DESEO (HARRY STYLES Y TU)

capitulo 1

  Otro de los tantos días normales en los que _______ se encontraba en clase riéndose de los chistes de su querido compañero, rayando la libreta y levantando la cabeza para volver a bajarla y seguir rayando la libreta con dibujos abstractos sumida en sus pensamientos. A saber lo que explicaba la maestra, pensaba ella.

—¿Entiendes algo? —le preguntó una de sus amigas Tamara con el ceño fruncido.
_______ se volteó de su asiento para mirar hacia atrás donde se encontraba su amiga mirándola.
—¿Eh? —contestó _______ agitando un poco la cabeza. Tamara no tuvo oportunidad de reprocharle nada a su amiga de por qué estaba tan ida ya que la profesora las interrumpió:
—Señoritas Guilligan y Alfonso, ¿qué tanto hablan? —preguntó la profesora Alayón algo enfadada. Las dos chicas levantaron la vista y se la encontraron mirándolas seriamente.
—Perdone Señorita, no hablabamos de nada. —contestó _______.
—Entonces si no hablaban puedo suponer que prestaban atención a la clase y sabrán explicar de dónde viene la palabra 'dextrum'. —recalcó la palabra dextrum.
Las amigas se miraron entre si y esperaron a que un milagro las salvara. El silencio perduró en la clase y las miradas de sus compañeros clavadas en ellas.
—Ya veo. Espero que sea la última vez que interrumpen mi clase, a la próxima tomaré medidas.—dicho esto siguió explicando su aburrida materia, latín.
Asintieron a la par y se mantuvieron calladas durante lo que quedo de hora deseando que acabasen ya las clases.
________ era una chica con buenas calificaciones a los que cualquier padre estaría orgulloso de ver pero últimamente su mente estaba en otro lado y lo único que podía llegar era a un notable y con eso se conformaba, que en otros tiempos para ella esa nota hubiese sido una ofenda.
Tocó la sirena y las dos como unos rayos empezaron a recoger sus cosas y meterlas en la mochila para salir al esperado recreo.
Con suerte esta vez no se chocaría con la barbie de Alexandra Rinder, la capitana de las animadoras y capitana de las sin cerebro. Como siempre, la suerte no estaba de su parte, pero esta vez le dió a sospechar que fue ella la que quiso ''chocar'' con ella.

—¿Se puede saber que te pasa? ¿No ves por dónde caminas? —le casi gritó la rubia teñida, con cuerpo de infarto y ojos miel. Antes de que _______ pudiera contestar Alexandra le había dado un empujón en muestra de suficiencia y se había ido seguida de sus clones. _______ giró para contestarle pero antes de que dijera nada su amiga le tocó el hombro y con un gesto de negación la hizo callar. Ella sabía que no valía la pena pero su orgullo algunas veces ansiaba por salir.

Se dirigieron a sus casilleros y como de costumbre Suki, su otra amiga las esperaba con la espalda pegada en uno de los casilleros leyendo un libro. Cuando sintió sus presencias, levantó la mirada y les dedicó una sonrisa. Ellas se la devolvieron y abrieron sus casilleros para dejar los libros y coger los que necesitarían.

—¿Qué tal vuestro día? —preguntó Suki mientras las tres se dirigían hacia la cafetería.
—Pésimo. —contestó _______— Primero me regañan en clase por hablar —miró a Tamara la que sonreía inocentemente — y después me ''choco'' (de nuevo) con la querida Alexandra Rinder.
Suki soltó una risita y negó con la cabeza divertida.
—Ya sabes lo que te digo, ignórala, lo hace para fastidiar.
—Pues lo consigue, si que me fastidia. Si no hubiera sido por Tamara posiblemente hubiese estado ya en dirección.
Suki y Tamara rieron a lo que ________ se unió a las risas. Las tres entraron a la cafetería con una sonrisa y a ________ se le borro enseguida al ver una de las tantas escenas que odiaba ver pero las veía día tras día.
Intentaba no tomarle mucha importancia pero no podía. Desvió la mirada y se dirigió a la mesa de siempre seguida de sus amigas. No duro mucho ese esfuerzo ya que volteó a ver de nuevo y algo en el corazón se le quebró. Alexandra lo cogía por la nuca con una ferocidad atroz y lo guiaba a su boca como una loca desquiciada. A ________ se le revolvieron las tripas y casi una lágrima amenazaba por salir. ¿Qué necesidad tenían de besarse así delante de todo el colegio? Sólo quieren llamar la atención, pensó _______. Suki lo notó no más porque le hablaba pero su amiga estaba tan atenta a la escena que la ignoraba completamente.

—_______, ¿ocurre algo? —preguntó Suki tocándole la espalda. Su amiga volteó y la miró con los ojos cristalinos. Ella negó efusivamente mientras se restregaba los ojos con la manga de su chaqueta.
—Eh, no, no me pasa nada. —mintió _______ mientras le regalaba una sonrisa falsa a su amiga para intentar tranquilizarla. Suki asintió no muy convencida y prosiguió a contarle lo que intentaba decirle hace cinco minutos.

Volvieron a clases pero esta vez a _______ no le tocaba con ninguna de sus amigas a lo que la deprimió un poco. Entró a clase y lo primero que hizo fue saludar a su profesor con un leve movimiento de cabeza y después se sentó en el sitio de siempre. Miró a todos lados pero no lo vió. Algo dentro de ella se apagó. Sacó una hoja y un bolígrafo y empezó a escribir su nombre una y otra vez y de vez en cuando corazones, estrellas y cosas estúpidas de ese tipo. Antes de que pudiese tomar consciencia llamaron a la puerta y ahí entró él con el pelo desordenado, la camisa arrugada y los labios un poco (demasiado) rojos. Miró a el profesor con arrepentimiento, falso por supuesto a lo que el profesor contestó ''no volverá a pasar, ¿de acuerdo?'', él asintió y sentó en su sitio. Seguro ya tuve relaciones con ella, pensó _______ mientras lo miraba reírse con sus colegas de clase. Muy concentrada en sus pensamientos algo le tocó la mejilla. Se giró y encontró una bolita de papel en el suelo. Levantó la mirada y vió como él y sus amigos se reían mientras que ella los fulminaba con la mirada y se acomodaba hacia delante.
De nuevo otra dichosa bolita que iba colmando la paciencia de _______. La siguiente fue la que la colmó. Se giro en su asiento y soltó sin más:
—¿Puedes dejar de molestarme, por favor? Gracias. —y sin más volvió la vista hacia delante y descubrió como el profesor y sus compañeros la veían extrañados.
—¿Qué sucede Señorita Guilligan? —preguntó el profesor mientras pasaba la mirada entre ella y él.
—Nada señor, que el señor Styles no tiene mejor cosa que hacer que molestarme con bolitas de papel. —contestó ella con un poco de tristeza en su voz. No le gustaba culpar a nadie y menos a él pero si la molestaban ya cambiaba de opinión, a parte que se sentía dolida. El profesor volvió a mirarlo y le mandó una mirada con mucho reproche.
—¿Es eso cierto señor Styles? —preguntó el profesor.
—¡No! ¡Yo ni la toqué! —replicó él mientras fulminaba con la mirada a ________.
—Eso no es lo que me dijo ella. Muy bien si no quieres admitirlo aquí tendrás que admitirlo en otro lado. —y con eso se refirió a la dirección que ya tanto conocía Styles.
Él bufó.
—Está bien, si. —admitió secamente. Miró a _______ por última vez y la asesinó con la mirada a lo que ella bajo la vista algo avergonzada. Otra vez ese nudo en el estómago se le formó.
—Bien, Harry Styles, y que no vuelva a pasar. Ahora todos presten atención.

Harry Styles, el chico al que todos las chicas morían por sus huesos, al que todas rogarían por estar en el lugar de Alexandra, al que todas les gustaría tener un hueco en su cama, y ________ no se descartaba. El chico de pelo
rizado, con unos rulos que caían perfectamente por su frente en una forma divertida, esas esmeraldas a las que denominaban ojos y esa boca carnosa que soltaba una hermosa sonrisa a la que se le formaban unos simpáticos hoyuelos. Él era ese chico imposible al que ________ no podía alcanzar pero a ella le daba igual, ella no podía evitar no poder alcanzarlo.