La cabaña
La cabaña de madera lo redada, rústica y perfectamente limpia, su piso encerado y la alfombra bajo sus pies, el fuego en la chimenea frente a él lo relajaba, lo miraba fijamente e imágenes se venían de golpe a su mente, el hotel de June en llamas, el espectro frente a él y la frustración que sentía por el poder que en ese momento era superior en todo sentido, se llevó las manos a su cabeza con una evidente expresión de dolor, cada vez que su mente comenzaba a recordar algo no podía parar, su propia mente lo torturaba, el calor del fuego lo hacía pensar en los volcanes de la costa del pacífico, la destrucción de su patria y lo inútil que se sentía, ya había pasado un par de semanas y solo sabia un par de cosas, la primera era que toda su familia había perecido y que su antiguo hogar estaba destruido, y que no había pista alguna de los dioses liberados en la última batalla.
-¿otra vez tu mente?- preguntó una joven desde la puerta. Su pelo castaño llegaba hasta la mitad de su espalda, su cintura y caderas eran muy notorias con los pantalones que usaba, no traía calzado puesto y tenia una blusa suelta de dolor azul que le daba un aspecto más relajado, aunque sus lentes ópticos le daban una expresión más seria.
-no te preocupes Helena- dijo Memphis tratando de parecer tranquilo.
-la ultima vez que me dijiste que todo estaría bien te desapareciste una semana- dijo en un tono de evidente molestia.
Memphis no volteo a mirarla, puso sus ojos en blanco mirando hacia arriba ya resignado, sabía que ella se lo sacaría en cara toda la vida. -vete a dormir, no puedes quedarte levantada si yo no puedo hacerlo-
-pues así no funcionan las cosas, se supone que estamos empezando a salir, no puedes pedirme que no me preocupe por ti- dijo Helena muy molesta
-necesito despejar mi mente, no que me ataques con más cosas, por favor entiendeme-
-te juro que no te entiendo, porque después te quejas de que estas solo y eso no es mi culpa, tu te aislas- gritó Helena dando un portazo.
El ruido hizo eco en la cabeza de Memphis, se puso de pie y salio de la cabaña, tomó un hacha que estaba junto a la puerta y se dirigió hacia un montón de madera y leña sin partir, se quitó la chaqueta y comenzó a desquitar su rabia contra la madera.
-¿problemas con Helena otra vez?- preguntó June desde un árbol cercano, Memphis se sobresalto y dejo el hacha incrustada en el tronco.
-¿hace cuanto tiempo estas aquí? -
-el suficiente como para oír los gritos de Helena, el arquitecto de mi hotel me trajo a la cabaña-
Memphis suspiró, odiaba pelear con Helena y más aún que otros se enteraran. June añadió -yo te entiendo más, ambos somos géminis y nacimos el mismo mes, solo quieres dejar salir tu rabia y frustración, pero no quieres reventar con ella porque no tiene la culpa, por ende la alejas pero no quieres que se vaya porque la quieres, además vagas sin rumbo porque aun no tienes una meta ni un lugar donde regresar desde lo que ocurrió con Hypnos, en estos momentos ella es tu cable a tierra y tu centro pero aun estas demaciado contaminado como para disfrutarlo-
-pero ella jamás entenderá mi postura, porque no puedo olvidarme del dolor que siento- gruño Memphis -aunque debo decir que todo esta perfectamente descrito-
-porque me siento igual que tu, yo perdí a Máximo pero tengo un hotel que reconstruir, tengo una meta pero no alguien que me anime a seguir, tu tienes alguien que te anima demasiado pero a su vez no tienen un rumbo fijo aun- explico June
-no puedo condenar a alguien a que le acompañe en mi inestabilidad -
-es muy noble lo que dices- sonrió June - se nota que no eres un idiota común que busca que la mujer lo cuide y sea casi su madre, o que te solucione la vida, pero a su vez eres un cobarde porque llegaste a un punto donde no sabes hacia donde avanzar y te estancas.-
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Tártaro II, La maldición del arquero (Historia Completa)
Science FictionLa segunda parte de la historia, Tartaro I , el dolor de una perdida En una tierra diferente, donde el clima, las creencias y las fuerzas son diferentes,donde lo que era bello y puro en Roma, acá será la maldición más temible. Tres dioses han desp...