capitulo 49

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Sed de poder.

-¿Cómo te llamas?- preguntó Seth interesado, Daniel siguió avanzando y no contesto, pero adoptó una postura de batalla.

-te hice una pregunta- bufó Seth mientras su cuerpo aún se cubría de arena, pero Daniel ya estaba muy cerca, la punta de la espada se introdujo en la arena y esta comenzó a arder con llamas negras y azuladas.

Al ver esto Seth evadió el segundo golpe y retrocedió, arrojando lejos la arena con llamas, la cual cayó al suelo y siguió ardiendo.

La expresión de Daniel cambio, era tan fría como la de Zeus cuando se liberó.

-no tengo porque darle mi nombre a un Dios inútil que está a punto de morir- gruñó Daniel llendo a la carga nuevamente.
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-es fuego mágico... - murmuró Ada mientras ayudaba a Hanna a liberarse de la arena.

- pero la arena no es inflamable- dijo Hanna

-además el fuego no se ve como si fuera alimentado por algún químico o combustible- dijo Hanna una vez libre, volteó y comenzó a sacar a Annabel, mientras Ada ayudaba a Helena.

Los ojos de Helena se pusieron de color plata, observó el fuego y dijo -yo en ese fuego solo veo oscuridad, tanto como el poder de Apophis.-

-el trozo del alma de Hefesto que hay dentro de mí no puede comunicarse con él, pero con Zeus si podía, por eso el grito lo desconcentro- dijo Ada con un gruñido.
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La arena de su cuerpo se caía a montones para evitar el fuego que se aferraba a ella con cada roce, Seth retrocedía cada vez más desesperado, comenzó a notar que estaba rodeado con los propios manchones de fuego que había dejado en el suelo.

-nunca pensé que te vería literalmente hasta el cuello con esto- gruñó Daniel mirando a Memphis , aunque no hizo nada por el, solo se limitó a seguir avanzando hacia Seth

-no pensé que tú llegarías a tiempo para ayudar- suspiró Memphis

-tu siempre esperas mucho de unos y la ayuda llega de otros, siempre has sido así en ese sentido, ¿Quién creíste que te ayudaría?, ¿Helena?, ¿Annabel?, Sinceramente creo que a excepción de Ada, nadie le ha tomado el peso a esta maldita situación- dijo Daniel mirando a Seth, vio que ya no le quedaba fuego en el cuerpo, pero si alrededor de el, en el suelo.

-siempre ha sido mi error esperar mucho de los demás, que me brinden la ayuda que yo les doy cuando la necesito... Pero con este experimento he descubierto lo que debo hacer y el camino que debo tomar.- gruño Memphis apretando los dientes,  -necesito más poder... Cómo el que tú tienes, un poder para no depender de nadie más- y pequeños chispazos eléctricos comenzaron a aparecer a su alrededor.

Daniel respiró profundamente y levantó sus espadas otra vez, estaba totalmente calmando y listo para atacar, Seth dió un paso atrás.

Daniel dibujo una media luna con la espada derecha pero el fuego no salió de ella, luego de este extraño movimiento, el joven se dispuso a avanzar.

Seth extendió sus manos y lanzó tres esferas de energía las cuales estallaron cuando entraron en contacto con Daniel.

El Dios de los desiertos apoyo una rodilla en el piso y jadeaba, mantener la arena a su alrededor y que alejaran los manchones de fuego, la arena que cubría su propio cuerpo más intentar controlar el poder de los absorbidos, gastaba demasiada energía, su cuerpo aún no sabía cómo administrar tanto poder, más aún que que debía suprimir el viento de Eolo al máximo para no avivar las llamas.

La nube de humo y polvo se disipó, pero Daniel estaba intacto, las llamas negras cubrían todo su cuerpo.

-¿ese era el poder del sol de Egipto?, Que patético, yo no soy blando como Memphis, no aceptaré tu rendición.- dijo enterrando una espada corta en la arena y de inmediato salió una línea de fuego desde la espada, directamente hacia Seth a gran velocidad.

Seth miró a los lados y vio que una media luna de fuego cubría sus costados y la espalda, estaba atrapado.

-arde...- sonrió Daniel en el momento que el fuego tocó la figura de Seth y está se envolvió al instante fuego, generando una gran fogata negra, la cual pasados un par de minutos, comenzó a emanar un olor a cabello y carne quemada.

Daniel suspiró y se acercó a Memphis, el cual había logrado liberar una de sus manos, tiró de ella y lo saco de la arena.

-¿Pensaste en mi propuesta?- preguntó Daniel, y Memphis miró de inmediato al grupo de chicas.

-si no tomas la decisión tu mismo te obligaré, deberías dejar de ser tan blando, dejar de pensar en los demás, tú deberías ser tu prioridad- bufó Daniel

-para ti es fácil, pero a mí, siempre todo ha sido más complicado- murmuró mirando sus manos, aún recordaba la sensación del poder de Zeus cuando corría por su cuerpo.

El ruido de arena los alertó, una nueva figura se formaba desde la arena, pero esta vez de una manera más lenta que la anterior.

Una vez con la forma humana nuevamente, dijo. -espero que te hayas divertido al quemar el cadáver de la chica de viento-
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Ada tenía los ojos cerrados y su concentración al máximo. Abrió los ojos y vio como las demás la observaban.

-Bárbara, llevatelas a todas de aquí, no me sirven de nada, yo me haré cargo con ellos de Seth-

-no es justo- bufó Helena

-eres solo un estorbo aquí, no se trata de palabras tontas o frases que cualquiera puede decir, es de hacer, hacer algo al respecto que sea un apoyo para los demás.-

-Ada tiene razón, aquí solo somos una carga- dijo Hanna evidentemente frustrada

-llevatelas al límite del desierto y observen desde ahí-  ordenó Ada comenzando a caminar hacia Memphis y Daniel.

-Ada... Solo será esta vez así- dijo Annabel mirándola fijamente mientras ella se alejaba lentamente.
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-al parecer ustedes dos no pueden contra mí- sonrió Seth

-no te mueres con nada maldito- bufó Memphis

-yo aspiró a ser inmortal, y mis experimentos con ustedes han funcionado a la perfección- sonrió la figura de arena.

-quizás dos no pueden, pero tres sí- dijo Ada con total seriedad, se agachó y recogió un poco de la arena controlada por Seth, que tenía en su superficie una llama negra, paso su mano libre por sobre el fuego y ambas cosas desaparecieron.

-¿Comenzamos?- preguntó Ada - ya estoy harta de ser niñera y perderme la acción, aunque si fuera por mí, les dejaría el trabajo a ustedes-

Memphis intentó concentrar su poder y desde su mano salió una pequeña concentración de rayos de tonos oscuros.

-Memphis, estás en un punto de no retorno... Hay muchas formas de obtener poder, las cuales no diré para que la caja de arena de los niños no le saque provecho, es tu decisión lo que harás de ahora en adelante.-dijo Ada y la oscuridad en los rayos de acentuó.

-yo quiero poder... Para acabar con todo esto y estar tranquilo- siseó Memphis.

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Hola!!!! Lamento la demora, he tenido algunos problemas y no tenía cabeza para escribir, pero debo liberarme así que me tendrán más seguido por acá.
Además de eso me he cambiado de casa, así que entre las modificaciones y el orden no tenía tiempo de nada!

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Tártaro II, La maldición del arquero (Historia Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora