Tiempos violentos

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Casi ningún edificio o casa estaba exenta de algún daño estructural, sobre todo en vías céntricas en donde los ciudadanos pasaban a realizar sus trabajos o hacer sus compras del día. De hoyos creados por armas de fuego, laser con enormes cantidades de calor que derretían muchos materiales, hasta la destrucción parcial o total de un inmueble. El mando insurgente a diferencia del sistema no era tan centralizado en donde sus soldados formaran parte del mismo equipo estrictamente. Todos peleaban contra el mismo enemigo, pero no siempre en una misma dirección. Al inicio del conflicto, Eleuteria, era quien tenía las riendas de la guerra y conforme pasaba el tiempo más personas se unían para apoyar hasta que descubrieron que ciertos soldados, quienes siempre fueron de nivel socioeconómico bajo, obligaban a las personas en sus domicilios a darles alimentos o dejarlos descansar ahí. Eleuteria por razones de logística, no podían entrenar a todos los marginados y tampoco podían disponer de todas las mujeres quienes debían cuidar de sus hijos. En números, Eleuteria disponía de muchas más personas para pelear, pero militarmente solo eran un puñado en comparación al poder del Sistema. Se designaron comandantes de cuadrilla y a su vez, generales que controlaran mayor extensión territorial mientras los soldados entrenados realizaban misiones más sofisticadas y arriesgadas atacando puntos estratégicos. Lo que no contaba Eleuteria, era que el resentimiento social por años hacia todos ellos desembocaría en un ataque más visceral y cruel no solo contra las maquinas, sino contra humanos al servicio del Sistema. Compartían una euforia colectiva todos los marginados que al tener en su poder un rifle o cualquier arma de PEM, resultó en victorias consecutivas, apresuradas y al mismo tiempo caóticas. Muchos marginados que fueron convocados a la guerra desertaron de inmediato y prefirieron aprovechar la situación para despojar a personas de sus bienes e incluso de sus hogares. Entre ellos, Tom también terminó en la calle por ser un representante del capitalismo que tantos años los habían oprimido simplemente por la mansión en donde vivía. Con el paso del tiempo se reorganizaron pero ahora algunos querían tener la encomienda de cuidar sus localidades del Sistema y de aquellos soldados que buscaran perjudicar a las personas, y grupos paramilitares que al no estar siempre de acuerdo con las ordenes de Eleuteria, adoptaron sus propias campañas. Entre estos últimos, estaba la cuadrilla de Lucas.

Lucas antes de la guerra, se enlistó en el ejercito donde sirvió 4 años en África. En el 2038 empezaron varios conflictos sociales y políticos en el que la sociedad demandaba el derrocamiento de las dictaduras por un sistema democrático y en el que sus dirigentes se resistían con represiones militares. A pesar de que la mayoría de los países que aún practicaban este sistema de gobierno se negaban a la intervención extranjera, las Naciones Unidas creyeron propicia la participación de Estados Unidos y otros países para actuar en interés de los ciudadanos. La situación era muy delicada y muchos Estados expresaron su oposición en tentativa de violar la soberanía de las naciones africanas, pero también era evidente que los intereses de la Unión Europea y Estados Unidos iban más allá de la justicia social. La parte fácil por decirlo de algún modo, fue la neutralización de sus líderes, pero la difícil fue el control militar y sosegar a los ciudadanos quienes ahora demonizaban a los americanos por otra intervención injustificada. A vista de todos, Estados Unidos era el villano que invadía su país. Inmediatamente se convocaron elecciones y se manifestó que el único fin era el derrocamiento de las dictaduras militares. A pesar de celebrar elecciones al año siguiente, aun continuaban atentados o enfrentamientos armados con rebeldes que simplemente demandaban la desocupación americana de tierras africanas. La mayoría del ejercito extranjero se fue conforme el nuevo gobierno se establecía y se fueron calmando un poco más las cosas, sin embargo Estados Unidos establecieron pequeños grupos de soldados para perseguir criminales del antiguo gobierno. Lucas, tenía 20 años cuando llegó a Angola realizando patrullajes en convoyes y donde fueron atacados en 3 ocasiones. Se quedó en el país para misiones de búsqueda y ataque. Terminando su servicio, regresó a Denver con su hermana y su madre quien tenía problemas con adicciones. Su hermana desesperada por cuidar de ella, al regreso de Lucas tomó la oportunidad de irse de la casa y casarse con un sujeto a otro condado. Lucas trabajó de taxista y metió a su madre a un centro de rehabilitación el mayor tiempo posible. Meses más tarde su madre cometió suicidio al considerarse una carga para sus hijos quienes evidentemente no la querían. El padre de Lucas era también un drogadicto, pero él los abandonó cuando eran niños y por lo tanto jamás se dirigieron la palabra. Ni si quiera tenía derecho saber sobre la muerte de ella. Lucas ya era un hombre con mucho resentimiento y al mismo tiempo empezó a beber con frecuencia. Su estatus económico lo convirtió en un ciudadano que debía vivir en los suburbios para gente pobre y trato de agrandar sus ingresos invitando a su hermana con su esposo para que vivieran con él. Lo que ignoraban ambos hermanos, era que su madre había hipotecado la casa tiempo atrás y ahora no podían pagarla. Quiso vivir con ellos, sin embargo el esposo de su hermana no estaba de acuerdo. Ella pensó que tal vez no era malo porque el Sistema había prometido que todos estos habitantes tendrían su propia casa. Lucas lo interpretó como traición y no volvió a verla.

Amor artificialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora