Ataúd de hielo y arena.
Ada se incorporó al instante, a ciegas tratando de no pisar alguna otra trampa, el polvo no la dejaba abrir los ojos y sentía que respirar le costaba demasiado, debía recuperar su calma y su respiración para poder generar luz, sintió que alguien se movía a su lado y asumió que era Helena, ya que era ella la que estaba más cerca al momento del accionamiento del artefacto.
La antorcha había desaparecido, sintió como alguien la tiraba hacia arriba y le ayudaba a levantarse pasado un minuto, vio el rostro de Anubis de frente.
-lo lamentó mucho...- murmuró Anubis al soltarla e ir en ayuda de Helena.
Ada abrió aún más sus pequeños ojos y volteo, vió sombras extrañas pero no pudo deducir a quien pertenecían.
Sintió toser a Helena y Anubis dijo -no se muevan, con el polvo no veo si hay más trampas o no-Se sintió una corriente de aire bastante fuerte y el polvo se dispersó, Ada observó que era June la que movía el polvo.
Comenzó a aparecer una estructura metálica colgando de unas oxidadas cadenas, era un gran bloque de metal con alrrededor de unas quince puntas con forma de cuchilla, oxidadas y con mucho filo.
En medio de la estructura habian dos personas, en el último segundo Alex se había puesto entre la estructura que caía y Elizabeth, pero no había sido suficiente, el metal había atravesado a ambos a la altura del estómago, Annabel intentaba mover la estructura que les cerraba el paso pero no se movía, sabía que si sacaba a alguno del metal el sangrado sería aún más rápido y los mataría... Alex y Elizabeth estaban aún concientes y Anubis se les acercó.
-sus almas descansarán en paz- dijo Anubis
-lamento haber sido una carga para ustedes- jadeó Alex -siempre quise un abrazo de Elizabeth pero jamás pensé que sería así-
Estaban totalmente juntos, Elizabeth atrás de él.
-Ada, ¿hay alguna manera...?- comenzó Helena pero Ada negó con la cabeza, las heridas eran muy grandes y profundas, sólo la misma cuchilla evitaba que se desangraran más rápido.
-Anubis... ¿volveré a ver a mi abuelo?- preguntó Elizabeth con un susurró
Anubis asintió, Elizabeth extendió sus manos y rodeó a Alex - nunca olvidaré cuando me defendiste de los otros agentes...-Alex cerró los ojos y sintió la calidez de su abrazo a pesar de que ambos se enfriaban rápidamente. -Memphis me ayudó...-
-pero tu reaccionaste primero y al principio yo solo creí que deseabas solo algo más superficial-
-para nada- dijo Alex y tosió, su boca se llenó de sangre... -yo solo amaba verte sonreír cuando hablabas de Inglaterra, tus ojos y tu sonrisa me cautivó-
-nunca me lo dijiste- murmuró Elizabeth mientras Alex seguía tosiendo
-nunca dejaste que me acercara...- jadeó - pero tú eres la única persona que realmente me importa en este ... Lugar.- dijo y su vida se apagó.
Elizabeth comenzó a llorar y lo abrazó con más fuerza.
-¿lo volveré a ver?- preguntó Elizabeth jadeando
-en encargaré que hagan juntos el camino a la balanza- dijo Anubis
-aun debo decirle muchas cosas- murmuró Elizabeth - muchas cosas que hay en mi coraz...- dijo y su voz se silencio quedando su rostro apoyado sobre la espalda de Alex.
Anubis volteo y vio como cada una de las chicas estaba llorando,
-tenemos que volver... Ya no podemos pasar - dijo Anubis.-no podemos dejarlos ahí- dijo June
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Tártaro II, La maldición del arquero (Historia Completa)
Science FictionLa segunda parte de la historia, Tartaro I , el dolor de una perdida En una tierra diferente, donde el clima, las creencias y las fuerzas son diferentes,donde lo que era bello y puro en Roma, acá será la maldición más temible. Tres dioses han desp...