capítulo 35

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Dedicado a PaulinaDurnReyes, gracias por tu apoyo, por tus conversaciones locas y las ideas que me das.

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Vivos y muertos

Memphis tenía los ojos cerrados, comenzó a sentir una atmósfera densa, sin corrientes de aire, trató de respirar con normalidad, lo cual le costo un poco, el aire no tenía olor alguno, era muy distinto a cuando había visitado el tártaro con Eaco.

El Tártaro original tenía un olor dependiendo de cada círculo del infierno, en cambio está nueva experiencia era totalmente densa para él.

Sintió unas manos sobre sus ojos cerrados, llevó sus propias manos sobre su rostro y tocó con suavidad aquellos dedos que le impedían ver, eran manos suaves, pequeñas y delgadas... Y a pesar de su memoria, no las reconocía.

-¿Elizabeth?- preguntó Memphis.

-pues no... Pensaba que tú nunca te equivocabas- dijo de manera suave

Aquella voz lo paralizó, recordaba a quien pertenecía y su pecho se apretó un poco, no todas habían sido buenas experiencias.

-relajate, esta vez me portare bien, admito que la vez pasada fui un poco dura contigo... O quizás me faltó serlo aún más para que me tomarás en cuenta- dijo retirando sus manos del rostro de Memphis y este volteó.

Abrió los ojos y encontró a quien se imaginaba, la joven amiga de Annabel, que había muerto bajo el ataque de Radamantis, Hanna lo miraba con una sonrisa, no vestía de policía, llevaba Jeans, una polera blanca y una chaqueta de cuero, sumada a unas largas botas hasta su rodilla. Su corte escalonado caía sobre su chaqueta, su piel clara se veía un poco más pálida, y sus ojos color miel aún estaban llenos de soledad... Pero tenía una suave y sincera sonrisa.

-veo que no con la muerte me puedo librar de ti- rió Hanna, -espero que está vez nos llevemos mejor-

-tus misma pediste estar aquí- dijo Un hombre acercándose a Hanna, no era necesario que se quitará la capucha, Memphis podía recordar la voz de Máximo en cualquier lugar, él permaneció distante y se sacó la capucha, mientras vió que atrás de él venía Alex y Elizabeth de la mano, junto a Anubis e Inés.

-¿así que ellos cuatro me ayudarán con mi entrenamiento?- preguntó Memphis

Y todos asintieron.

-espero que te guste la compañía- dijo Anubis.

-esta es mi manera de reparar un poco el daño que hice a la humanidad- dijo Máximo -quizás así encuentre la paz que mi corazón necesita-

Memphis lo miro a la distancia y vio las ojeras que tenía, al igual que Hanna, pero las de ella eran mucho menos visibles.

-¿Ayudarme te hará sentir mejor?- preguntó Memphis

- si, debí apoyarte cuando estaban mal las cosas y no irme al bando contrario, no hacer sufrir a June y perderla como lo hice por una mujer que solo me utilizó- respondió Máximo

La mitad de Memphis tuvo lástima por él, la otra mitad deseaba partirle la cara de un puñetazo.

-a ver explícame, ¿Que arreglas lamentando tu pasado?- preguntó Memphis

-no es un tema de lamentar o no lamentar, solo después de haber destruido todo me di cuenta que pude ser feliz, ¡si tan solo hubiera abierto los ojos!, Sólo busque la lujuria de una chica por despecho mientras deseaba mi propia muerte, mi vida lejos de quien amaba y de mis amigos perdió sentido y me refugie el lo primero que encontré, y nisiquiera puedo pedirle a Anubis que me reviva, mi cuerpo se hizo polvo y mi alma no tendría un recipiente para poder tratar de arreglar lo que yo deseo-

Memphis suspiró, al parecer había tomado todas las opciones. -¿Y si usas mi cuerpo?-

-no, tú tienes que detener a esa serpiente, yo ya no tengo poder alguno...- dijo Máximo

-en teoría Memphis no podrá con esa serpiente como le dices tú, eso es más complicado de lo que parece- dijo Anubis sentándose en la arena, Elizabeth, Hanna e Inés se sentaron al instante.

-Alex, discúlpame, no debí meterte en esto...- dijo Memphis

-vez, hasta tus amigos que yo no conocía se están muriendo debido a mis acciones, siento que mi carga es demasiada- dijo Máximo -pensé que verte me haría sentir mejor y no es así, solo siento envidia de que tú sigues vivo, tu si puedes cambiar el mundo y hacer que las cosas mejoren, que  tomen un ritmo diferente.- dijo Máximo

-es verdad, todo es tu culpa- dijo Alex - pero debes ayudar a que las cosas se arreglen, o si no, la lista de muertos debido a tu error seguirá creciendo-

-Alex...- murmuró Memphis

-no me contradigas - dijo Alex - yo viví limitado por mi incapacidad de revelarle mis sentimientos a Elizabeth, tampoco pude evitar que muriera, pero aquí si pude arreglar las cosas, e invito a Máximo a hacer lo mismo, no esta muerto quien pelea-

-ya estamos muertos - dijo Máximo

-te equivocas...- dijo Hanna, -yo nunca creí en el cielo o en el infierno, mi justicia de basaba en la frase, el malo debe morir, siempre fui una mujer científica y mira dónde estoy ahora, en el camino al juicio de Osiris... La energía nunca muere, solo se transforma, ¿qué pasó con la energía que tenías dentro de tu cuerpo a los cuales unos llaman alma?-

-pues está aquí, en camino al juicio- respondió Máximo

-claro, pero el camino puede tardar todo lo que tú quieras gracias a Anubis...¿ Y tú energía es los una mancha negra llena de pena?, Discúlpame pero eres patético- dijo Hanna poniéndose de pie

Máximo apretó los puños

-lo que trata de decir Hanna es que aún puedes hacer algo mientras tú alma no sea destinada a un mundo en particular- dijo Memphis

-yo eso es real... Necesitaré la ayuda de todos ustedes- dijo Anubis -incluso Máximo, podría buscar un modo de que hables con esa chica-

-¿Que yo hablé con June?- preguntó

-si así lo deseas, aunque tarde o temprano ella llegará aquí y podrán hablar todo lo que quieras-

-no... Necesito decirle algunas cosas ahora, no puedo esperar una eternidad y que ella viva su vida con una imagen errónea-

-pero vinimos está vez con otra idea a este lugar, entre más discuten, más tiempo de vida se resta de mi alma y la de Memphis- dijo Inés

-¿Quien es tu amiga?- pregunto Hanna

-en realidad es amiga mía- dijo Elizabeth -supongo que vino para ayudar a Memphis a entrenar-

-Exactamente, debemos ayudarle a que pueda soltar la energía de una manera diferente- dijo Inés

-pero si ya estamos muertos,¿ la energía nos hará algo?- preguntó Elizabeth mirando a Anubis

-pues si, si te da de lleno, quedarías inconsciente y el gasto de energía también es real, tu alma deberá dormir, aunque no es necesario que se alimente-

-creo que realmente necesito descansar- se quejó Memphis

-entonces partiremos con lo teórico- dijo Inés

-además quiero que los demás me ayuden con un poco de magia- dijo Anubis.

-¿magia?- preguntó Hanna

-si, quero que cuando Memphis no esté entrenando, estén conmigo para que podamos practicar una barrera especial, tengo un plan en especial- dijo Anubis con una sonrisa que se veía muy tétrica.

-nose si reír o llorar al verte sonreír- dijo Hanna tomando asiento nuevamente.
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Lamentó la demora, estoy en una época de mi vida de mucho ajetreo y trámites, por lo cual tengo menos tiempo de escribir, paciencia por favor, si te gustó el capítulo, no olvides votar y comentar

Tártaro II, La maldición del arquero (Historia Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora