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Mientras Rosejay corría intentando alcanzar a Clayton, tropezó con Ron Weasley, quien se encontraba acompañado de sus dos grandes amigos, sentado en la hierba. 

"Lo siento, Ron" murmuró agachándose. "¿Han visto a Clayton pasar por aquí? Me parece que lo he perdido."

Ron se encogió de hombros.

"¿Por qué corrían ustedes dos?" Preguntó Hermione, "¿es qué acaso quieren buscarse un castigo comportándose como niños?"

"No somos niños" Rosejay se apresuró replicar. "Eso mismo ha dicho Clay antes de salir corriendo. Dijo que él no era un niño, pero después habló refiriéndose a alguien más..." su mirada cayó en Harry, ¿podría ser...? "También sabe que nosotros sabemos lo que él sabe y que está involucrado con el asunto de la piedra."

"Vaya trabalenguas" masculló Ron. "Pero tenía razón, se los dije."

"¿Te ha dicho algo más?" intervino Harry, frotándose la frente. Rosejay negó. "¡Me gustaría saber qué significa esto! Mi cicatrizsigue doliéndome. Me ha sucedido antes, pero nunca tanto tiempo seguidocomo ahora."

  "Ve a ver a la señora Pomfrey" Sugirió Hermione. Rosejay la secundó. 

"No estoy enfermo" Harry parecía enfadado. "Creo que es un aviso... significa que seacerca el peligro..."

Ron palmeó el hombro de su amigo.

"Harry, relájate, Hermione tiene razón, la Piedra está segura mientras Dumbledore esté aquí. De todos modos, nunca hemos tenido pruebas de queSnape encontrara la forma de burlar a Fluffy. Casi le arrancó la pierna una vez,no va a intentarlo de nuevo. Y Neville jugará al quidditch en el equipo de Inglaterra antes de que Hagrid traicione a Dumbledore."   

Harry entonces les habló de aquella sensación inquietante que lo había rondado la última semana. Hermione intentó tranquilizarlo, culpando a los exámenes. Pero Rosejay en verdad entendía a Harry, ella también había tenido una semana bastante mala. Aún veía a esa horrorosa criatura en sueños, a veces con el rostro a oscuras y otras con el de Clayton, llamándola con sangre plateada delizándose por su barbilla...

Harry se puso de pie en un brinco.

  "¿Adónde vas?" preguntó Ron.

"Acabo de pensar en algo" dijo Harry, muy pálido de pronto. "Tenemos que ir a ver a Hagrid ahora."

"¿Por qué?" indagó Hermione, levantándose igual.

"¿No les parece un poco raro que lo que más deseara Hagrid fuera un dragón, y que de pronto aparezca un desconocido que casualmente tiene un huevo en el bolsillo?" empezó a decir. Rosejay recordó entonces el incidente que los había llevado a aquel castigo en el bosque, Harry había mencionado un dragón. "¿Cuánta gente anda por ahí con huevos de dragón, que están prohibidos porlas leyes de los magos? Qué suerte tuvo al encontrar a Hagrid, ¿verdad?" pegó un bufido. "¿Porqué no se me ocurrió antes?"

Rosejay frunció el ceño.

"No estarás pensando qué..."

Harry echó a correr, en dirección al bosque, sin terminar de escucharla. Ron y Hermione se lanzaron una mirada de confusión antes de seguir el mismo camino.

Suspiró.

"Bien" murmuró en voz alta, "nunca hace mal el ejercicio de vez en cuando."

Draco dormiensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora