Epílogo.

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Narra Kyle.

Sostuve su pequeño y dolorido cuerpo entre mis brazos con suma delicadeza, podía sentir como rápidamente, la vitalidad se esfumaba de su cuerpo.

- Tranquila, Elena.-susurré.

Mis manos se cubrían del espeso líquido que brotaba de su cráneo. No sobreviviría.

Era yo quien debía de actuar, devolverle la vida, ayudarle, igual que ella había devuelto la felicidad a mi ser.

Tumbé a Elena sobre mi cama, rezando por que no fuera tarde, aunque sus escasos latidos lo indicaban.

Debes dejar la suficiente sangre en su cuerpo. Me repetí a mi mismo un sin fin de veces.

Pero aquel pensamiento finalizó cuando mis dientes se hundieron en su suave y pálida tez, la cual no opuso ninguna resistencia ante mí.

Era el néctar más dulce que había probado, el cual había deseado durante meses...

Amaba esa sangre, pero aún más el cuerpo que la poseía, y eso fue suficiente motivo para apartarme de su cuerpo, el cual convulsionaba sin control.

- Todo va a estar bien.

Mis palabras de apoyo fueron acalladas por sus gritos de
dolor -posiblemente también causados por la sed- que emitía.

Sus ojos azules se habían desvanecido en el mismo instante que abrió los ojos. Me dolía el pensar que ese magnifico color de ojos sería difícil de ver a partir de este momento.

- Kyle. -susurró.

Jamás su voz había sido tan ronca.

- Ayudame. -añadió señalando su garganta. Asentí.

Sin perder ni un segundo corrí hacia una pequeña despensa donde guardaba un suministro en casos de urgencia; sino se lo daba yo mismo, huiría a buscarlo y no miraría a quien mataba. Le daría igual si son niños, padres, madres o ancianos.

Vertí el contenido en una taza y antes de que se lo diera yo mismo, ella ya me esperaba de pie en la puerta, sedienta.

Describir a Elena Just sería como describir la perfección, como a una estrella fugaz, a la cual esperas ver toda tu vida, y que solo un pequeño grupo de afortunados tiene la oportunidad de ver.

Eso era Elena, el mayor objeto de valor que tendría en mi vida.

Observé como mitigaba su sed, aunque esta no desvanecía por completo. Nunca lo hacía, al igual que nunca lo hacía mis ganas de estar con ella.

- Tranquila, cielo. -le dije mientras abrazaba su ahora, resistente cuerpo.

La visión de Elena siempre había sido un alago para mis ojos, pero ahora, Elena desprendía sensualidad y elegancia.

Lo cual, era lógico; cualquier vampiro debe de atraer a su presa.

Elena aprendía con rapidez, aprendió a controlar su sed, a cazar a los criminales y a disimular.

Aprendió que nuestra existencia es prohibida, secreta, ilógica, y que por ese mismo motivo, todos a su alrededor corrían peligro.

Pero no pude impedir que volviera un año después a estudiar, ni que siguiera viendo a Leila, James, y su grupo de amigos, al cual me uní tiempo después.

Pero los mejores momentos estaban por venir.

- Casate conmigo. -ordenó.

- ¿Rompiendo tradiciones, pequeña?

- Nosotros no somos normales, no creo que sea conveniente perseguir tradiciones que no nos incluyen.

- Si.

- Ya sé que tengo razón. -respondió, rodó sus ojos para después besar levemente mis labios.

- No, digo que me casaré contigo.

Nuestras miradas se entrelazaron de la misma manera que lo hicieron siete meses después en el altar.

Solo quería observarla, pero fue inevitable no fijarme en invitados, un grupo no muy numeroso que incluía a su familia. Desgraciadamente, ni su padre ni su madre estaban presentes.

Su hermano fue eliminado muchos meses después, cuando atacó a su hermana en mi ausencia.

Aprendí a no dudar de Elena cuando volví y me esperaba sentada en el sofá, con un vaso de refresco y el cuerpo desmembrado de su hermano metros más allá.

Elena fue el amor de mi vida, y a día de hoy, lo sigue siendo.

No puedo decir que él amor rompa barreras, pero la fuerza de voluntad si.

- Te amo. -le aseguré.

- Yo más.-respondió.

Cerré mis ojos mientras su cuerpo se entrelazaba con el mío, prometiendonos un amor que duraría por el fin de los tiempos.

Debo decir que he estado unos días sin publicar porque he cambiado el final.

En el final anterior Elena fallecía y la segunda temporada se basaba en Kyle buscando venganza.

Pero no pude matar a Elena.

Me negaba.

Espero que el final sea de vuestro agrado, lamento haber prometido una segunda temporada que va a existir, ni hoy, ni nunca.

Pero eso no significa que no vaya a seguir escribiendo.

Quiero que me digáis si os ha gustado la novela, y si os gustaría leer otra novela mía.

Gracias por vuestro apoyo y vuestro amor.

*lloro*

OS QUIEEEEROOO 💙💙

Dulce asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora