capitulo 6

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Provocación.

Memphis despertó al día siguiente y vio que Alex ya no estaba, luego de darse una ducha cerca de la habitación y vestirse, decidió salir a recorrer el lugar, la noche había sido fría y el cielo se veía despejado, por lo cual supuso que harían alrededor de unos treinta grados, salió y el pasillo era de paredes y cielo blanco, una alfombra grisácea bajo sus pies y muchas puertas con un baño de barniz, una de las puertas se abrió y Elizabeth salió de la habitación, vestía de una manera bastante formal, a pesar de que no parecía ir a una misión, sandalias, un conjunto color café de un pantalón de tela y una chaqueta, además de una blusa impecablemente blanca, Memphis se acercó a ella, el vestía jeans, zapatillas, una polera negra con una pequeña v en el cuello color blanco y una chaqueta de cuero, la cual tenía un gorro de tela, al lado de ella se veía bastante corriente.

-Disculpa, ¿podrías decirme si este lugar tiene algún gimnasio o algo así? -dijo Memphis

Elizabeth lo miro fijamente antes de contestar -claro, pero si yo fuera tu, no iría a ese lugar, está lleno de tipos crueles y fuertes-

-Eso suena interesante- sonrió Memphis -en realidad no buscaré pelea, solo quiero hacer un poco de cardio, el viaje dejo mi cuerpo adormecido y quisiera olvidar mis preocupaciones-

-Esta bien, sigueme- dijo Elizabeth Memphis la siguió.

Luego de un rato en silencio Memphis preguntó -¿tu no eres de aquí cierto?-

-No, soy británica, ¿porque la pregunta?-

-Porque cuando veníamos de camino hacia este lugar, ví a mucha gente y tu tienen unos rasgos más finos, y la expresión de tus ojos es distinta-

-¿eso es un alago?- preguntó Elizabeth dirigiéndose a la escalera, pasaron por el lado del ascensor pero ella lo ignoró.

-Me da igual como lo tomes, aunque supongo que fue duro para ti, Alex dijo que era difícil para los extranjeros-

-Asi es, yo espero no haber sido tan dura con tus amigas ayer, solo quería que supieran lo que les espera- sonrió Elizabeth - aunque no tuvieron problemas con las escaleras-

-Ellas no acostumbran a hacer mucho deporte que digamos- rió Memphis

-Tu tampoco al parecer, eres muy delgado- rió Elizabeth y Memphis se sorprendió, jamás pensó que ella se reiria de el así

-las apariencias engañan- murmuró Memphis.

Luego de bajar dos pisos llegaron a un pasillo totalmente distinto, uno de sus lados estaba hecho de  cristal y se veía un gran gimnasio a través de el, entraron y Memphis se sorprendió, era mucho más grande de lo que imaginaba, tenía todo tipo de máquinas e incluso un ring en medio de él.

-Pense que dormirían más después del viaje que tuviste- dijo Alex desde una máquina cercana, estaba ejercitando sus brazos con una barra de 10 kilos, más 15 kilos a cada lado en discos.

-Me encontré con Elizabeth en el pasillo y me trajo, es muy gentil.- dijo Memphis con una sonrisa, miraba el ring.

-Ah no, ni lo piense, - dijo Alex -aqui el ring es de los locales-

-No te metas en problemas- dijo Elizabeth -por favor-

Memphis respiró profundamente y recordó las palabras de Annabel, comenzó a sentir que todo lo que él quería era meterse en problemas.
Memphis sonrió pasos detrás de él y tres tipos se acercaban.

-o no...- dijo Alex

El más cercano y moreno se dirigió directamente a Elizabeth -hola preciosa, ¿salimos hoy?-

- no quiero salir contigo Felipe, ¿acaso eres tonto que no lo entiendes?- respondió Elizabeth y Memphis aguanto su risa, miro a Alex y se dió cuenta de inmediato que esa era una situación común

- ¿y mañana?- preguntó el joven con una evidente mirada llena de morbo
Memphis tomo la pesa que usaba Alex y comenzó a levantarla a la altura de su mentón, solo subiendo sus antebrazos.

