Dedicado a IvyMontiel, por su apoyo y sus ganas de vivir.
________________________Ganas de vivir.
Memphis se sentía un poco extraño, se repetía a sí mismo que el tiempo era una ilusión, que los dos meses que llevaba en el Duat eran poco más de veinte minutos en el mundo real, ya que por poco más de seis días en ese lugar, en el mundo real pasaba solo un minuto, pero era inevitable no extrañar a Helena, Ada , June y Annabel.
Con el pasar de los días Inés había demostrado todo lo que sabía, Máximo se comenzaba a abrir de a poco, Alex y Elizabeth eran bastante pasivos, parecían felices de estar juntos, pero cuando le enseñaban a pelear a Memphis todo era muy distinto, mostraban sus energías y sus ganas dejándolo inconsciente varias veces.
Con Hanna y el paso de los días, las cosas se iban complicando un poco para ella.
Ayudaba a Memphis en todo lo que podia, pero al mismo tiempo intentaba alejarse de él, aún tenía sentimientos y no sabía que hacer...
La vez anterior casi había parecido una psicópata y ahora no quería arruinar la situación, además él estaba con vida... Ante eso no había nada que hacer.
De todos, ella parecía la única en extrañar sentir el viento o el sabor de un buen café, sabía que Máximo estaba decepcionado de la vida, y que Elizabeth no necesitaba nada si estaba junto a Alex, en cambio ella se sentía vacía, o mejor dicho, se sentía llena al ayudar a ese chico que sabía que más adelante volvería al mundo de los vivos... Lo observaba dormir a lo lejos después de una batalla con Alex.
-¿Puedo preguntar algo?- preguntó Inés
-en teoría ya lo estás haciendo- dijo Hanna
-me refiero a algo personal... ¿Hace cuanto sientes cosas por ese idiota?- preguntó apuntando a Memphis
-no es un idiota- dijo Hanna
-no, claro que no, solo le vendió parte de su vida a un Dios del infierno, el cual es amigo de nosotros porque el mundo está por acabar- dijo Inés llena de sarcasmo comenzando a alejarse para que los demás no escucharan y Hanna la siguió.
-bueno, quizás si es un tonto- dijo Hanna
-lo he observado y nisiquiera a notado los sentimientos que tienes hacia el, es muy inteligente pero en chicas me parece un tarado-
-¿Siempre insultas a las personas?- preguntó Hanna
-¿Desde cuándo es un insulto decir la verdad?-dijo Inés sentándose en la arena
-eres demasiado sincera- rió Hanna
-Al igual que tú- dijo Inés
-es diferente ser sincera a recibir la sinceridad de golpe... ¿Que deseas hablar?-
-de tí, me gustaría que me dijeras que se siente estar aquí para una persona de carácter y convicciones fuertes.- dijo Inés -quiero saber lo que me espera-
-la verdad es que al principio... Acepte mi muerte, lo tome como la consecuencia de mis acciones y morí haciendo lo que yo consideré correcto, morí tratando de cazar a los dioses...- dijo Hanna
-¿Al principio?- preguntó Inés -¿ y ahora?-
-pues desde que Anubis hablo con Eaco y pidió la transferencia de mi alma y la de Máximo al Duat, y supe el plan... La ansiedad comenzó a comerme por dentro, sabía que llegaría el día que volvería a ver al hombre que más deseaba ver y a la vez menos quería ver... Al chico que desde que llegó mi mundo se destruyó y lo cambio por completo, donde ví morir a amigos, la destrucción de mi trabajo y mi propia muerte- dijo Hanna
-¿Porque no deseabas verlo?-
- porque fue como un cuervo de la tempestad, desde que el llegó las cosas malas comenzaron a pasar, cuando él entro en el edificio y la alarma sonó porque tenía armas y yo actúe según el protocolo... Ahí todo cambio, sus ojos café, o el hecho que abrazara a esa chica y yo saber que ya estaba prohibido, la relación que tenía con mis superiores y esa seguridad que trasmite, además de como me devolvió la mano en la reunión general desechando mi trabajo después de la jugada que yo había hecho contra esa chica... Lo odió, yo no soy así, yo era la elite de la interpol, la que cazaba asesinos, la mente fría y ágil que sentía el mundo a mis pies, y llegó él, a quien no podía controlar.-
-¿Lo odias?-
-no lo se... Debería odiarlo pero no puedo, en parte las cosas malas son generales y no contra mí, lo de la reunión no cuenta, yo me porte como una perra primero y me dieron una medicina que no conocía, el humillarme en mi terreno-
-¿Aún así querías verlo?-
-queria sentirme viva de nuevo, el tiempo transcurre de manera distinta, aquí van dos meses y aunque el ha mejorado bastante, el tiempo me hace débil, quisiera estar con el mucho más tiempo y que no se fuera, admito que soy dura con el en las peleas solo para que acaben lo antes posible y no tener que golpearlo por más tiempo... El tener contacto con el me hace pensar en todo lo que no pude ser en la vida que perdí, las partes que no viaje, el amor que no entregué, los café que nunca tomé o las vacaciones que nunca me di.-
-quizas no te guste mi comentario, pero creo que tú a un no mueres del todo, eres lo opuesto a Máximo-
-Maximo cree que si siguiera vivo habría más destrucción- dijo Hanna
-a decir verdad, me reconforta hablar contigo, yo vine aquí sin una esperanza de vida, porque se que al final los dioses destruiría Egipto, hablar contigo me hace pensar en hartas cosas- explicó Inés - si estuvieras viva... ¿Pelearias por Memphis?, Según yo, tú eres más que esa chica llamada Helena- dijo Inés
-no lo se... creo que debo ver si lo que siento es un sentimiento puro o una obsesión- dijo Hanna
Se sintieron pasos a su espalda y ambas voltearon, Anubis se acercaba lentamente.
-Hanna, hora de entrenar a Memphis, ya despertó- dijo Anubis y ella asintió, se puso de pie.
-Anubis, ¿Podrías quedarte conmigo?, Quiero hablar contigo- dijo Inés y el asintió.
Hanna comenzó a caminar y vio como Anubis se sentaba al lado de Inés, su mente aún estaba revuelta con la conversación, ¿De verdad era tan distinta a Máximo?...
Memphis la esperaba de pie con una luz en su mano derecha, era parte del rayo de Zeus.
-vaya, así que ya puedes mantener el rayo en tu mano y no solo liberarlo como electricidad pura a unos pocos segundos- dijo Hanna -debemos darte una carita feliz- añadio con ironía.
-tengo razones para avanzar- dijo Memphis y Hanna de sobresaltó... Su mirada estaba llena de decisión.
-a mi ya no puedes matarme, yo ya estoy muerta...- dijo Hanna -no es a mi a quien debes mirar así-
-esta vez no me contendre- dijo Memphis comenzando a correr hacia ella,
Hanna lo vio acercarse y vio como la esfera de rayo no desaparecía.
"Esta mejorando" pensó mientras subía su guardia.
A unos 150 metros de ahí, Inés cerraba un trato con Anubis en ese preciso instante.
-¿Estoy fue siempre tu idea?, ¿Desestabilizar todo?- dijo Anubis.
-para nada, así podrás trabajar más tranquilo, a Hanna le gustara entrenar con Memphis mientras los demás te ayudaremos a tí. Tú dijiste que debía apoyar en lo que pudiera y esta es mi forma de hacerlo-
-me parece perfecto- dijo Anubis mientras veía caer de rodillas a Memphis muy agotado. Hanna a unos metros más allá de levantaba con trabajo. -vaya, veo que ya superó a Hanna, creo que entrenar de aquí en adelante será más difícil-
-se que harás algo al respecto- dijo Inés
Anubis sonrió, -debo darle más poder a Hanna-
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Tártaro II, La maldición del arquero (Historia Completa)
Science FictionLa segunda parte de la historia, Tartaro I , el dolor de una perdida En una tierra diferente, donde el clima, las creencias y las fuerzas son diferentes,donde lo que era bello y puro en Roma, acá será la maldición más temible. Tres dioses han desp...