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Encontraron a Hagrid sentado en un sillón, fuera de la casa, degranando guisantes de un gran recipiente.

"Hola" los saludó sonriente. "¿Han terminado los exámenes? ¿Tienen tiempo para beber algo?" Después, como si repara en la presencia de Rosejay, agregó: "La invitación también te incluye a ti, no te preocupes."

"Si, por favor" contestó Ron, mas Harry negó.

"No, tenemos prisa, Hagrid, pero tengo que preguntarte algo. ¿Te acuerdas de la noche en que ganaste a Norberto? ¿Cómo era el desconocido con el que jugaste a las cartas?"

Rosejay frunció el ceño. ¿Hagrid había ganado un dragón jugando a las cartas? Eso era realmente curioso.

"No lo sé" dijo Hagrid, restándole importancia. "No se quitó la capa" los cuatro alumnos se vieron entre sí, asombrados. "No es tan inusual, hay mucha gente rara en el Cabeza de Puerco, el bar de la aldea. Podría ser un traficante de dragones, ¿no? No llegué a verle la cara porque no se quitó la capucha, pero asumo que era joven, por su voz."

Harry se sentó cerca de él.

  "¿De qué hablaste con él, Hagrid? ¿Mencionaste Hogwarts?"

"Puede ser" contestó Hagrid, parecía intentar recordar. "Sí...Me preguntó qué hacía y le dije que era guardabosques aquí... Me preguntó de qué tipo de animales me ocupaba... se lo expliqué... y le conté que siempre había querido tener un dragón... y luego... no puedo recordarlo bien, porque me invitó a muchas copas" soltó una risa. "Déjame ver... ah sí, me dijo que tenía el huevo de dragón y que podía jugarlo a las cartas si yo quería... pero que tenía que estar seguro de que iba a poder con él, no quería dejarlo en cualquier lado... Así que le dije que, después de Fluffy, un dragón era algo fácil."

Harry lucía como si fuera a estallar en cualquier minuto.

"¿Y él... pareció interesado en Fluffy?"

Rosejay finalmente lo entendió, al igual que Ron y Hermione. Harry era bastante inteligente a decir verdad.

"Bueno... sí... es normal" asintió el hombre. "¿Cuántos perros con tres cabezas has visto? Entonces le dije que Fluffy era buenísimo si uno sabía calmarlo: tocando música se dormía en seguida..." De pronto Hagrid se horrorizó. "¡No debí decir eso!" gritó. "¡Olviden que lo dije! Eh... ¿a dónde van?"

Los cuatro habían corrido de nuevo hacia el castillo. Ninguno habló hasta llegar al vestíbulo, con las respiraciones agitadas por las repentinas carreras.

"Snape ahora sabe como pasar a Fluffy" dijo Rosejay. "Conseguirá la Piedra..."

"Tenemos que ir a ver a Dumbledore" exclamó Harry. "Hagrid le dijo al desconocido cómo pasar ante Fluffy... Quizás se trataba de Snape o Clayton. No fue difícil, después de emborrachar a Hagrid. Sólo espero que Dumbledore nos crea. Firenze nos respaldará, si Bane no lo detiene..." se detuvo mientras andaban. "¿Dónde está el despacho de Dumbledore?"

Rosejay los dirigió hasta allí sin ningún problema, pero cuando estaban a punto de llegar, se encontraron con la profesora McGonagall en uno de los pasillos.

  "¿Qué están haciendo los cuatro aquí dentro?" preguntó, cargando una enorme pila de libros.

"Queremos ver al profesor Dumbledore" dijo Hermione sin rodeos.

"¿Ver al profesor Dumbledore?" repitió la profesora. "¿Por qué?"

 "Es algo secreto" dijo Harry. Rosejay se golpeó la frente con la palma de la mano ante su respuesta.

McGongall parecía enfadada ahora.

"El profesor Dumbledore se fue hace diez minutos" habló seriamente. "Recibió una lechuza urgente del ministro de Magia y salió volando para Londres de inmediato."

"¿Él se fue?" inquirió Rosejay, tan sorprendida como preocupada.

"El profesor Dumbledore es un gran mago y tiene muchos compromisos..."

 "Pero esto es importante" insistió Harry.

 "¿Algo que tú tienes que decir es más importante que el ministro de Magia, Potter?" se mofó McGonagall.

Harry suspiró.

 "Profesora, se trata de la Piedra Filosofal..."

Los libros que McGonagall cargaba terminaron en el suelo al escuchar tales palabras.

"¿Cómo es que sabes...?" 

"Profesora, creo... sé... que Sna... que alguien va a tratar de robar la Piedra. Tengo que hablar con el profesor Dumbledore."

"El profesor Dumbledore regresará mañana" dijo la profesora, dirigiendo una mirada significativa al grupo. "No sé cómo han descubierto lo de la Piedra, pero quédense tranquilos. Nadie puede robarla, está demasiado bien protegida."

No lo creo, pensó Rosejay, ahora más de una persona sabe como calmar al guardián de la trampilla.

"Pero profesora..." continuó Harry.

McGonagall no lo dejo ni terminar.

"Harry, sé de lo que estoy hablando" se inclinó y recogió sus libros. "Les sugiero que salgan y disfruten el sol."

Pero ninguno de ellos permaneció tranquilo, mucho menos salieron a relajarse.

"Será esta noche" dijo Harry después de que la profesora McGonagall se fue. "Snape y Clayton pasaran por la trampilla esta noche. Ya han descubierto todo lo que necesitaban saber y ahora han conseguido quitar de en medio a Dumbledore. Snape debió enviar esa nota."

Rosejay asintió.

"Seguro que el ministro de Magia tendrá una verdadera sorpresa cuando aparezca Dumbledore en su oficina."

Draco dormiensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora