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Noviembre llegó y con ello, la fiebre de quidditch azotó Hogwarts.

Rosejay oía a los chicos de Slytherin emocionados, seguros de su victoria, y a los de Gryffindor, ansiosos por recuperar la copa, inclusive Katrina estaba colosalmente emocionada al igual que Terry, sobre todo con el rumor de que Harry Potter era el nuevo buscador del equipo de Gryffindor.

Pero nada de Clayton.

Clayton, el buscador que tendría un partido en un par de horas, apenas parecía notar que todas las personas a los alrededores de la estancia esperaban su notoria participación.

Aún llevaba las sombras de lo que alguna vez fueron terribles golpes en su rostro, como fotografías borrosas de recuerdo. 

Eso Rosejay si lo veía; el camino de manchas oscuras que recorría su mentón, las ojeras que surcaban sus ojos, aquel corte de sus labios que seguía sin cerrar...

Rosejay se preguntaba por qué no había recurrido a la enfermería para un tratamiento, y en otros casos, por qué él no había preparado algo para si mismo.

Usualmente, Rosejay tenía muchas preguntas respecto a Clayton, mas éstas carecían de respuestas.

Entonces él se movió, bajo su atenta mirada que le regresaba con firmeza. Fue un gesto corto, imperceptible para cualquiera que no lo observase como ella acostumbraba.

Su cabeza señaló la puerta, y sus ojos le gritaron un mensaje carente de palabras, pero aún así, fue comprensible para ella.

Clayton se puso de pie, evitó a sus compañeros y salió del comedor en silencio.

Para Rosejay fue igual de sencillo escabullirse. Katrina se encontraba muy ocupada discutiendo con el pequeño Terry respecto a las predicciones del partido, al igual que el resto de su mesa.

Él la esperaba junto a la puerta, con las manos tirando del nudo de su corbata, como si aquel pedazo de tela no fuese lo único que lo aprisionaba.

"Me enteré de lo que pasó con el trol y que estuviste involucrada" dijo. Sus largos dedos no dejaron de juguetear con la corbata mientras hablaba y la veía, todo al mismo tiempo. "No he encontrado la ocasión para preguntarte, y aunque sé que ya han pasado unos días... ¿Cómo estás?"

Rosejay se sintió sorprendida ante la sencillez de la pregunta, tan humanamente pronunciada.

"Bien" contestó. "El profesor Flitwick me ha dado otro regaño, pero al menos no hubo castigo en esta ocasión" se acercó más a él, y Clayton no retrocedió ni una sola pulgada. "Aunque sospecho que empieza a tener compasión de mi o se está guardando todo esto para otro momento, porque lo que hice definitivamente ameritaba..."

"Las mentiras que dijiste" Clayton la interrumpió. El corazón de Rosejay aumentó su velocidad, y no supo si de debía a sus recientes palabras o el hecho de que su aliento había chocado contra su mejilla de lo cerca que se encontraban. "Eso de que provocaste a la niña Granger no se lo cree nadie" suspiró. Clayton siempre suspiraba "¿A quién proteges, Lula?"

"No lo sé" replicó, en tono firme, confundida por sus predicciones. "¿Hay alguien a quién deba proteger, Clay?"

Clayton hizo una mueca.

"No te metas en más problemas, por nadie, ni siquiera por ti misma."

"Pero, ¿por qué lo haría?" Inquirió. Ésta vez fue Clayton quién pareció impactado. "¿Hay algún motivo por el cual debo meterme en problemas y es tan grave que tú has tenido la molestia de prohibérmelo?"

Los labios de él se fruncieron.

"Estás malinterpretando todo" murmuró. "Los de Ravenclaw y su tonto sentido de superioridad..."

"La inteligencia es la habilidad de adaptarse" replicó ella. No suavizó su voz, pero se cuidó de que no fuese tan fría como la de él. "No es un tonto sentido de superioridad, es simplemente apegarse a la situación."

Clayton suspiró de nuevo.

"Y tú no lo estás haciendo."

Rosejay compartió el suspiro. Ambos dejaron caer el peso de sus cuerpos en la pared y se miraron directo a los ojos.

"Te equivocas" empezó a explicar. "Este año las cosas cambiaron. Tú cambiaste, lo noté. Y yo igual, porque eso sucede. Te adaptas a las situaciones, aprendes a sobrepasarlas... No me creo mejor ni superior como tú lo has dicho, soy sólo una persona que quiere entenderte y ayudarte y pasar el sexto grado también. Uno hace lo que puede."

Clayton abrió la boca, sorprendido.

"Yo... No tenía idea..." Dejó de hablar cuando las figuras salieron disparadas del comedor. Rosejay deseó que el partido se retrasara. "Asumo que te veré en las gradas hoy, seguramente apoyando a tu amigo Potter."

Rosejay sonrió por primera vez en toda su conversación.

"No lo dudes, Clay" exclamó. "Después de todo, el buscador de Slytherin es bastante bueno, según he oído. Él debe estar acostumbrado a las porras, las chicas lindas coqueteando después de cada juego... Sería injusto no dejar que Harry pase por todo eso."

Clayton sonrió. Una sonrisa de verdad. No como muchas otras que solía fingir.

"Porras y chicas lindas dijiste. Aunque sólo me parece haber visto a una pelirroja gritando mi nombre..."

El rostro de Rosejay, lleno de pecas y enmarcado por su cabello rojizo, se sonrojó.

Draco dormiensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora