capitulo 51

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Vida y muerte.

Seth miró pasmado lo que acababa de hacer la reencarnación de Neftis, deseaba traer a la chica de viento de vuelta una vez más.

- ¡deshonra! - gritó Seth, -los dioses no podemos traer de vuelta a humanos y retrasar su viaje al juicio final-

-y los dioses no deberían apropiarse del poder de otros para poder ser más poderosos, ya que son mediocres y no pueden evolucionar- dijo Ada de pie junto a Hanna y Memphis.

-los dioses ya son historia antigua, fueron desplazados por los avances científicos y por un Dios que se mostró más humano, la humanidad olvidó el poder de la naturaleza, aunque siguen usando los mismos infiernos que antaño- dijo Hanna

Daniel comenzó a correr y su cuerpo se cubrió totalmente de llamas negras, al parecer el no recibía ningún daño con esa armadura.
Seth reaccionó al instante y lanzó arena y una esfera de energía, pero la arena ardió y la explosión no detuvo a Daniel.

Seth cubrió su brazo de arena y le lanzó un golpe cuando estubo en su radio de alcance, Daniel se agachó y derrapó en la arena, sujetándose de los tobillos de arena y comenzó a arder.

En ese instante se escuchó una respiración desesperada, como cuando las personas llevan mucho bajones agua y sus pulmones piden aire con premura, fue un ruido que a todos los hizo estremecer.

June había abierto su boca y respiraba de una manera muy agitada.

Al ver eso, Seth se desconcentro, el fuego ya cubría gran parte de sus piernas, separó su cuerpo original de la arena en llamas con un salto hacia atrás, hacia arriba era una figura de arena y de la cintura hacia abajo era humano.

Se apoyo en los brazos de arena en el suelo y se impuso hacia arriba con gran fuerza, levantándose algunos metros, las llamas negras cubrieron todo el piso para su aterrizaje he intentó ahogar las llamas con arena mientras caía en cámara lenta.

Una pequeña ola de arena cubrió las llamas, generando un sitio de aterrizaje lo suficientemente grande para contraatacar, comenzó a llamar a la arena para que al aterrizar cubriera la piel de sus piernas y reforzar la defensa.

Le quedaba un segundo para aterrizar y vio que Daniel sonreía, las llamas habían desaparecido por completo y su expresión no tenía preocupación alguna.

Daniel alzó sus manos y lanzó una esfera de fuego negro directamente hacia Seth, el cual la detuvo liberando la arena que lo cubría en una especie de escudo.

La tierra en llamas cayó al suelo y por primera vez estaba el cuerpo humano de Seth al descubierto en su totalidad.

-maldito hijo de perra- bufó Seth alzando los brazos al momento que tocaba el suelo para que la arena lo cubriera.

Pero la arena jamás llegó.

Fue un segundo de silencio total y miró el suelo, estaba flotando a unos diez centímetros del piso y ya no le quedaba energía como para atraer arena que no podía tocar.

Seth miró como Daniel sonreía con satisfacción y cruzaba sus brazos, victorioso, miró a Hanna y vió que se encargaba de June, la cual había vuelto a la vida y respiraba de una manera más calmada.

Ada sacaba una daga de su cinturón, la cual era completamente de madera y lo miraba fijamente.

Dirigió su vista hacia Memphis y vio que tenía sus manos juntas y una expresión de total concentración, era el quién había creado un campo magnético.

Intentó mover sus brazos pero le pesaban una tonelada, no sabía si esa sensación era producida por el campo magnético o por el gran agotamiento que significaba.

Ada avanzó lentamente hacia él con una sonrisa de satisfacción, parecía disfrutar cada paso que daba.

-maldita bruja, ¿Que vas a hacer?- gritó Seth

-te equivocaste, y lo pagarás con tu vida... En vez de absorver a June lo hubieras hecho conmigo, hubieras ganado la batalla, pero te dejaste segar por la chica que tomaba la iniciativa en vez de investigar a fondo a tus enemigos, debiste partir por matar a Memphis, un extraño ser humano que siempre saca fuerzas gracias al dolor y al apoyo de los demás, pensaste en potenciar tu poder y hacerlo imbatible, pero no pensaste en rellenar los huecos y las debilidades del mismo, no pensaste en las propiedades físicas de la arena ni tomaste en cuenta que la resistencia de tus enemigos sería aún mayor que la tuya, además invitaste una bestia que, según tu estúpido cerebro, haría todo tu trabajo.-

-si Anubis no hubiera interferido, la chica con el poder de Neftis no habria aparecido, no hubieran sellado a la bestia y las trampas de la pirámide habrían acabado con la mayor parte de ustedes- jadeó Seth viendo a Ada a solo unos cuantos metros de él.

-no es culpa de Anubis, es culpa de tu falta de preparación- sonrió Ada con evidente burla

Seth soltó un aullido de pura rabia que sentía, deseaba matar a esa mujer a toda costa, era lo único que deseaba, no le importaba que el resto acabará con él, pero debía llevarse a esa chica al infierno.

Un montículo de arena comenzó a aparecer a la derecha, de manera rápida se comenzó a formar una figura humana, la cual comenzó a arder al instante al recibir una esfera de fuego negro.

Daniel sonreía satisfecho, mientras los demás mantenían sus expresiones como si ese detalle no les importará.
June se puso de pie con mucha dificultad, Hanna le ayudo a caminar hasta Seth lentamente.

-tu deberías estar muerta- dijo Seth consternado viendo cómo su última esperanza ardía lentamente y comenzaba a salir olor a carne quemada, el cadáver de Horus era consumido por las llamas.

-deja que arda por completo- ordenó Ada mientras June llegaba junto a Seth y se paraba frente a él.

-maldita sea...- bufó Seth inmóvil, June poso sus manos sobre su estómago.

-devuélveme mi poder- ordenó retirando sus manos del estómago y una luz plateada salió de Seth y se conectó a las manos de la chica, el Dios grito de dolor mientras el alma de Eolo era extraída y devuelta a su contenedor original.

Pasado un par de minutos donde Seth ya nisiquiera podía seguir gritando, la luz plateada se tornó roja, pasados unos treinta segundos, Ada movió su daga y cortó la conexión de energía.

-tomaste un poco de energía de Horus, con lo cual serás más fuerte, pero es suficiente con eso, no tomes más de lo que podrás controlar.- dijo Ada frente a Seth.

-muchas gracias estúpido Dios, por lo menos ahora soy más fuerte gracias a la mala experiencia que he pasado contigo.-dijo June seriamente y retrocedió caminando sola, volver a tomar la energía del viento la había hecho reponerse.

- bueno, así acaba todo, la gran mitología Egipcia resultó ser solo una batalla de egos de un par de dioses inútiles, contra un Dios como Anubis que estaba estigmatizado como el malvado de la historia,- dijo Ada levantando su daga.

Seth intentó moverse por última vez y se dió cuenta que Ada tenía razón, se había equivocado en el orden, debería haber matado a Zeus o a la mujer que estaba a punto de matarlo.

- adiós, espero que las almas que mataste junto a Horus, te atormenten por la eternidad, porque eso es lo único que mereces.

Dicho esto, enterró la daga en el pecho de Seth.

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Tártaro II, La maldición del arquero (Historia Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora