Tártaro II, La maldición del arquero (Historia Completa)

capítulo 33

Día negro.

El amanecer fue totalmente claro, el cielo parecía un lago de agua cristalina, Helena estaba en el patio mirando el amanecer, no había dormido nada debido a todo lo que había hablado con Artemisa, siempre la había visto como alguien que se hospedaba dentro de ella, pero nunca como parte de ella misma, su visión de la diosa como el alcance de su poder había sido un buen descubrimiento.

June salió del refugio y la miró sorprendida, tanto por la hora que era, como por las ojeras y cara de cansada.

-¿No has podido dormir?- preguntó June y Helena negó con la cabeza.

-supongo que es difícil para tí, cuando Máximo estaba involucrado en todo esto era muy difícil para mi- dijo June

- ¿Porque peleas ahora?- preguntó Helena y June guardo silencio un momento antes de contestar.

-es un poco de todo, por mí misma, por amistad, por cazar a los dioses que se liberaron al acabar con Máximo, para no perder la esperanza de que habrá un mundo mejor más adelante... Pero ninguna de mis razones el lo suficientemente fuerte como para estar sobre las demás, en parte siento que no debería estar aquí, pero no tengo hotel aún, América fue destruida, podría decir que no tengo donde ir si no estoy con ustedes-

-quizás no debí preguntarte eso- dijo Helena

-no te sientas mal, si tengo este poder debo usarlo, mi sentido de la responsabilidad es muy grande, además no serviría de nada un don así si no soy capaz de hacer algo bueno con él- dijo June

-es como si fuera nuestro destino ¿No?- preguntó Helena

-quizás... Sólo se que este camino no empezamos varias personas y ya quedamos muy pocas, además es inevitable no sentir que las personas a mi alrededor mueren por mi culpa- dijo June

-nuestra culpa- dijo Helena - también tengo esa sensación de que no debemos involucrar a nadie más-
-ojala algún día nos podamos retirar de este lío como hicieron Katherine, Steve y Lara- dijo June

-no sé si podría retirarme sabiendo que hay dioses que destruyen y hacen sufrir a las personas- Dijo Helena

- claro, yo me refería a cuando todo acabé- dijo June con una sonrisa cansada

-cuando todo acabe irán a mi casa y les cocinaré algo delicioso- dijo Annabel acercándose a la pareja, Ada la seguía de cerca.

-tendrá que cocinar mucho, - dijo June - a Memphis le gusta comer-

Helena al escuchar su nombre se sobresaltó.

-relájate, Eaco ya lo hecho dos veces del infierno, no lo recibirá aún - dijo Ada mirando con reprobación el rostro de Helena, le había pedido que descansar y tenía más ojeras que el día anterior.

-yo conduciré - dijo Annabel comenzando a caminar hacia el furgón que estaba más cerca. Todas subieron en el y salieron rápidamente en dirección a las pirámides.

Luego de unos minutos de travesía en avenidas desiertos debido a un domingo muy temprano, llegaron a la zona de las pirámides, bajaron del furgón y comenzaron a caminar, pero no había rastro de vida en aquel lugar, el silencio era estresante.

Annabel llevaba tres cantimploras en su cinturon, destacó dos de ellas y siguió caminando.

-así perderás el agua- dijo June

-más o menos eso es lo que busco- dijo Annabel

-June tu haste cargo de dañar a la bestia junto a mí, - dijo Ada -Helena si siguió mi consejo ya sabe que hacer, Annabel, no hagas nada tonto por el momento, tu movimiento debe ser contra Seth...-