-Nunca saldré con alguien como tú, me das asco, jamás me meteré con un tipo que le jura amor a todas, para ver con cual le resulta-

Felipe se puso pálido y dijo - entonces es obvio que ya tienes con quien acostarte, dime, ¿cual de los chilenos es?-

Elizabeth estaba roja entre vergüenza y rabia, Alex se puso de pie y dijo - si sigues aquí te irá mal-

Memphis dejo la barra donde correspondía y dijo -con tus dos matones atrás te vez muy rudo-

Felipe miro a Memphis con odio y dijo - puedo acabar con alguien como tú cuando quiera, es un milagro que no te hayas quebrado con esa pesa-
Memphis apretó los dientes, no debía caer en provocaciones

-Cuando acabe contigo me quedare con las italianas, es un desperdicio que acompañen a un idiota como tu-

-Si les pones un dedo encima ellas te matarán primero y yo después- dijo Memphis con una voz totalmente fría, tanto que Elizabeth dió un paso atrás.

-Cálmate Memphis, no vale la pena- dijo Alex.

-vámonos muchachos- dijo Felipe al los dos agentes que lo acompañaban - no me interesa hablar con una perra y su faldero y menos con un idiota que se las da de héroe con una mentira mientras su país fue arrasado, debería irse a su país... -dijo mirando a sus amigos - ahí no, deberás que ya no tiene un lugar a donde irse porque ya no queda nada en América- dijo soltando una carcajada.

-¡cállate estúpido!- gritó Elizabeth, Alex se acercó a él y Memphis lo detuvo

-Dejalo, fuera del ring se hace el rudo, pero sin sus amigos no es nada.- dijo Memphis

-¿quieres comprobarlo?- dijo Felipe - te espero en el ring.-
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Ada despertó de golpe, tenía una extraña sensación de peligro, aún estaba adormilada y le pareció muy extraño que el alma de Zeus se sintiera tan despierta a lo lejos. Annabel la miró sorprendida, Helena estaba sentada a los pies de la cama de Annabel, al parecer estaban hablando.

-¿pesadillas?- preguntó Annabel

-¿donde está Memphis?- preguntó Ada

-Ni idea- dijo Helena un tanto picada -fui a su cuarto y no había nadie-

Ada se mordió el labio, tenía un mal presentimiento, -ya levántense, tenemos cosas que hacer-

Helena salió de la habitación para arreglarse y despertar a June, demoraron unos cinco minutos en total, siguieron a Ada por el pasillo y ella aceleró el paso hacia las escaleras, sentía la presencia de un Zeus muy molesto, bajaron los dos pisos y llegaron al pasillo con la pared de cristal, vieron a todas las personas alrededor de un ring, entraron en el gimnasio y vieron que Elizabeth y Alex estaban en un rincón, el sonreía y ella estaba muy pálida. Al ser los únicos que conocían se acercaron.

-Me debes diez dólares- sonrió Alex - págame-

-Es imposible, como el pudo acabar así uno por uno,con la guardia más poderosa de este edificio- murmuró Elizabeth

-Ellos se lo buscaron- dijo Alex,

-¿que diablos pasa aquí?- preguntó Annabel y Alex junto a Elizabeth se sobresaltaron.

-!Que suba el siguiente¡ - gritó Memphis casi con un siseo desde el ring y las chicas pudieron verlo, tenía un corte en la ceja y le sangraba la boca. Nadie subió al ring, a sus pies había un joven boca abajo y donde estaba su rostro, el rin estaba manchado de sangre.

-supongo que ya te divertiste bastante- dijo un anciano entrando en el lugar y el silencio reinó en el ambiente al instante

"A de ser alguien importante, aunque no tiene magia en el" pensó Ada

-General...- murmuró Alex y Elizabeth al mismo tiempo.

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Tártaro II, La maldición del arquero (Historia Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora