El trayecto hasta la mansión fue completamente silencioso. Sabía que él estaba preocupado y no quería molestarle en esos momentos.
—¿Te lo has pasado bien? —Preguntó mientras nos adentrabamos en la mansión.
— Sí —admití— es divertido ver como intentan ligar contigo.
— Es más divertido verte celosa.
— A ver si te parece tan gracioso cuando un chico intente coquetear conmigo.
—Le arrancaría los ojos por mirarte más de lo necesario.
Solo Kyle podía parecerme tan dulce siendo un asesino por naturaleza.
Me senté sobre uno de los sillones de masajes y me quité los tacones, los cuales habían comenzado a crear pequeñas ampollas en mis pies. No me había percatado del dolor hasta ese momento.
—¿Te duelen? —Preguntó y yo asentí. Él se arrodilló ante mí y cogió con sumo cuidado mi pie izquierdo, comenzando a masajearlo. Su tacto era delicado y a la vez fresco y revitalizante. Me permití divagar mientras él masajeaba mis pies.
No sabía que había hecho para merecer a alguien como él, pero tenía muy claro que oportunidades así ocurren una vez en la vida, y no pensaba dejar escapar esta.
Después de un largo rato el se detuvo y se puso en pie, inclinándose hacia mí, apoyando ambos brazos en cada apoyabrazos del sillón.
—Delicadamente, por favor.—Pidió antes de juntar nuestros labios. No me cansaría nunca de sentir sus labios sobre los míos, luchando entre sí. Mimándose, emanando amor.
Hice caso a su petición y seguí aquel delicado beso, evitando por completo aportar la intensidad que realmente buscaba.
— Gracias por la cita de hoy. —Susurró después de terminar el
beso.—Ha sido increíble.—Estoy de acuerdo.
Abrazó mi cuerpo y me cogió en brazos, permitiéndome impregnarme de su olor en todo momento.
Recostó mi cuerpo sobre mi cama y como días antes había hecho sin mi permiso, me quitó toda la ropa que cubría mi torso y lo cubrió con la camiseta grisácea que él llevaba. Me mordí el labio inferior al observar por primera vez su torso completamente desnudo. Era mil veces mejor de lo que habría llegado a imaginar, sin lugar a dudas.
Cuando me quitó los pantalones, se dio el lujo de acariciar por completo mis piernas y besar algunas partes de estas. Estaba muriendo en ese mismo instante.
— Kyle. —susurré con la voz completamente ronca y él se acercó a mí. — No sigas con eso.
— ¿Te incomoda?
— Ahora soy yo la que no sabe si puede controlarse.
Él sonrió y besó mi frente.
— Duerme, pequeña. —Dijo y se tumbó junto a mí, cubriéndome por completo con las mantas y sus brazos.
Cerré los ojos y fue inevitable que el cansancio se apoderara de mí.— Yo también te amo, Kyle. —Susurró ella. Les miré fijamente, intentando acabar con ellos sin la necesidad de tocarles. Pero yo era fuerte, era indestructible. Me acerqué a aquella rubia segundos antes de que su cuerpo volara en la dirección que la había lanzado.
Entonces, me acerqué a Kyle, quien me estudiaba por completo.
— ¿Era necesario eso? —grité— Has jugado conmigo todo este tiempo, Kest.
— Es cierto —admitió— Jamás te quise, solo tu sangre bastaba para mantenerme cerca de ti. Eras una simple humana, ingenua, idiota... Buscabas una salida y creías que enamorarte de mí te la concedería —rió— bienvenida a los vampiros, Elena.
Desperté sobresaltada palmeando el lugar de la cama que Kyle había ocupado horas antes. Él no estaba allí.
Suspiré. Aún me costaba asimilar el hecho de que Kyle e Iris hubieran mantenido una relación y que ella todavía intentara entrometerse en su vida. Solo si fuera fuerte, veloz... Podría acabar con ella y liberar a Kyle.¿Merecía la pena renunciar a mi humanidad por salvar al chico al que amaba? Si, no cabía duda.
Esa pesadilla solo había conseguido darme un dolor de cabeza que ni quería ni necesitaba.
— Estás despierta.
Miré hacia la puerta y allí estaba él, aún sin camiseta. Me replanteaba si sería buena idea quemar toda su ropa, para no tener que verle vestido nunca más.
— Sí —Respondí— ¿Qué vamos a hacer hoy?
— Pensaba que a lo mejor te gustaría ir a patinar sobre hielo.
— Kyle, ¿a ti te gusta patinar?
— No, la verdad es que no. —Admitió.
— Piensa algo que te guste hacer y que podamos hacer juntos, no es tan complicado.
En cuestión de segundos su cuerpo se encontraba sobre él mío, apoyando todo su peso en ambos brazos que se situaban a los lados de mi cabeza. Suspiré.
— Hay algo que me gusta hacer... —susurró— mucho...
Le miré por unos segundos. El verde de sus ojos me indicó que todo estaba bien, así que no temí cuando sus labios recorrieron mi cuello y rostro a su antojo.
— Kyle. —Gemí cuando sus manos se introducieron bajo la camiseta y bordearon mis pechos. Recorrí con mis manos su espalda, hasta que él repentinamente sujetó mis brazos detrás de mi cabeza sin llegar a hacerme daño.
Estaba completamente a su merced.
Se inclinó sobre mi rostro para devorar sin ápice de dulzura mis labios, aquel beso era bastante más agresivo que los anteriores. Sentí su miembro erecto rozar mi zona íntima, iba a matarme con su lentitud.— Kyle —Le llamé— si vas a detenerte, no sigas.
Él negó con la cabeza antes de levantar la camiseta con sumo cuidado, dejandome por completo en ropa interior. Recorrió con su mirada cada centímetro de mi cuerpo, besando las zonas que más le gustaban, al fin de cuentas, degustando mi cuerpo al máximo.
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Dulce asesino
VampirSabía que él acabaría con mi vida, mi mera presencia lo ameritaba. Y quizá, después de todo, no mereciera más que eso; había buscado mi propia muerte al conocerle. Todos nos guiamos por nuestros deseos más internos, y sabía que su único deseo era b...