Frialdad
-una mujer... ¿Eso es todo lo que tienen?- sonrió Seth -me quedaré con sus cadáveres y también buscaré a la chica con los poderes de Neftis.-
-Memphis, tú eres el que piensa aquí, se que tienes mucha frustración pero debemos pensar en algo - murmuró Daniel - puedo quemar todo el desierto y agotarme, pero este gusano volverá a surgir-
-no podemos hacerlo desaparecer como Hades, no podemos dejar que más dioses se salgan, por eso le dije a Helena que se fuera, el poder de Horus podía generar algo peor, pero ya he descansado lo suficiente- dijo Ada y vieron como los rayos de la mano de Memphis disminuyeron su intensidad.
-Daniel, haz que quede inmóvil, Ada, cuento contigo- dijo Memphis y se sentó en el piso, Ada sonrió y lo imitó.
Seth abrió sus ojos sorprendido, solo Daniel estaba de pie y sonreía.
-hemos decidido que solo yo te acabaré- dijo Daniel en voz alta, -tú tienes el poder de tres dioses, pero en cambio acá, solo conmigo bastará-
Seth rompió a reir con una sonora carcajada.
-Daniel- llamó Memphis y le arrojó una bala de bajo calibre- te la regalo-
Daniel tomo la bala y debido a su control sobre los metales, sintió que estaba cargada de un magnetismo especial, a pesar de no ser un material ferroso. Sintió la misma sensación en varios puntos a su alrededor, sonrió, se dió cuenta que Memphis había esparcido las municiones.
Seth comenzaba a desesperarse, aunque intentaba no demostrarlo, no había podido atacar a ese joven portador de llamas negras, con suerte se había podido defender. Además Memphis lo había puesto en aprietos pero al parecer, se le habían acabado las energías, si tan solo pudiera librarse de esas llamas negras...
Daniel apretó la bala en su puño y la hizo arder.
En ese instante el brazo de arena de Seth fue cubierto de fuego de manera automática, al igual que varios puntos a su alrededor.
-que demonios- aulló Seth desprendiéndose de la arena que cubría su piel, dejando a la vista su brazo de carne y hueso.
Daniel no desaprovechó la oportunidad, tomo una de las espadas cortas y la agitó en dirección a aquél Dios, lanzando fuego, pero una muralla de arena se interpuso entre el ataque y la piel.
-no podrás tocarme mientras estés en mi territorio- bufó Seth, observando las llamas negras y el trozo de metal que ardía a sus pies.
En ese instante lo entendió, las municiones que Zeus había arrojado a la arena ardían.
______________________Hanna se bajó de la camioneta de Bárbara y miró al horizonte, Annabel miraba el furgón con el que habían llegado, verificando que todo estaba en perfecto estado.
-¿Nos ayudarás con algo más?- preguntó Hanna mirando a la abogada.
-a ustedes no, yo solo hago lo que debo hacer, solo para sobrevivir, la verdad es que si ustedes viven o no, es problema de ustedes.-
-¿entonces porque ayudaste a Daniel?- preguntó Annabel.
-porque fue la última orden de mi jefe directo, el cuál ya está muerto, no quiero tener nada pendiente con él mientras va camino al Duat, no quiero que vuelva a asustarme o algo así, lo demás no me importa.-
Hanna abrió los ojos expresando una evidente sorpresa - debo irme, Annabel, ten todo listo para irnos- gritó y comenzó a correr en dirección a la batalla.
___________________Memphis suspiró, Seth seguía resistiendo bien a los ataques de Daniel, intentaba concentrar un poco de poder pero era inútil, su mente relajada era incapaz de generar algo así, miró a los alrrededores y vio el cuerpo que debió ser June, estaba todo quemado, apretó los dientes y sintió un poco de poder, por alguna razón la rabia lo movía, le daba la fuerza que normalmente no podía obtener.
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Tártaro II, La maldición del arquero (Historia Completa)
Science FictionLa segunda parte de la historia, Tartaro I , el dolor de una perdida En una tierra diferente, donde el clima, las creencias y las fuerzas son diferentes,donde lo que era bello y puro en Roma, acá será la maldición más temible. Tres dioses han desp...