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Al siguiente día, mientras Rosejay iba de camino a su primera clase, se topó a Clayton de frente, observándola de aquella inigualable manera que siempre le hacía suspirar.

"Tengo que hablar contigo" fue todo lo que le dijo antes de tomar su muñeca y tirar de ella por las escaleras.

"¿Te refieres a en público, frente al alumnado y profesores?"

Clayton esbozó una sonrisilla irónica.

"Las clases ya comenzaron hace unos minutos, ibas retrasada" le hizo saber. Dieron un giro y luego otro... Por unos segundos, Rosejay estuvo segura de que se dirigían al tercer piso, pero sólo iban a un rincón apartado. "Debiste dormirte realmente tarde para no despertarte a tiempo en la mañana. ¿Algo que obstruyera tu sueño?"

Rosejay negó, mintiendo, con una sonrisa.

Aquel comentario sólo le gritaba que siguiera el consejo de Katrina y huyera a clase, donde era su obligación y devoción ir.

En cambio, sus sentimientos eran un asunto totalmente distinto.

"Estuve pensando anoche y aún no sé a ciencia exacta quién te dejó esa nota, pero creo que estás al tanto de que no soy bien querido entre mis compañeros" Clayton removió su cabello con una mano, como siempre hacía cuando estaba nervioso. "Quizás Marcus quería vengarse porque Snape no quiso sacarme del equipo o..."

Rosejay tomó su mano, aquella que no apretaba su muñeca. Clayton se relajó, y su cansada mirada topó con los ojos de Rosejay.

"Está bien" murmuró. ¿Por qué Marcus Flint intentaría meterla en problemas si supuestamente nadie sabía lo de ellos?, ¿por qué las cosas con Clayton eran tan complicadas? Rosejay sólo quería que él le dijera la verdad acerca de su relación con la Piedra Filosofal para así poder ayudarlo abiertamente y dejar de suponer que jugaba un papel malvado en todo aquello. "Yo también estuve pensando, acerca de nosotros" Clayton pegó un respingo, y de pronto fue como si recordase que sus manos estaban tomadas, soltándola de inmediato. Rosejay negó. "A esto es a lo que me refiero. No quieres aceptar lo nuestro en público, ni siquiera me hablas de ti. Dime Clay, ¿cómo me he enamorado de alguien que no es capaz de abrirse a mí, de confesar sus...?"

"Dijiste la palabra" Clay la interrumpió. Casi pareció que la confesión de Rosejay fue más como un puñal. "¿Acaso escuché mal? Porque me pareció que dijiste que estabas enamorada de mí."

"Eso hice porque es verdad" continuó firme.

Clayton negó con la cabeza.

"Sólo hace las cosas más complicadas" enterró el rostro entre sus manos. "No debiste decirme eso, Lula."

Rosejay le retiró las manos de su posición actual y lo obligó a verla.

"¿Por qué no? ¿Es que acaso tú no sientes lo mismo? Niégalo y me iré. Pero ve a mis ojos directamente cuando lo hagas."

Clayton se puso recto. Sus ojos estaban fijos en los de Rosejay. Abrió la boca para hablar...

"Rosejay Lula Kasim" dijo, "estoy profunda y terriblemente enamorado de ti."

Rosejay no pudo contenerse. Alzó el rostro, buscando los labios de Clayton.

Y por la forma en que él le devolvió el beso (con ansiedad, como si se tratase del mismo aire), supo que era algo que también necesitaba.

Unos instantes más tarde, Rosejay sintió la mirada de alguien más sobre su espalda. Poco a poco levantó los parpados, hasta notarlo.

Las clases debían de haber terminado ya, porque varios estudiantes iba de aquí para el otro lado, deteniéndose algunos al ver a Rosejay y a Clayton juntos, aún besándose.

Clayton se separó en cuanto reparó en aquello. Dio un vistazo a su alrededor, y tras murmurar que aquello había sido un total error, se marchó.

***
Me emocioné mucho al escribir esto, y originalmente el capítulo era más largo, pero creo que esto realmente merecía un momento.
Shippeo a mis propios personajes, yup.

Draco dormiensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora