27

163 32 2
                                    

Hagrid estaba furioso cuando los encontró minutos más tarde.

"Vamos a necesitar mucha suerte para encontrar algo después del
alboroto que hicieron" se quejó, sin despegar su mirada de Malfoy. Rosejay le había contado lo ocurrido, incluyendo el cómico y nada planificado tropiezo del mencionado. "Bueno, ahora voy a cambiar los grupos... Neville, tú te quedas conmigo y Hermione. Harry, tú vas con Fang, Rosejay y este idiota. Lo siento" añadió en un susurro, cerca de Harry y Rosejay, quién estaba menos que contenta por tener que soportar nuevamente al niño. "A él le costará asustarte mucho, Harry, y tenemos que terminar con esto. Además, Rosejay siempre puede hacerlo caer de nuevo, y por favor, ¿cuidarías que ese mocoso no le haga daño a Fang? Aunque bueno, tampoco es como si pudiese pasar del intento..."


Rosejay suspiró y se internó con ambos niños y Fang de nuevo en el bosque.

Durante todo el camino, Rosejay no pudo deshacerse de la extraña sensación de ser observada, a pesar de que no había ni un sólo ruido más que sus pisadas y respiraciones.

Por otra parte, el sendero que seguían se volvió casi imposible de distinguir debido al grosor de los árboles y el rastro de sangre plateada que parecía tornarse más espesa.

Las raíces de los árboles se cubrían de manchas, como si el unicornio hubiese continuado sumido en su dolor.

Unos pocos metros más adelante, Rosejay distinguió un claro.

"Mira" Harry murmuró, notando lo mismo que ella. Se detuvieron. Algo brillaba en la tierra, mucho más aún que la sangre. Se acercaron lo suficiente, temerosos y curiosos... Era el unicornio, muerto.

A su lado, Harry esbozó una mueca de tristeza.

La criatura definitivamente había sido hermosa en vida y aunque sonase tétrico, Rosejay creía que aún lo era en esos momentos. Sus largas patas dobladas en imposibles ángulos; su melena blanca en contraste con el abismal terreno...

Rosejay alzó su varita, dispuesta a llamar a Hagrid cuando Harry dió un paso hacia el animal.

"Harry..." Empezó a decir, pero se vio interrumpida por algo que le heló la sangre y le arrebató las palabras.

Algo se movía, muy cerca de ellos y los arbustos que rodeaban el claro.

Rosejay apretó más la varita, intentando sopesar lo que vendría a continuación.

Pero nada podía prepararla para ello.

De entre las sombras, una figura encapuchada se acercó, apoyándose en manos y pies para avanzar, como animal en cacería.

Los cuatro, incluyendo a Fang, se quedaron estáticos.

La figura encapuchada llegó hasta el unicornio y para su sorpresa, comenzó a beber su sangre.

Malfoy gritó y huyó junto a Fang. Rosejay apenas pudo emitir chillido alguno antes de maldecir y seguirle, indispuesta a perder la mascota de Hagrid.

Llamó a Harry mientras corría, y en la huída, apenas se molestó en mirar atrás por si la seguía.

La imagen de la figura encapuchada taladraba en su cabeza como una tortura indeseada. Esa forma horroroza de andar y además, estaba segura de que había causado la muerte del unicornio, y todo para beber su sangre...

Rosejay paró en seco. Sólo entonces se dió cuenta de que Harry no iba detrás de ella y que además, no tenía ni idea de dónde estaban Malfoy y Fang.

De nuevo, esa horrible sensación de que no estaba sola la atacó. Empezó a girar el un círculo, intentando ver en todas las direcciones posibles donde pudiese ser interceptada. El imaginar que aquella criatura maligna la atrapase...

Una presión en su hombro le hizo brincar.

Como reflejo, apuntó con su varita al aire, temblando de pies a cabeza.

"Jay, no deberías jugar con eso" Era Clayton quién la observaba seriamente, para su asombro. Rosejay suspiró aliviada y bajó la varita.

"¿Qué estás haciendo aquí?" Jadeó, exhausta por la carrera y la adrenalina que la abrumaba. Clayton llevaba el cabello despeinado y el rostro sucio y lleno de rasguños; sus ojos se movían frenéticos, como si estuviese alarmado.

"Vine a buscarte" dijo él, tan agitado como ella. "Los seguí cuando salieron del colegio y estuve esperando la ocasión ideal para acercarme, aunque debo agregar que un par de centauros están intentando dar conmigo, por lo que se me dificultaron las cosas."

"¿La ocasión ideal?" Gruñó "¡Este no es una ocasión ideal! ¡Casi me has matado del susto! Además, estoy en esto por ti y por mi tonta credulidad de que asistirías al encuentro que tú mismo planificaste."

Clayton frunció el ceño.

"¿De qué encuentro estás hablando?"

Rosejay negó con la cabeza.

"El que mencionaste en tu nota, la que dejaste entre mis libros" explicó.

"Yo no escribí ninguna nota ni te cité en ningún lugar" Rosejay se quedó boquiabierta. La mirada de Clayton era tan vulnerable, pero también tan nerviosa... ¿De quién se había enamorado realmente? Ni siquiera era capaz de creerle por completo. "Jay, confía en mí" agregó, notando su vacilación. "Me enteré de tu castigo y sólo quería asegurarme de que estuvieras bien, y también ansiaba... Explicarte un par de asuntos, sobre el otro día" se aproximó a ella. Rosejay tembló una vez más, como únicamente él le provocaba "Pero lo prometo, yo no tuve nada que ver con esto."

Draco dormiensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora