vez era más indispensable la inversión privada. Las concesiones solo fueron el primer paso. Pero es innegable que gracias a las aportaciones millonarias los problemas se resolvían en cuestión de días. Los países del primer mundo habían obtenido excelentes resultados en cuestión de educación, seguridad, salud y los demás países comenzaron a copiar la fórmula. Por más integridad que tuvieran, no les podían proveer al pueblo lo necesario para vivir y estas empresas sí. Lo malo es que eran las mismas compañías de siempre. Una vez que se integraron, convencieron a los legisladores de que lo mejor era modificar reformas.

***

–Para esta noche y en presencia de toda nuestra audiencia. El debate que hay dividido a la población en el país, incluso en el mundo. En los países escandinavos y en Alemania, ya se permitieron reformar legislaciones con las que no solo modifican leyes de competencia, sino que abren el paso para que las empresas intervengan en las decisiones del gobierno. A pesar de las llamadas de atención de la Unión Europea, y sus regulaciones que competen a la materia, estos países decidieron separarse, sentando un precedente hace un año como la mayoría sabe. Para esta noche nos acompaña el economista y empresario Brett Mayer y la senadora Theresa Wade. Gracias a los dos por estar aquí ¿Señor Mayer, no es un acto descarado por parte de estas empresas millonarias para buscar poder?

–No, para nada. Es un mito que circula mucho por parte de la gente y esto se debe a que nunca había pasado algo similar. Pero ignora la mayoría que la desigualdad económica es cada vez más marcada. Los alimentos básicos para una vida digna están muy caros y una familia tiene que esforzarse más para pagar lo indispensable para vivir. No se hable de gasolina, de medicinas, del salario mínimo, equipo adecuado para nuestra seguridad nacional e infinidad de cosas. Esto evidentemente, se debe que los recursos ya no pueden solventar la demanda de una gran población. Nunca ha sido un problema de escasez sino de distribución. Cada vez es más frecuente que las tierras no sirvan para la agricultura y hace poco tuvimos una crisis por el agua. Hay que entender que para resolver estas problemáticas que compete a todo el mundo, necesitamos tecnología y ciencia, pero para eso se requiere dinero y recursos.

–¿Senadora?

–Sí, gracias antes que nada por la invitación. Me parece muy gracioso que el señor Mayer comente que se necesita dinero y recursos para pagar la "solución" de nuestro problema actual, pero todos saben que quien vende esa tecnología y ciencia son los mismos que ahora ofrecen soluciones. Como un círculo vicioso o como vendiendo la idea de que es la única solución. En nuestro país, la ley Antitrust data de a finales del siglo XIX, y fue por una razón que era indispensable para el desarrollo de la economía de un país entero y no de una sola entidad empresarial. Era importante que todos tuviéramos la oportunidad de abrirnos paso en mercado. Claro que es evidente y obvio que estas grandes empresas buscan algo más que solo vender sus productos y servicios. Por ejemplo, en Alemania hace poco se celebraron las votaciones y el elegido para canciller era un ejecutivo de la empresa que ahora invierte ahí. Si se hace esto, estaríamos vendiéndole nuestra alma al diablo y convertir al estado en un mercado accionario.

Amor artificialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora