epílogo

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Lara respiró profundamente a los pies del Big Ben, aquella enorme y famosa torre del reloj en el centro de Londres.

Se sentía satisfecha, aunque Carolina y Hermes le hubieran perdido el rastro a la joven de la familia Dantes, sabía que podría tener aquella espada llendo a Egipto y buscándola entre los escombros.

Acababa de ver en las noticias el caos en el Cairo debido a una gran explosión, además de un eclipse totalmente anormal, fuera de toda lógica y cálculo científico, la sede de la CIA habia sido destruida y aún no encontraban al responsable por aquel gran atentado.

Para ella era obvio que el grupo de oposición había muerto, o en el.peor de los casos se había reducido drásticamente, sus cálculos habían sido correctos y los Dioses del desierto habían hecho su trabajo.

Se dispuso a cruzar la calle como una turista cualquiera, sabía que la CIA aún la tenía bajo alguna custodia. Solo se dispuso a disfrutar de sus "vacaciones" en aquella histórica ciudad y se sentó en el café más próximo que encontró.

Pidió un capuchino e intentó relajarse, aún tenía mucho trabajo por hacer.

Pasados unos minutos se dió cuenta que un hombre apuesto y rubio la observaba hace un rato, le sonrió, si lograba ligar con alguien sería su testigo en caso de algún problema.

El joven sonrió de vuelta y se levantó, señalando la silla frente a la chica, está asintió y él se sentó.

-hola, mi nombre es Lara- dijo con el tono más coqueto que pudo sacar.

-se quien eres... Se lo que buscas, y yo puedo ofrecerte aún más que eso, señorita hechicera, aunque te pido discreción por los tres agentes que te siguen.-

Lara quedó fría al escuchar eso. "¿Sabe quién está dentro de mí?"

-¿Quién eres?-

-este cuerpo era de un chico turista en Egipto, mi nombre es Anubis y tenemos mucho que negociar-

-¿Que podrías ofrecerme tu a mí?-

-tengo un ejército a mis pies, el famoso ejército de anubis, trozos del alma de Zeus y de esas chicas llamadas Hanna, june, del joven Memphis, a su grupo de amigos difuntos e incluso a la misma Apophis.-

-¿Que es lo que quieres de mí?- preguntó Lara, dispuesta a negociar.

-quiero el mando de todos los infiernos una vez que tú logres gobernar - dijo con una sonrisa.

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